Bala perdida
Eres ese dolor
que no quiero ver marchar
aunque los doctores
recomiendan coserme.
Tú, la bala pérdida en mis entrañas
sangre brota de mi alma
la indiferencia que te viste
para el funeral de mi sentir.
La medicina mató
más que la enfermedad
esta vez la espina dolió,
más que el aroma que me das.
Levantarme por las mañanas
sentir tus inconstancias
contigo viajo muy alto
aunque me disloque al caer.
Y mientras más adicto
más recorre a cántaros las ánimas
por querer el cielo y conformarse
con alguna vez volar.
Marchitos afectos
tratan de pulir el larimar
de esos defectos que calcaste
es lo que siempre fuimos
y siempre seremos.
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