Capitulo 3: El plan.
Un disparo fue lo que se alcanzo a oír en 10 metros a la redondo. Édgar se tiró al suelo rápidamente. Apunto y disparo. Uno de esos tentáculos se interpuso en medio, recibiendo el disparo.
Aquel tentáculo se agito de arriba hacia abajo, y en la punta de este, una malo humana apareció, cubierta con aquella sustancia oscura.
—¡Hijo de puta!—Maldice Édgar, mirando con despreció a la criatura.
Lili se hacerlo rápidamente a Edgar, ayudando le a levantarse. Los tentáculos, que ahora son brazos muy largos, salieron disparados directamente hacia ellos.
Usando un bote de basura que estaba cerca, Lili lo arroja hacia las manos en un intento por detenerlas. Consigue que las manos se enredaran entre si cuando entras trataron de esquivar el bote de basura.
Eso le dió tiempo a Edgar para recargar y disparar su arma. Ahora que la criatura estaba desprotegida. Pero está, tan rápido como pudo, se ocultó tras uno de los edificios mientras sus brazos se contraían.
Era más que claro que no podrían ganar, ni siquiera con un arma de fuego de alto calibre como lo es una escopeta. Lo mejor que podían hacer era correr.
Sabiendo el peligro que representaba aquella criatura para sus vidas, decidieron correr hasta la zona de la extraña lluvia. Tuvieron suerte de que aquello ya no les estaba siguiendo.
Al llegar a la zona, pudieron apreciar más de cerca aquel fenómeno. La calle en la que estaban estaba dividida en dos. Un una parte llovía y ambiente se sentía frío, mientras que en la otra, el calor se intensifican.
Parecían dos ecosistemas totalmente diferentes al de una ciudad cerca de las montañas. Entrando a la zona de lluvia, se percataron que, pese a que las gotas de agua subían hacia el cielo, se sentía como si se tratara de una lluvia cualquiera.
Era raro sentir el agua caer sobre ti cuando literalmente podías ver cómo el agua subía al cielo. Eso provocó que los sentidos chocarán entre si, mandándole señales al celebro, el cual trataba de comprender lo que pasaba.
Lili casi vomita lo poco que comió está mañana, apenas y lo pudo reprimir con un mayor esfuerzo. Édgar aguantaban mucho mejor que ella, pero aún así, tiene que esforzarse por no vomitar.
Trataron de seguir avanzando entre medio de la extraña lluvia, pero con cada paso, las ganas de vomitar aumentaban de apoco. Ya no podían soportarlo más, y Lili, fue la primera soltarlo todo. Seguida por Edgar.
Decidieron entrar a uno de los apartamentos que estaban cerca de ellos. Tuvieron que esforzarse un poco más para lograr llegar al conjunto de apartamentos. Cuando ingresaron al interior, dónde la lluvia ya no les daba, sus sentimientos volvieron a funcionar con normalidad.
—Al final era la lluvia lo que nos afectaba—Menciona Edgar.
—Parece que si—Concuerda.
Luego de recuperar las fuerzas, y controlar un poco las náuseas, comenzaron a buscar un apartamento para descansar. Subieron hasta el tercer piso, dónde pensaron que sería buen lugar para buscar un apartamento.
Revisaron los primeros 3 apartamentos el piso, encontrándose con aquella temible oscuridad. No fue hasta que se dispusieron a revisar el 4to apartamento que lograron oír el sonido de unas voces.
Algo sorprendidos por lo que sus oídos captaban, Lili toca la puerta con la suficiente fuerza como para que, lo que sea que esté ahí dentro, pudiera oírlo.
Se oyeron algunos pasos caminando hacia la puerta. No podían saber si eran los de una persona o alguna de esas criaturas. Por lo que Edgar apunto su escopeta, atento por si tenía que disparar.
Entonces, la puerta se abrió lentamente hacia dentro. Fueron unos segundos de tensión lo que vivieron antes al dueño de aquellos ruidos.
—¡Isaac!—Exclama Lili.
Tan rápida como un rayo, Lili se abalanza contra Isaac, dandole un fuerte abrazo.
—¡¿Lili?!—Dice Isaac.—¡Creí que estabas muerta!—Le menciona.
—¡Yo también lo pensé!—
—¡Eres tú!—Exclama Nanami de felicidad.
Corriendo a abrazarla, Nanami se une al abrazo de Isaac y Lili. Ninguno de los tres pudo evitar llorar de la felicidad. Ante los ojos de Édgar, esto era una escena conmovedora para cualquiera. El abrazo era triste, emotivo, y de sufrimiento. Sin decir ni una sola palabra, se entendían, entendí por lo que habían pasado sin necesidad de las palabras.
Isaac volteo a ver a Edgar, dándole una sonrisa de bienvenida antes de dejarles pasar. Se sentaron sobre el sofá, comenzando a hablar de todo. Isaac les ofreció comida y agua a sus invitados. Estos, sin quejarse, tomaron la comida, agradeciéndole al joven.
—¿Cómo fue que sobrevivieron por tanto tiempo?—Les pregunta Edgar.
—Pues, encontramos la forma de alejar a las pesadillas. O algo asi—Responde Isaac.
—¿No tuvieron miedo?—Con curiosidad, pregunta Lili.
—Claro que tuvimos miedo. Tuvimos mucho miedo, pero fuimos capas de soportarlo—Explica Isaac mientras se rasca la nuca.
—Tuvimos que pasar por muchas cosas. Cómo esa vez en la que mi hermano peleó con un mounstro—Menciona Nanami.
—¿Peleaste con un mounstro?—Pregunta Edgar.
—Si, lo hice—Le responde.
—¡¿En que estabas pensando?!—Exclama Lili.—¡Pudistes haber muerto!—
—Pero sigo aquí, ¿No?—Contesta Isaac con una tonta sonrisa.—En ese momento mi cuerpo reaccionó como quiso—
—¿Lo mataste?—Pregunta Édgar.
Isaac asiente con la cabeza.
—¿Cómo lo hiciste? Ni siquiera mi escopeta fue capaz de matar a una de esas cosas—
—Parece que el fuego juega un factor importante. La criatura a la que me enfrente parecía estar echa de petróleo—Menciona.
—Y ustedes, ¿Cómo le hicieron para sobrevivir?—Pregunta. Nanami.
—No fue nada fácil. Si no fuera por la intervención de Édgar, yo ni estuviera aqui—Responde Lili.
—Yo tuve soportar a esas cosas mientras estaba encerado en mi casa junto a mi esposa e hijas. Lamentablemente no pudieron soportar todo esto—Dice Édgar.
—Creo que todos entendemos el sentimiento—Comenta Lili.—a todo esto, Isaac, ¿Que le sucedió a tu casa?—Le pregunta.
—Prefiero no asustarte con todo lo que esconde está ciudad—Le responde.
La noche estaba por caer. Los días se volvieron más cortos de un momento al otro. Lili y Isaac se prestaron para preparar una cena, que al menos supiera bien. La comida enlatada no suele tener un sabor muy bueno, pero de alguna forma se las arreglaron para darle un sabor delicioso.
Al terminar la cena agradecieron la comida. La hora de dormir se acercaba. Édgar decidió dormir en el sofá ya que, según el, suele despertarse por los ruidos, y eso les ayudaría bastante si algún mounstro trata de entrar. Isaac le asignó una de las tres habitaciones a Lili, y le pidió que no abriera la habitación donde estaba el cuerpo de la mujer.
Y sin más que hacer o decir, todos se fueron a dormir.
La oscuridad siempre fue temida por la humanidad. No por el echo de estar a oscuras, si no, por lo que se podía esconder en ella. Eso es lo que atormentar a cada persona en este mundo. No importa si te niegas. Sabes bien que siempre tendrás esa sensación de que alguien te observan desde las sombras.
La extraña lluvia por fin se detuvo, y toda el agua que subió a cielo, comenzó a caer sobre la tierra como si de una tormenta se tratara. Dicha lluvia, producía una desconocida melodía de antaño, o quizás de los tiempos más antiguos de la humanidad.
Era una melodía, una tristes y reconfortante melodía. A este punto, ya no sabían lo que era bueno y malo. Todo era desconocido para estás cuatro almas.
Tan plateada como siempre, la luna iluminaba la noche. Sin embargo, ella no estaba presente. Solo había un cielo nocturno sin estrellas, sin ningún rastro de constelaciones.
Lili se despertó a mitad de la noche para ir al baño. La chica hizo sus necesidades antes de volver a su cama, pero en el camino no pudo evitar voltear hacia la sala. Ahí estaba Edgar, totalmente dormido. Pero eso no fue lo que llamó su atención.
Había una sombra apenas visible reflejada en el suelo. Lili se acercó con cautela, asomando de igual forma su cabeza al final del pasillo. Parado frente a la ventana, y mirando atráves de ella, Isaac parecía estar perdido en sus propios pensamientos.
Sus ojos estaban clavados en el cielo oscuro, como si buscará alguna estrella entre toda esa oscuridad.
—¿Isaac?—Le llama Lili.
Con sorpresa, Isaac voltea hacia el pasillo, dónde encuentra Lili.
—Hola, ¿Que haces despierta?—Le pregunta.
—Lo mismo iba a preguntarte—Responde.
Lili se hacer al lado de Isaac, mirando al mismo lugar que el.
—Solo estoy pensando un poco—Responde Isaac sin voltear a verle.
Tras esa respuesta, un silencio se formó entre ambos. No era un silencio incómodo, más bien, era uno de tranquilidad.
—La noche es bonita, ¿No crees?—Menciona Isaac.
—Lo creo. Pero con todas esas cosas rondando por ahí, me da miedo la noche—Contesta Lili.
—Es por eso que nos iremos de la ciudad—
Lili voltea a ver a Isaac con curiosidad.
—¿Y como lo harán?—Pregunta.
—Tomaremos la salida del Oeste. Para eso vamos a necesitar un vehículo, comida, agua, y a alguien que sepa conducir—Explica.
—Solo les faltaría el conductor y el vehículo—Se dice a si misma.
—Correcto. Con suerte, el profesor Édgar sabrá conducir. Y en cuanto al vehículo, cualquiera sirve—
—Pero desde ayer que no veo ni un solo vehículo—Menciona Lili.
—Tal vez... La misma cosa que destruyó mi casa, esté haciendo lo mismo con los autos—Le dice.
"¿La misma cosa?"–Piensa Lili.
Sin preguntar nada más, la chica vuelve a mirar en la misma dirección que su amigo. Para ella, el había cambiado desde la última vez que lo vio. Ahora parecía ser más maduro e ingenioso.
—Te digo algo. Cuando ví que tú casa estaba destrozada, me puse muy triste—Le comenta a Isaac.
—Yo estaba preocupado por ti. No sabía si estabas viva o muerta. Quería salir a buscarte, pero el miedo de morir en el proceso me lo impedía—
Un poco mejor por lo que escuchaba, Lili sonrió cálidamente.
—Me iré a dormir. Mañana veremos los detalles del plan—Indica Isaac.
—Yo también me ire a dormir. Solo me había levantado para ir al baño—Menciona.
Luego de su charla, ambos jóvenes se dirigen a su respectiva habitación.
A la mañana siguiente, Isaac le contó a Edgar sobre el plan de salir de la ciudad, y de encontrar algún automóvil en buen estado. Édgar sabía manejar, e incluso, sabía dónde hay un automóvil que funcional. El problema, está en en centro de la ciudad. Más exactamente, en el estacionamiento del centro comercial.
Si algo aprendió Isaac de estar tanto tiempo viendo películas, es que el centro de la ciudad siempre es el lugar más peligroso. Pero en esta parte de la ciudad, no hay más que vehículo estrellados, y sin nada de combustible.
Era la opción más segura que tenían. Claro, estaba la posibilidad de que aquella cosa ya se hubiera destruido el automóvil, pero preferían no pensar mucho en eso.
Una ves que planearon todo, Isaac y Édgar salieron del apartamento hacia las calles. Deseándoles suerte, Nanami y Lili se despiden de sus compañeros, esperando que volvieran ha salvó.
En las calles se podía sentir una extraña presión que caía sobre ambos. La idea de que algo malo estaba por suceder llegó a sus mentes tan rápido como un rayo.
Mientras caminaban por las calles, algo los observaba desde lo más alto de un edificio. La mirada de aquello se centraba únicamente en Isaac. Aquello pasaba su lengua por sus labios, como si saboreara el sabor de aquel joven.
"Asi que este es el niño que nos está causando problemas"–Se dice así mismo, con una voz femenina.—"Sera divertido ver cómo se desespera y ruega por su vida..."
Aquel tentáculo se agito de arriba hacia abajo, y en la punta de este, una malo humana apareció, cubierta con aquella sustancia oscura.
—¡Hijo de puta!—Maldice Édgar, mirando con despreció a la criatura.
Lili se hacerlo rápidamente a Edgar, ayudando le a levantarse. Los tentáculos, que ahora son brazos muy largos, salieron disparados directamente hacia ellos.
Usando un bote de basura que estaba cerca, Lili lo arroja hacia las manos en un intento por detenerlas. Consigue que las manos se enredaran entre si cuando entras trataron de esquivar el bote de basura.
Eso le dió tiempo a Edgar para recargar y disparar su arma. Ahora que la criatura estaba desprotegida. Pero está, tan rápido como pudo, se ocultó tras uno de los edificios mientras sus brazos se contraían.
Era más que claro que no podrían ganar, ni siquiera con un arma de fuego de alto calibre como lo es una escopeta. Lo mejor que podían hacer era correr.
Sabiendo el peligro que representaba aquella criatura para sus vidas, decidieron correr hasta la zona de la extraña lluvia. Tuvieron suerte de que aquello ya no les estaba siguiendo.
Al llegar a la zona, pudieron apreciar más de cerca aquel fenómeno. La calle en la que estaban estaba dividida en dos. Un una parte llovía y ambiente se sentía frío, mientras que en la otra, el calor se intensifican.
Parecían dos ecosistemas totalmente diferentes al de una ciudad cerca de las montañas. Entrando a la zona de lluvia, se percataron que, pese a que las gotas de agua subían hacia el cielo, se sentía como si se tratara de una lluvia cualquiera.
Era raro sentir el agua caer sobre ti cuando literalmente podías ver cómo el agua subía al cielo. Eso provocó que los sentidos chocarán entre si, mandándole señales al celebro, el cual trataba de comprender lo que pasaba.
Lili casi vomita lo poco que comió está mañana, apenas y lo pudo reprimir con un mayor esfuerzo. Édgar aguantaban mucho mejor que ella, pero aún así, tiene que esforzarse por no vomitar.
Trataron de seguir avanzando entre medio de la extraña lluvia, pero con cada paso, las ganas de vomitar aumentaban de apoco. Ya no podían soportarlo más, y Lili, fue la primera soltarlo todo. Seguida por Edgar.
Decidieron entrar a uno de los apartamentos que estaban cerca de ellos. Tuvieron que esforzarse un poco más para lograr llegar al conjunto de apartamentos. Cuando ingresaron al interior, dónde la lluvia ya no les daba, sus sentimientos volvieron a funcionar con normalidad.
—Al final era la lluvia lo que nos afectaba—Menciona Edgar.
—Parece que si—Concuerda.
Luego de recuperar las fuerzas, y controlar un poco las náuseas, comenzaron a buscar un apartamento para descansar. Subieron hasta el tercer piso, dónde pensaron que sería buen lugar para buscar un apartamento.
Revisaron los primeros 3 apartamentos el piso, encontrándose con aquella temible oscuridad. No fue hasta que se dispusieron a revisar el 4to apartamento que lograron oír el sonido de unas voces.
Algo sorprendidos por lo que sus oídos captaban, Lili toca la puerta con la suficiente fuerza como para que, lo que sea que esté ahí dentro, pudiera oírlo.
Se oyeron algunos pasos caminando hacia la puerta. No podían saber si eran los de una persona o alguna de esas criaturas. Por lo que Edgar apunto su escopeta, atento por si tenía que disparar.
Entonces, la puerta se abrió lentamente hacia dentro. Fueron unos segundos de tensión lo que vivieron antes al dueño de aquellos ruidos.
—¡Isaac!—Exclama Lili.
Tan rápida como un rayo, Lili se abalanza contra Isaac, dandole un fuerte abrazo.
—¡¿Lili?!—Dice Isaac.—¡Creí que estabas muerta!—Le menciona.
—¡Yo también lo pensé!—
—¡Eres tú!—Exclama Nanami de felicidad.
Corriendo a abrazarla, Nanami se une al abrazo de Isaac y Lili. Ninguno de los tres pudo evitar llorar de la felicidad. Ante los ojos de Édgar, esto era una escena conmovedora para cualquiera. El abrazo era triste, emotivo, y de sufrimiento. Sin decir ni una sola palabra, se entendían, entendí por lo que habían pasado sin necesidad de las palabras.
Isaac volteo a ver a Edgar, dándole una sonrisa de bienvenida antes de dejarles pasar. Se sentaron sobre el sofá, comenzando a hablar de todo. Isaac les ofreció comida y agua a sus invitados. Estos, sin quejarse, tomaron la comida, agradeciéndole al joven.
—¿Cómo fue que sobrevivieron por tanto tiempo?—Les pregunta Edgar.
—Pues, encontramos la forma de alejar a las pesadillas. O algo asi—Responde Isaac.
—¿No tuvieron miedo?—Con curiosidad, pregunta Lili.
—Claro que tuvimos miedo. Tuvimos mucho miedo, pero fuimos capas de soportarlo—Explica Isaac mientras se rasca la nuca.
—Tuvimos que pasar por muchas cosas. Cómo esa vez en la que mi hermano peleó con un mounstro—Menciona Nanami.
—¿Peleaste con un mounstro?—Pregunta Edgar.
—Si, lo hice—Le responde.
—¡¿En que estabas pensando?!—Exclama Lili.—¡Pudistes haber muerto!—
—Pero sigo aquí, ¿No?—Contesta Isaac con una tonta sonrisa.—En ese momento mi cuerpo reaccionó como quiso—
—¿Lo mataste?—Pregunta Édgar.
Isaac asiente con la cabeza.
—¿Cómo lo hiciste? Ni siquiera mi escopeta fue capaz de matar a una de esas cosas—
—Parece que el fuego juega un factor importante. La criatura a la que me enfrente parecía estar echa de petróleo—Menciona.
—Y ustedes, ¿Cómo le hicieron para sobrevivir?—Pregunta. Nanami.
—No fue nada fácil. Si no fuera por la intervención de Édgar, yo ni estuviera aqui—Responde Lili.
—Yo tuve soportar a esas cosas mientras estaba encerado en mi casa junto a mi esposa e hijas. Lamentablemente no pudieron soportar todo esto—Dice Édgar.
—Creo que todos entendemos el sentimiento—Comenta Lili.—a todo esto, Isaac, ¿Que le sucedió a tu casa?—Le pregunta.
—Prefiero no asustarte con todo lo que esconde está ciudad—Le responde.
La noche estaba por caer. Los días se volvieron más cortos de un momento al otro. Lili y Isaac se prestaron para preparar una cena, que al menos supiera bien. La comida enlatada no suele tener un sabor muy bueno, pero de alguna forma se las arreglaron para darle un sabor delicioso.
Al terminar la cena agradecieron la comida. La hora de dormir se acercaba. Édgar decidió dormir en el sofá ya que, según el, suele despertarse por los ruidos, y eso les ayudaría bastante si algún mounstro trata de entrar. Isaac le asignó una de las tres habitaciones a Lili, y le pidió que no abriera la habitación donde estaba el cuerpo de la mujer.
Y sin más que hacer o decir, todos se fueron a dormir.
La oscuridad siempre fue temida por la humanidad. No por el echo de estar a oscuras, si no, por lo que se podía esconder en ella. Eso es lo que atormentar a cada persona en este mundo. No importa si te niegas. Sabes bien que siempre tendrás esa sensación de que alguien te observan desde las sombras.
La extraña lluvia por fin se detuvo, y toda el agua que subió a cielo, comenzó a caer sobre la tierra como si de una tormenta se tratara. Dicha lluvia, producía una desconocida melodía de antaño, o quizás de los tiempos más antiguos de la humanidad.
Era una melodía, una tristes y reconfortante melodía. A este punto, ya no sabían lo que era bueno y malo. Todo era desconocido para estás cuatro almas.
Tan plateada como siempre, la luna iluminaba la noche. Sin embargo, ella no estaba presente. Solo había un cielo nocturno sin estrellas, sin ningún rastro de constelaciones.
Lili se despertó a mitad de la noche para ir al baño. La chica hizo sus necesidades antes de volver a su cama, pero en el camino no pudo evitar voltear hacia la sala. Ahí estaba Edgar, totalmente dormido. Pero eso no fue lo que llamó su atención.
Había una sombra apenas visible reflejada en el suelo. Lili se acercó con cautela, asomando de igual forma su cabeza al final del pasillo. Parado frente a la ventana, y mirando atráves de ella, Isaac parecía estar perdido en sus propios pensamientos.
Sus ojos estaban clavados en el cielo oscuro, como si buscará alguna estrella entre toda esa oscuridad.
—¿Isaac?—Le llama Lili.
Con sorpresa, Isaac voltea hacia el pasillo, dónde encuentra Lili.
—Hola, ¿Que haces despierta?—Le pregunta.
—Lo mismo iba a preguntarte—Responde.
Lili se hacer al lado de Isaac, mirando al mismo lugar que el.
—Solo estoy pensando un poco—Responde Isaac sin voltear a verle.
Tras esa respuesta, un silencio se formó entre ambos. No era un silencio incómodo, más bien, era uno de tranquilidad.
—La noche es bonita, ¿No crees?—Menciona Isaac.
—Lo creo. Pero con todas esas cosas rondando por ahí, me da miedo la noche—Contesta Lili.
—Es por eso que nos iremos de la ciudad—
Lili voltea a ver a Isaac con curiosidad.
—¿Y como lo harán?—Pregunta.
—Tomaremos la salida del Oeste. Para eso vamos a necesitar un vehículo, comida, agua, y a alguien que sepa conducir—Explica.
—Solo les faltaría el conductor y el vehículo—Se dice a si misma.
—Correcto. Con suerte, el profesor Édgar sabrá conducir. Y en cuanto al vehículo, cualquiera sirve—
—Pero desde ayer que no veo ni un solo vehículo—Menciona Lili.
—Tal vez... La misma cosa que destruyó mi casa, esté haciendo lo mismo con los autos—Le dice.
"¿La misma cosa?"–Piensa Lili.
Sin preguntar nada más, la chica vuelve a mirar en la misma dirección que su amigo. Para ella, el había cambiado desde la última vez que lo vio. Ahora parecía ser más maduro e ingenioso.
—Te digo algo. Cuando ví que tú casa estaba destrozada, me puse muy triste—Le comenta a Isaac.
—Yo estaba preocupado por ti. No sabía si estabas viva o muerta. Quería salir a buscarte, pero el miedo de morir en el proceso me lo impedía—
Un poco mejor por lo que escuchaba, Lili sonrió cálidamente.
—Me iré a dormir. Mañana veremos los detalles del plan—Indica Isaac.
—Yo también me ire a dormir. Solo me había levantado para ir al baño—Menciona.
Luego de su charla, ambos jóvenes se dirigen a su respectiva habitación.
A la mañana siguiente, Isaac le contó a Edgar sobre el plan de salir de la ciudad, y de encontrar algún automóvil en buen estado. Édgar sabía manejar, e incluso, sabía dónde hay un automóvil que funcional. El problema, está en en centro de la ciudad. Más exactamente, en el estacionamiento del centro comercial.
Si algo aprendió Isaac de estar tanto tiempo viendo películas, es que el centro de la ciudad siempre es el lugar más peligroso. Pero en esta parte de la ciudad, no hay más que vehículo estrellados, y sin nada de combustible.
Era la opción más segura que tenían. Claro, estaba la posibilidad de que aquella cosa ya se hubiera destruido el automóvil, pero preferían no pensar mucho en eso.
Una ves que planearon todo, Isaac y Édgar salieron del apartamento hacia las calles. Deseándoles suerte, Nanami y Lili se despiden de sus compañeros, esperando que volvieran ha salvó.
En las calles se podía sentir una extraña presión que caía sobre ambos. La idea de que algo malo estaba por suceder llegó a sus mentes tan rápido como un rayo.
Mientras caminaban por las calles, algo los observaba desde lo más alto de un edificio. La mirada de aquello se centraba únicamente en Isaac. Aquello pasaba su lengua por sus labios, como si saboreara el sabor de aquel joven.
"Asi que este es el niño que nos está causando problemas"–Se dice así mismo, con una voz femenina.—"Sera divertido ver cómo se desespera y ruega por su vida..."
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