El reloj se detiene
cuando tengo que tolerarte,
pasan rápido las horas
que descanso de tus desastres,
grito palabras mudas
que no llegan a alcanzarte,
aunque lo sabes
somos bombas detonantes.
Es tanta mi obsesión
que el descanso no es la opción
nado hacia imposibles
que realizo aunque no sé ni como.
Es tanta la maldición
de no querer detenerme
y seguir a contracorriente
mientras a pedazos
se encuentra mi mente,
a pesar de que lo doy todo
nunca soy suficiente,
a pesar de que me das tan poco
me conformo con lo que me ofreces.
Este mar que me asfixia
respiro puras fantasías,
no tomo en serio
mi muerte en vida
mis pulsaciones van mas lento,
mis pensamientos suicidas
van más deprisa.
Prefiero dejar la vida,
que dejarte vida mía
merecer más implica volver
a respirar aire otra vez
y prefiero respirarte.
Ya no queda cicatriz
las heridas están abiertas,
mientras nado tiño de rojo
todos los ríos del planeta.
Nunca sabes cuan inmortal
eres hasta que te pones a nadar,
un día parece una hora,
hasta que una hora
se vuelve un día.
Amo tanto tu profundidad
no penetra luz a mi vista,
sino podría ver que hay otras cosas
por las que vale la pena dar la vida,
aún así te elegiría.