Me sabe a gloria
Las tristezas me saben a gloria,
recuerdan lo feliz que fuí
y como siempre busco superarlo,
solo para caer a una fosa más profunda.
La línea se vuelve difusa
entre el recuerdo y mi locura,
entre tu piel y mi piel,
entre el veneno y la cura.
Como si fuera poco
rasgo esa felicidad
que se va junto con el tiempo,
no sabe igual el recuerdo.
Si tengo que llorar por cada sonrisa
decido tomarlo con filosofía,
preparar el caudal de mis mejillas
porque no pienso detener mi risa.
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