Prólogo
San Diego, California, Estados Unidos.
Michael.
Es incómodo usar traje para la oficina cuando hace tanto calor en la ciudad. La mayoría de la gente transita con poca ropa por las calles la mayor parte del año, sobre todo en verano. Pero yo soy otro asunto. Además de publicista, hago marketing para diferentes marcas. ¿Quién diría que en tres años crecería tanto en el negocio? Me apasiona lo que hago y, por supuesto, amo el dinero que esto genera. Me he vuelto frío con el paso de los años. Desde la universidad, he visto cómo una chica tras otra abandona mi cama sin oportunidad de una segunda cita. Honestamente, ahora mismo ni siquiera recuerdo sus nombres. Es difícil creer en el amor después de un corazón destrozado, ¿verdad? Pues Olivia Thompson rompió el mío el último verano que estuvo en San Diego antes de mudarse a Los Ángeles en busca de su sueño americano. Y aunque han pasado siete años, aún duele. Aún me despierto en las mañanas y me duermo en las noches escuchando sus canciones, pensando en ella, en su hermoso cabello rubio, sus ojos almendrados, su alocado y ocurrente sentido del humor. Y aunque suene patético, aún conservo todos los recuerdos y regalos que nos hicimos durante los cuatro años que estuvimos juntos. Es como si me hubiese marcado para siempre. ¿Qué si sé cosas de ella? Que vive en Los Ángeles, que estudió arte, que logró grabar tres discos con buena aceptación, que aún sigue soltera, que ocupa un piso con una amiga y que hace ya algún tiempo que no ha lanzado un nuevo disco. Pues, ¿qué puedo decir?, las noticias vuelan. ¿Por qué terminó la relación? Me gustaría que ella contara esa parte de la historia.
Los Ángeles, California. Estados Unidos.
Olivia.
Grace preparó tostadas francesas de desayuno y se marchó al estudio. Es mi compañera de piso, asistente personal y mánager. Es todo lo que puedo pagar, sinceramente. ¿Han tenido un sueño alguna vez? Pues el mío resultó en un fracaso total, hace casi dos años que no he grabado un nuevo disco. Todas las canciones que he compuesto fueron inspiradas por un viejo amor de la escuela, Michael Harrison. Cada vez que recuerdo cómo me rompió el corazón, toda la inspiración se esfuma. Han pasado siete años desde aquel último beso que aún quema mis labios y que todavía hace que mi corazón se salte varios latidos. Nunca pude olvidarlo. Sé que se convirtió en un exitoso publicista, que conduce un Porsche, que ha comprado un sitio de ensueño y que es un mujeriego empedernido. Vuelvo a mirar los murales y mis pinturas en las paredes, también inspiradas en él. Sé que esto no es sano. Y que debo hacer algo al respecto. Mi agitada carrera no me ha permitido tener una relación, he tenido varias citas que después de una segunda o tercera terminan en nada. Es como si estuviese marcada para siempre.
Michael.
Es incómodo usar traje para la oficina cuando hace tanto calor en la ciudad. La mayoría de la gente transita con poca ropa por las calles la mayor parte del año, sobre todo en verano. Pero yo soy otro asunto. Además de publicista, hago marketing para diferentes marcas. ¿Quién diría que en tres años crecería tanto en el negocio? Me apasiona lo que hago y, por supuesto, amo el dinero que esto genera. Me he vuelto frío con el paso de los años. Desde la universidad, he visto cómo una chica tras otra abandona mi cama sin oportunidad de una segunda cita. Honestamente, ahora mismo ni siquiera recuerdo sus nombres. Es difícil creer en el amor después de un corazón destrozado, ¿verdad? Pues Olivia Thompson rompió el mío el último verano que estuvo en San Diego antes de mudarse a Los Ángeles en busca de su sueño americano. Y aunque han pasado siete años, aún duele. Aún me despierto en las mañanas y me duermo en las noches escuchando sus canciones, pensando en ella, en su hermoso cabello rubio, sus ojos almendrados, su alocado y ocurrente sentido del humor. Y aunque suene patético, aún conservo todos los recuerdos y regalos que nos hicimos durante los cuatro años que estuvimos juntos. Es como si me hubiese marcado para siempre. ¿Qué si sé cosas de ella? Que vive en Los Ángeles, que estudió arte, que logró grabar tres discos con buena aceptación, que aún sigue soltera, que ocupa un piso con una amiga y que hace ya algún tiempo que no ha lanzado un nuevo disco. Pues, ¿qué puedo decir?, las noticias vuelan. ¿Por qué terminó la relación? Me gustaría que ella contara esa parte de la historia.
Los Ángeles, California. Estados Unidos.
Olivia.
Grace preparó tostadas francesas de desayuno y se marchó al estudio. Es mi compañera de piso, asistente personal y mánager. Es todo lo que puedo pagar, sinceramente. ¿Han tenido un sueño alguna vez? Pues el mío resultó en un fracaso total, hace casi dos años que no he grabado un nuevo disco. Todas las canciones que he compuesto fueron inspiradas por un viejo amor de la escuela, Michael Harrison. Cada vez que recuerdo cómo me rompió el corazón, toda la inspiración se esfuma. Han pasado siete años desde aquel último beso que aún quema mis labios y que todavía hace que mi corazón se salte varios latidos. Nunca pude olvidarlo. Sé que se convirtió en un exitoso publicista, que conduce un Porsche, que ha comprado un sitio de ensueño y que es un mujeriego empedernido. Vuelvo a mirar los murales y mis pinturas en las paredes, también inspiradas en él. Sé que esto no es sano. Y que debo hacer algo al respecto. Mi agitada carrera no me ha permitido tener una relación, he tenido varias citas que después de una segunda o tercera terminan en nada. Es como si estuviese marcada para siempre.
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