Albert Camus
Albert Camus nació en Mondovi, el 7 de noviembre de 1913 fue un novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés nacido en Argelia.
Sus concepciones se formaron bajo el influjo de Schopenhauer, de Nietzsche y del existencialismo alemán.
Se le ha atribuido la conformación del pensamiento filosófico conocido como absurdismo
(La filosofía del absurdo o absurdismo es la corriente filosófica que se ocupa de la naturaleza de «el absurdo» y de cómo responder a este una vez el individuo es consciente de él. El absurdo es el conflicto entre la búsqueda de un sentido intrínseco y objetivo a la vida humana y la inexistencia aparente de ese sentido. Se suelen ofrecer tres soluciones al absurdo: el suicidio, la religión o la simple aceptación del absurdo.)
Si bien en su texto «El enigma» el propio Camus reniega de la etiqueta de «profeta del absurdo». Se le ha asociado frecuentemente con el existencialismo
(El existencialismo es una corriente filosófica que sostiene que la existencia precede a la esencia y que la realidad es anterior al pensamiento y la voluntad a la inteligencia.)
Aunque Camus siempre se consideró ajeno a él.
Pese a su alejamiento consciente con respecto al nihilismo
(El nihilismo es una doctrina filosófica que considera que al final todo se reduce a nada, y por lo tanto nada tiene sentido.)
Rescata de él la idea de libertad individual.
Formó parte de la Resistencia francesa durante la ocupación alemana, y se relacionó con los movimientos libertarios de la posguerra. En 1957 se le concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de la actualidad».
Su niñez transcurrió en uno de los barrios más pobres de Argel, y con ausencia absoluta de libros y revistas.
Gracias a una beca que recibían los hijos de las víctimas de la guerra, pudo comenzar a estudiar y a tener los primeros contactos con los libros. En medio de dificultades económicas, cursó su primaria y culminó el bachillerato.
En Argel realizó sus estudios en la escuela primaria y fue alentado por sus profesores, especialmente Louis Germain, a quien guardó total gratitud, hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel
Posteriormente estudió filosofía y letras y se graduó con una tesis sobre la relación entre el pensamiento clásico griego y el cristianismo a partir de los escritos de Plotino y san Agustín.
Fue rechazado como profesor a causa de su avanzada tuberculosis, por lo que se dedicó al periodismo como corresponsal del Alger Républicain. En 1939 se presentó al ejército como voluntario, pero no le aceptaron por su delicada salud.
Comenzó a escribir a muy temprana edad: sus primeros textos fueron publicados en la revista Sud en 1932.
Dos años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Camus fue periodista del Alger Républicain. Ahí publicó distintos artículos que analizan la situación social de los musulmanes en la región de la Kabylia.
Estos artículos, publicados posteriormente en Actuelles III (1958), llamaron la atención con respecto a las muchas injusticias que posteriormente desencadenaron la Guerra de Argelia de 1954.
Camus se relacionó más con corrientes humanitarias, más que político-ideológicas, y sostenía la importancia del papel de Francia en Argelia, aunque no ignoraba las injusticias coloniales.
A través de sus escritos, Camus explora la condición humana de aislamiento dentro de un universo que llega a parecer ajeno, el extrañamiento del ser humano hacia sí mismo, el problema del mal y la fatalidad de la muerte.
Se considera que su pensamiento representa la desilusión de los intelectuales en la época de la posguerra.
Sin embargo, aunque entendía el nihilismo de muchos de sus contemporáneos, defendía valores como la libertad y la justicia.
En sus últimos trabajos, esbozó un humanismo liberal que rechazaba los aspectos dogmáticos del cristianismo y el marxismo.
El hombre siempre se encuentra en una «condición absurda», en «situaciones absurdas». Camus afirmó en 1956, en una entrevista publicada por Le Monde: «No creo en Dios, es verdad. Y, sin embargo, no soy ateo. Incluso me siento inclinado, con Benjamin Constant de Rebecque, a ver en la irreligión algo de vulgar y de..., sí, de deteriorado».
Absurdismo
Esta idea del absurdo presupone que el ser humano busca un significado del mundo, de la vida humana y de la historia, el cual sustente sus ideales y valores. Se desea la seguridad de que la realidad es un proceso teleológico inteligible, que contiene un orden moral objetivo.
La filosofía de la revuelta
Camus tenía una fuerte preocupación por la libertad humana, la justicia social, la paz y la eliminación de la violencia. El ser humano se puede rebelar contra la explotación, la opresión, la injusticia y la violencia, y por el mismo hecho de su rebeldía afirma los valores en cuyo nombre se vuelve rebelde. Una filosofía de la revuelta, por lo tanto, tiene una base moral, y si esta base es negada, ya sea explícitamente o en nombre de cierta abstracción como el movimiento de la historia, lo que comienza como rebeldía y expresión de la libertad, se torna en tiranía y en la supresión de ésta. Para Camus, al igual que la rebeldía, toda acción política debe tener una base moral sólida.
Murió el de enero de 1960 a la edad de 46 años en Villeblevin, Francia
Cómo ven Albert fue un filósofo con algunas ideas diferentes a lo que estamos acostumbrados, personalmente concuerdo con Albert en cada uno de sus puntos ideológicos, también fue una persona que vivió en la posguerra desde su niñez, tuvo una vida dura, estancada en la pobreza, pero salió adelante y ahora cuenta con un Nobel gracias a sus ensayos gratificantes, ahora que conocieron su historia ¿Qué les parece?
Sus concepciones se formaron bajo el influjo de Schopenhauer, de Nietzsche y del existencialismo alemán.
Se le ha atribuido la conformación del pensamiento filosófico conocido como absurdismo
(La filosofía del absurdo o absurdismo es la corriente filosófica que se ocupa de la naturaleza de «el absurdo» y de cómo responder a este una vez el individuo es consciente de él. El absurdo es el conflicto entre la búsqueda de un sentido intrínseco y objetivo a la vida humana y la inexistencia aparente de ese sentido. Se suelen ofrecer tres soluciones al absurdo: el suicidio, la religión o la simple aceptación del absurdo.)
Si bien en su texto «El enigma» el propio Camus reniega de la etiqueta de «profeta del absurdo». Se le ha asociado frecuentemente con el existencialismo
(El existencialismo es una corriente filosófica que sostiene que la existencia precede a la esencia y que la realidad es anterior al pensamiento y la voluntad a la inteligencia.)
Aunque Camus siempre se consideró ajeno a él.
Pese a su alejamiento consciente con respecto al nihilismo
(El nihilismo es una doctrina filosófica que considera que al final todo se reduce a nada, y por lo tanto nada tiene sentido.)
Rescata de él la idea de libertad individual.
Formó parte de la Resistencia francesa durante la ocupación alemana, y se relacionó con los movimientos libertarios de la posguerra. En 1957 se le concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de la actualidad».
Su niñez transcurrió en uno de los barrios más pobres de Argel, y con ausencia absoluta de libros y revistas.
Gracias a una beca que recibían los hijos de las víctimas de la guerra, pudo comenzar a estudiar y a tener los primeros contactos con los libros. En medio de dificultades económicas, cursó su primaria y culminó el bachillerato.
En Argel realizó sus estudios en la escuela primaria y fue alentado por sus profesores, especialmente Louis Germain, a quien guardó total gratitud, hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel
Posteriormente estudió filosofía y letras y se graduó con una tesis sobre la relación entre el pensamiento clásico griego y el cristianismo a partir de los escritos de Plotino y san Agustín.
Fue rechazado como profesor a causa de su avanzada tuberculosis, por lo que se dedicó al periodismo como corresponsal del Alger Républicain. En 1939 se presentó al ejército como voluntario, pero no le aceptaron por su delicada salud.
Comenzó a escribir a muy temprana edad: sus primeros textos fueron publicados en la revista Sud en 1932.
Dos años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, Camus fue periodista del Alger Républicain. Ahí publicó distintos artículos que analizan la situación social de los musulmanes en la región de la Kabylia.
Estos artículos, publicados posteriormente en Actuelles III (1958), llamaron la atención con respecto a las muchas injusticias que posteriormente desencadenaron la Guerra de Argelia de 1954.
Camus se relacionó más con corrientes humanitarias, más que político-ideológicas, y sostenía la importancia del papel de Francia en Argelia, aunque no ignoraba las injusticias coloniales.
A través de sus escritos, Camus explora la condición humana de aislamiento dentro de un universo que llega a parecer ajeno, el extrañamiento del ser humano hacia sí mismo, el problema del mal y la fatalidad de la muerte.
Se considera que su pensamiento representa la desilusión de los intelectuales en la época de la posguerra.
Sin embargo, aunque entendía el nihilismo de muchos de sus contemporáneos, defendía valores como la libertad y la justicia.
En sus últimos trabajos, esbozó un humanismo liberal que rechazaba los aspectos dogmáticos del cristianismo y el marxismo.
El hombre siempre se encuentra en una «condición absurda», en «situaciones absurdas». Camus afirmó en 1956, en una entrevista publicada por Le Monde: «No creo en Dios, es verdad. Y, sin embargo, no soy ateo. Incluso me siento inclinado, con Benjamin Constant de Rebecque, a ver en la irreligión algo de vulgar y de..., sí, de deteriorado».
Absurdismo
Esta idea del absurdo presupone que el ser humano busca un significado del mundo, de la vida humana y de la historia, el cual sustente sus ideales y valores. Se desea la seguridad de que la realidad es un proceso teleológico inteligible, que contiene un orden moral objetivo.
La filosofía de la revuelta
Camus tenía una fuerte preocupación por la libertad humana, la justicia social, la paz y la eliminación de la violencia. El ser humano se puede rebelar contra la explotación, la opresión, la injusticia y la violencia, y por el mismo hecho de su rebeldía afirma los valores en cuyo nombre se vuelve rebelde. Una filosofía de la revuelta, por lo tanto, tiene una base moral, y si esta base es negada, ya sea explícitamente o en nombre de cierta abstracción como el movimiento de la historia, lo que comienza como rebeldía y expresión de la libertad, se torna en tiranía y en la supresión de ésta. Para Camus, al igual que la rebeldía, toda acción política debe tener una base moral sólida.
Murió el de enero de 1960 a la edad de 46 años en Villeblevin, Francia
Cómo ven Albert fue un filósofo con algunas ideas diferentes a lo que estamos acostumbrados, personalmente concuerdo con Albert en cada uno de sus puntos ideológicos, también fue una persona que vivió en la posguerra desde su niñez, tuvo una vida dura, estancada en la pobreza, pero salió adelante y ahora cuenta con un Nobel gracias a sus ensayos gratificantes, ahora que conocieron su historia ¿Qué les parece?
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