Aviso
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Cerró con fuerza la puerta del vestidor comenzando a quitar su traje rojo, debía reemplazarlo por el negro que todos los hombres ya sean omegas o alfas llevaban en esa premiación 

Tan solo faltaban 30 minutos para que comenzarán las entregas de los premios de distintas categorías. Tenía suficiente tiempo para cambiarse con calma y tal vez ir con algún Idol conocido a saludarlo o perder el tiempo en algún lugar, lo que pasara primero. 

Quitó el saco de su cuerpo comenzando a desabrochar los botones de la camisa cuando la puerta fue abierta abruptamente haciendo que volteaste con rapidez hacia ahí.

El aroma a cedro y té verde inundó su olfato haciendo a su corazón latir con fuerza y su lobo revolotear al ver a aquél alfa frente él.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a ese pálido que ahora sabía era un alfa, por su aroma.

Sin poder evitarlo su lobo comenzó a soltar feromonas tratando de atraer al alfa haciendo que su parte humana se intimidara al ver el rostro inexpresivo del pelinegro junto con la intimidante aura que tenia. 

Mordió su labio inferior desviando la vista hacia el suelo cerrando con sus manos la camisa que dejaba su pecho al descubierto.

– ¿Crees que solo tú puedes jugar? Te veías muy seguro allá afuera. – habló con voz grave el pálido haciendo al omega seguir con su vista en el suelo mientras apretaba sus piernas aún soltando feromonas.

Jimin apretó sus labios elevando su cabeza cuando sintió a ese alfa acercarse a él y cuando menos lo espero ya tenía las manos de éste sujetando con fuerza su cintura. Su lobo correteó en su interior y él se sonrojo al ver ese hermoso rostro pálido de ojos gatunos muy cerca de él.

– ¡Ya! Té crees que soy muy fácil, como para que vengas aquí a invadir mi privacidad. – respondió frunciendo el ceño poniendo sus manos en el pecho del alfa tratando de alejarlo, pero este solo lo veía con una ceja alzado. – Puedo gritar en cualquier momento y decir que quisiste abusar de mi.

Escuchó la risa sarcástica del pálido y no pudo más que aguantar sus ganas de abalanzarse hacia esté rogándole que hiciera lo que quisiera con él.

No, pero no era fácil.

– ¿Lo dice él omega quien está soltando feromonas de excitación? – preguntó con gracia él pelinegro y Jimin solo pudo morder su labio inferior al vez cómo esté se acercaba a su cuello. – Por cierto, rico aroma.

Arqueó su cuerpo hacia atrás al sentir la caliente y ágil lengua del alfa en su cuello, lamiendo esa área. Jadeó cuando su lengua bajo hasta la piel de su pecho descubierta comenzando a succionar con sus labios y dejando pequeñas marcas ahí, dónde nadie podía ver.

Jimin comenzó a sentirse caliente con tan solo esa imagen del alfa al igual que el placer recorría su cuerpo.

– Yo... – gimió alto al sentir los dientes del alfa morder su piel y solo llevó sus manos a la cabeza de éste pasando sus dedos entre las hebras de su cabello. – Alfa...– chilló cuando la lengua del contrario llegó a uno de sus pezones.

Sus manos jalaron el cabello del pálido sintiendo la excitación invadirlo, su entrada estaba mojada y su lobo muy alborotado por querer sentir el nudo del alfa dentro de él pero antes sentir el pene de esté jodiendole con fuerza. 

– Vamos, solo tienes que pedirlo y me tendrás entre tus piernas. – la voz seductora y grave, lo hizo volver a gemir mientras cerraba sus ojos con fuerza intentando negarse.

Estaba seguro que podría venirse solo con escuchar a ese alfa hablarle así, y como no hacerlo si se veía malditamente sexy con ese traje de vestir y su cabello despeinado. 

– Por favor... Quiero que me folles, alfa.

Solo eso bastó para que un desesperado y caliente alfa quitará la camisa del omega junto con el pantalón, ese que se pegaba tan bien a sus muslos.

Y sabía que no debería solo querer tener sexo con ese omega pero su alfa pedía por él, y su parte racional no podía pensar en otra cosa más que en los acuosos ojos del omega, sus labios rojos entreabiertos y su cuerpo curvilíneo y caliente.

Podría jurar que nunca había visto a un omega tan perfecto, en cuanto a físico y solo con la simple idea de pensar en otro alfa tocando a ese omega hacia a su lobo molestarse en su interior.

Quitó la ropa interior del omega tomando sus desnudos los muslos sintiendo la suave y caliente piel en las yemas de sus dedos, subió ambas piernas a su caderas cargando su cuerpo sintiendo al contrario temblar en sus brazos.

– ¿Qué...?

Él pálido recostó el cuerpo del omega en un sillón individual que ahí se encontraba y pudo apreciar sus mejillas rojas al poner sus piernas en los sujetabrazos de está dejando el cuerpo contrario completamente a su merced.

Su pene se endureció aún más al ver la rosada entrada del omega totalmente húmeda, goteando lubricante y sus dientes morder sus labios.

Se colocó entre sus piernas y sin poder aguantas más juntó sus rostros viendo los ojos color miel del omega y su pulcra piel dejando ver aquellos abultados labios rosados, aquellos inseguros pero seductores ojos acuosos que lo hicieron gruñir por lo bajo.

Cerró sus ojos, inclinando un poco su rostro para juntar sus labios con los del omega sintiendo la suavidad en estos y como dejaba salir un gemido ahogado por sus labios. Chupó y succionó el labio inferior de éste haciéndolo abrir su boca para meter su lengua.

Una de sus manos sujeto su cintura y la otra fue directamente a la lubricada entrada del omega metiendo sin cuidado dos dedos dentro.

Jimin gimió por lo alto al sentir dos dedos deslizarse en su interior con mucha facilidad, siendo apretados, haciendo que despegara su boca de la del pálido comenzando a jadear desesperado. Los largos dedos del pálido se movían embistiendo su entrada con movimientos lentos para después mover con más rapidez su mano.

– Saca tus dedos – jadeó intentando cerrar sus piernas pero siendo en vano porque él alfa abrió  más sus piernas.

Se sentía tan vulnerable al estar totalmente abierto hacia ese pálido, totalmente desnudo y jadeante por tan solo unos dedos, pero también le excitaba estar así.

– ¿Por qué?

– Si sigues me voy a correr. – balbuceo él omega sintiendo el vacío en su interior.

Alzó una ceja confundido pero borró su expresión a una totalmente sorprendida al ver a ese alfa bajar su pantalón junto con su ropa interior y podría jurar sentir el lubricante salir de su palpitante entrada mojando el sillón.

Dejó salir más su aroma y se preguntó si es que eso que él pálido cargaba entre sus piernas entraría en él.

Su mente se nublo al sentir la punta del pene del pelinegro en su entrada solo frotandose contra él. Su miembro fue tomado por una de las manos del alfa quién comenzó a mastubarlo mientras metía la punta en su entrada haciendo que la excitación y el cosquilleo en su vientre se intensificará.

Y solo con escuchar los gruñidos y jadeos del alfa podría inclusive correrse varias veces. 

Arqueó la espalda al sentir el grueso falo del alfa expandir su lubricada entrada y como se hacía paso en su interior acercándose totalmente a él, quedando ambos frente a frente. 

Lo único que pudo hacer fue sujetarse a los hombros del pelinegro sintiendo su pene entrar y salir de él lento y profundo, sus testículos chocando con sus nalgas. 

– Bendita flexibilidad la tuya, omega.– jadeo ronco él alfa haciendo a él mencionado gemir con fuerza, pues estaba totalmente abierto de piernas en un sillón siendo embestido por aquél hermoso alfa.

– ¡Ahí! ¡Ahí! – chilló cuando las penetraciones se hicieron constantes y rápidas escuchando el obsceno sonido de sus pieles chocar y el chapoteo del pene del alfa al entrar en su lubricada entrada.

Hace años que no tenía sexo con nadie y se sentía en el paraíso tan más al sentir el grueso falo del alfa follandolo hasta el fondo, metiendo por completo su polla en él. 

Arqueó de nuevo su espalda cerrando con fuerza sus ojos y gimiendo sin parar cuando ese punto que lo hacía retorcerse de excitación fue tocado.

Y sabía que pronto se correría.

Una de las manos de pelinegro sujetaba con fuerza su cintura mientras la otra se apoyaba en el respaldo del sillón, sabiendo que la mano en su cintura  dejaría marca, pero eso no le importaba en lo absoluto.

El pene del pálido entrando y saliendo podía ver esa acción con solo llevar su vista hacia abajo. 

Varias embestidas faltaron para que el omega gritara en el sillón llegando al orgasmo seguido de un jadeante alfa que ante eso solo pudo derramar su semilla en el interior de éste formando el nudo. Incluso el nudo de éste se sentía tan bien en su interior, se sentía tan caliente sentir el semen del ese pálido llenarlo. 

Jimin trato de regular su respiración y llevó su vista hacia el sudado rostro del pálido. Pudo ver sus ojos gatunos y sus delgados labios que hicieron a su lobo brincar emocionado además de su rico aroma a cedro y té verde.

Solo él había quedado completamente desnudo y hasta ese punto se dió cuenta que ese alfa se había corrido en su interior.

Un alfa lo había anudado.

Oh, no.

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© Little Shooky,
книга «Mi dulce alegria YOONMIN».
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