Aviso
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Había pensando que quedar en estado no era tan difícil.

Pero ahora, con cuatro meses de embarazo y una pequeña pancita podía comprobar que era más complejo de lo que creía.

Odió los mareos y vomitos los primeros meses. Y se volvió aún más molesto los siguientes.

Desde su aumento de peso y apetito insaciable hasta ahora la picazón en su pancita y el crecimiento de sus pechos. Ésto último no le terminaba de agradar tanto, pues sabría que con el pasar de los meses le dolerian.

Había pedido un descanso de un año diciendo que necesitaba despejarse de todo el estrés que tenía.

Y aunque las primeras semanas hubiera querido ir tras él alfa que lo dejo preñado y decirle su estado para que lo mimase y diera su marca, no podía hacerlo.

No cuando sabía que tenía un futuro por delante y no podía arruinar sus planes. Por más que su lobo chillara pidiendo su presencia y su lazo, no lo haría.

Acarició su poco abultado vientre dejando caricias en el área, no le gustaba mentir pero la sola idea de ser rechazado por ese alfa lo hacía estremecer.

– Solo somos tú y yo. Perdón no poder darte una familia completa, no eres un error. Nunca lo serás, solo... Necesito adaptarme a tí. – susurró tocando su vientre mientras se sentaba en la cama de su departamento.

Todo saldría bien, y en menos de lo que esperaba tal vez y conseguía alguien que no importa estuviera en estado lo amara a él y a su omega.

Solo esperaba que su lobo aguantará dar a luz a su cachorro sin un lazo del alfa.

***

– ¡Vamos, solo inténtalo! – exclamó él omega frente a él cargando a un bonito cachorrito de tan solo dos meses.

Jimin frunció el ceño mientras negaba con la cabeza, en completa desaprobación.

– No, no y no. Ya te lo dije, eso solo es una indirecta demasiado directa. Además ¿Para que lo haría? No necesitó a ningún alfa conmigo. – explicó receloso tomando en brazos al pequeño cachorro que pedía por su atención.

Después de nueve largos y dificultosos meses, por fin tenía en sus brazos a aquél esperado cachorrito. Sus mejillas regordetas hacían que muriera de ternura junto con aquellos ojitos gatunos y ni hablar de su pomposos labios.

Sin duda, una hermosa creación de su parte.

– Te recuerdo que dentro de un mes volverán tus celos. Necesitas algo en que calmarte. – expresó Taehyung mirando a su amigo con un falso puchero siendo respondido por una  molesta negación.

– ¿Te recuerdo que pasó la última vez que anduve de caliente? – cuestionó molesto Jimin mostrando al bebé en sus brazos quien comenzaba a quedarse dormido.

Escuchó la risa de Taehyung y solo pudo rodar los ojos con fastidio.

Él no necesitaba un alfa, ya era feliz con su pequeño cachorro. Tal vez los primeros meses lo necesito, pero ahora no.

Sabía que él podía sobrellevar todo y darle una vida plena y feliz a su bebé. Apenas tenía veintiseis años y una vida por delante, no sé ataría a alguien.

Al menos no aún.

– Vamos, Jimin. Hazlo, no te cuesta nada. Podrías incluso intentar algo con Agust.

Su cuerpo se erizó al escuchar ese nombre, ese que estuvo buscando por meses, pues en su encuentro ninguno de los dos le tomó importancia a sus nombres.

– Si solo vienes a eso Taehyung. Te pido que te vayas.

Vió al omega bajar la cabeza susurrando un "lo siento" y supo que la conversación había llegado a su fin.

Y aunque se negara, le causaba mucha curiosidad volver a saber algo de ese alfa.

Tal vez no estaba tan mal intentar hacer aquél trend de Tik tok.

  ▪️▪️▪️▪️▪️

Nota de la autora:

¡Hola!

Sí lo sé, di un giro en el tiempo que ni yo misma había planeado pero era necesario.

Aguas que parpadean y el Yoonmin ya tiene un segundo hijo absjska

¡Nos vemos pronto!

© Little Shooky,
книга «Mi dulce alegria YOONMIN».
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