Aviso
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– ¿Podemos hacerlo de nuevo? – preguntó tímido él castaño desviando su mirada hacia abajo para no ver los oscuros ojos del alfa que lo analizaba, aunque eso no ayudaba mucho por el hecho de aún tener él pene de esté en su interior. 

El nudo se había formado en el interior del omega pero al estar ambos en una mala posición y que a Jimin le comenzará a doler la espalda, hizo que él pálido con mucho cuidado lo cargará  castaño en sus brazos y lo sentará encima de él en el sillón.

Debía admitir que no se sorprendió tanto ante las palabras de ese omega pues comenzaba a sentir la humedad apresar su miembro además de la erección del castaño sobre él en su abdomen.

Y solo podría volver a excitarse con la erótica imagen del omega sobre él con su cabello despeinado, su abdomen y pecho manchado de semen junto con sus rojos e hinchados labios al igual que sus sonrosadas mejillas.

Nunca en su vida había visto a un omega con un rostro tan hermoso y ni hablar de su bien formado cuerpo. Y de solo pensar que algún alfa lo haya tocado antes hacia a su lobo molestarse en su interior.

– El nudo aún no baja, ¿En verdad quieres hacerlo de nuevo? – preguntó sintiendo temblar al omega en sus brazos y el lubricante de esté bajar por su miembro. 

Las manos del alfa sujetaban su cintura y solo quería que estás bajarán a sus muslos y los apretara a su antojo.

No sabia que le pasaba, pero la simple presencia de ese pelinegro alfa hacia salir su lado más caliente. Y es que hace meses que no tenía sexo con alguien, tal vez debía ser eso.

Mordió su labio inferior y pensando en que él alfa aún traía una molesta camiseta blanca de botones junto con una corbata, comenzó a quitar está.

– ¡¿Qué haces?! – preguntó confundido viendo al castaño fruncir el ceño al no poder quitar su corbata.

– Te desvisto.

Soltó feromonas de excitación llamando al lobo del alfa y cuando por fin pudo quitar la corbata, desabrochó cada uno de los botones de su camisa dejando ver el pálido abdomen del alfa haciendo que jadeara por lo bajo, ese que no estaba tan marcado pero aun así podía ver los músculos formarse. 

Y no podía evitarlo, tenía en su interior el pene del pelinegro invadiendo su entrada además estaba sentado sobre él completamente desnudo. 

– Por favor... – susurró Jimin haciendo un puchero viendo fijamente aquellos gatunos ojos mientras pasaba la yema de sus dedos por el abdomen y pecho del alfa.

Lo escuchó bufar y solo pudo quitar el puchero de su boca y fruncir el ceño molesto a la vez que blanqueaba los ojos. 

– Entonces podrías soltar mi cintura y salir de mi. – renegó al sentir el lubricante volver a invadir su entrada mojando el falo del alfa y comenzando a escurrir. 

– El nudo aún no baja.

– ¡Necio serás! – reclamó Jimin tomando el mentón del pálido para que mirará sus ojos. – Si así lo quieres.

Junto sus labios con los delgados del alfa comenzando a chupar y succionar su labio superior, un lento vaivén en dónde solo disfrutaba el contacto con los labios contrarios, hasta que sintió una mordida en su labio inferior su boca se abrió involuntariamente sintiendo su lengua chocar contra la del alfa haciendo su cuerpo arquearse y un jadeó ahogado salió de su boca.

Comenzó a mover su cadera lentamente con el falo del pálido en su interior solo sacándolo un poco y volviéndolo a meter, restregando su pene en el abdomen de éste.

Separó sus labios de los delgados tratando de regular su respiración. Apoyó sus manos en el caliente pecho del alfa comenzando a sacar y meter el miembro de éste en su interior un poco más.

Comenzó a sentir duro dentro de él siendo la confirmación para alzarse hacia arriba y dejarse caer sobre él pelinegro.

Su cuerpo se arqueó al sentir la excitación correr por su cuerpo al sentirlo tocar ese punto que lo hacía delirar.

Sintió las manos del alfa bajar hasta sus muslos apretando la zona y volteó su vista hacia esté viendo su cabello despeinado y su cabeza hacia atrás recargada en el sillón, sus ojos estaban cerrados y su boca abierta jadeando por lo alto. No pudo evitar no gemir, pues por fin tenía las manos del alfa dónde quería.

– Omega... – jadeó el alfa al sentir la boca del castaño en su cuello chupando y lamiendo sus clavículas mientras movía de arriba a abajo sus caderas autopenetrandose con insistencia. 

Jimin gimoteo al sentir sus caderas ser tomadas con fuerza parando sus movimientos y frunció el ceño con molestia sacando su rostro del cuello del alfa.

– ¿Qué se supone que... – un jadeo interrumpió su oración al sentir cómo él pelinegro comenzaba a mover su cadera, arremetiendo con frenesí dentro de él.

Sus ojos se cerraron con fuerza comenzando a gemir sin parar, metió su rostro de nuevo al cuello del alfa olfateando el delicioso aroma a cedro y té verde.

– Más, más por favor. Más~ – gimió Jimin en el oído del pálido sintiéndose débil y muy excitado cuando su entrada fue abusada con más rapidez.

Sus manos se encontraban en los hombros del pelinegro sujetándose de él y gritó con fuerza al sentirlo tocar ese punto que lo hacía delirar, su vientre se contrajo sintiendo su orgasmo venir.

Y no podía evitar querer correrse, no cuando escuchaba el chapoteo de sus pieles al chocar o  sentía la polla dura del alfa abrir su entrada y profanarlo con rudeza.

– Eres muy estrecho y ahorcas mi pene tan bien que no quisiera separarme de ti. – soltó con voz ronca él alfa viendo al omega deshacerse en un gemido alto, sintiendo cómo su abdomen se mojaba por la esencia del omega y como sus paredes anales aprisionaban su miembro hinchado.

Jimin sonrío orgulloso y cansado al escuchar el gemido del alfa mientras se corrió de nuevo en su interior. Y no pudo evitar jadear por lo bajo al sentir el caliente esperma inundar su interior al igual que el hinchado nudo expandirse en su entrada.

– Lo siento. – dijó él pálido, a lo que él omega frunció el ceño en confusión por sus palabras.

– ¿Por qué?

– Por correrme dos veces en tu interior.

Jimin alzó una ceja al ver la sonrisa ladina del pálido, como si estuviese orgulloso de haberlo hecho.

Abrió su boca para contestar cuando el sonido de la puerta siendo tocada hizo a ambos tensarse.

– ¡Park Jimin, ¿Sigues ahí?! – habló su manager del otro lado haciendo al mencionado abrir sus ojos con sorpresa y temor a la vez que un poco perturbado. 

Si los descubrían sería un caos.

– ¡Sí, ya voy. Estoy retocando un poco mi maquillaje! – exclamó lo más tranquilo que pudo viendo al alfa reír en silencio, dejando ver sus rosadas encías. Frunció el ceño hacia él con molestia.

– ¡Tienes quince minutos antes de que empiece las premiaciones, apresúrate!

– ¡Sí, Sabonim! – exclamó una última vez escuchando a la persona alejarse.

Suspiró al sentirse más tranquilo pero recordó con rapidez que ese alfa seguía anudado en su interior y él estaba desnudo lleno de ambos fluidos y sudado al igual que despeinado sobre él.

– ¿Crees que ya puedas salir de mi? – preguntó levantándose un poco apoyándose en el fuerte pecho del alfa.

Debía admitir que le hubiese encantado besar ese área.

Miró el rostro horrorizado del pálido pero después lo vió fruncir su ceño.

– ¡Estás loco! ¿Acaso quieres que desgarre tu interior? – preguntó viendo al castaño omega hacer un puchero con sus mejillas rojas.

– Está bien. Me esperaré. – habló rendido Jimin acomodándose mejor encima del alfa. – ¿Es tú primera vez en estás premiaciones? – preguntó con curiosidad viendo al alfa mirar su rostro en su pecho.

– Sí, es mi primera vez aquí. Acabo de debutar hace unos meses. – explicó él pálido y sin mucho pensarlo acarició los castaños cabellos del omega en sus brazos.

Nunca había pensando en tener sexo con alguien esa noche, pero sin duda alguna, había algo que lo hacía tener una conexión con ese omega.

Y aún no olvidaba el hecho de que su alfa había pedido marcar su cuello, cosa, que nunca había pedido.

****


Jimin se vestía con prisa mientras se trataba de ver lo más decente posible, acomodó su cabello viendo por el espejo que ahí se encontraba, a ese pálido alfa acomodar su ropa.

Sonrío satisfecho y feliz, pues no hace mucho el nudo se había deshinchado, además tuvo los mejores dos orgasmos de toda su vida.

Era tan egoísta para él pensar en quedarse con ese alfa y tratar de seducirlo para volverse a ver, pero sabía que eso no sería posible, no cuando tenía estrictamente prohibido tener una relación amorosa con un alfa.

Terminó de acomodar su cabello y retocar su maquillaje, tomó un neutralizador de su bolso y lo esparció por todo el lugar para eliminar el aroma a sexo y sus aromas combinados.

Se acercó al alfa viendo cómo esté lo miraba confundido y comenzó a rocear por todo el cuerpo del pálido el neutralizador.

– No queremos mal entendidos. – respondió él omega sonriendo dejando el neutralizador en su mochila antes de rocear su cuerpo.

Tomó el polvo del tocador para después acercarse hacia él alfa. Su corazón comenzó a latir con fuerza al acercarse a ese pálido alfa y sin saber porqué sus mejillas se calentaron, los nervios comenzaban a invadirlo. 

– Déjame retocar tú maquillaje, ¿Sí? – preguntó cohibido Jimin viendo al pelinegro sonreír y asentir para agacharse un poco hacia él.

Estiró su brazo colocando con la pequeña esponja el polvo en la cara del pálido. Retocando las áreas en dónde se veía más brilloso.

Él alfa mantenía sus ojos fijos en él haciendo sus mejillas sonrojarse aún más. Mordió su labio con fuerza para alejarse del pelinegro.

– Listo. Saldré primero para no levantar sospechas. – afirmó él omega dejando el polvo en el tocador y viéndose por última vez al espejo acomodando sus prendas. – Fue un gusto conocerte.

Le dió una reverencia al alfa para encaminarse hacia la puerta de salida pero fue interrumpido por una mano en su cadera que lo hizo girarse hacia él pálido alfa.

Sus manos toparon en su pecho, elevó su vista viendo una preciosa sonrisa de gomita por parte del alfa, que dejaba ver sus encías haciéndolo ver tierno, cosa que casi hizo que chillara y se abalanzara hacia esté para decirle lo tierno que se veía.

– ¿A dónde vas sin despedirte bien?

Y con eso sintió los labios del pelinegro juntarse con los suyos, tomando su labio inferior para chuparlo y succionarla en un lento vaivén. Solo saboreaba su boca con lentitud, sin morbo y sin ganas de despegarse de aquél suave y dulce beso.

Siguió deleitándose con los cálidos labios del alfa sosteniendo con sus manos el saco del alfa mientras esté sujetaba su cintura.

Sin duda nunca olvidaría ese día.

Pero ambos, habían pasado por alto un pequeño detalle. O tal vez un gran detalle entre ambos.

▪️▪️▪️▪️

Nota de la autora:

Pidoperdón por no estar tan activa. Pero prometo pronto venir con nuevas actualizaciones.

Tenganme paciencia ya entré a clases y pronto será un caos para mí :'))

Espero estén bien y tomen awita.

¡Nos vemos pronto!

© Little Shooky,
книга «Mi dulce alegria YOONMIN».
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