Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 5
Ximena.

Tomé el último bocado de albóndigas que me quedaba en el plato, mastiqué y tragué. Inmediatamente sentí deseos de vomitar. Mi estómago, como ya estaba siendo habitual últimamente, reaccionaba demasiado pronto a las cantidades exorbitantes de comida que yo podía ingerir cuando me dominaba la ansiedad.

Corrí al baño y levanté la tapa del retrete para vomitar. Vacié todo mi estómago de lo que acababa de comer y tiré la cadena. Me senté en el suelo envolviendo mis rodillas con los brazos, incliné la cabeza y lloré. Probablemente en un rato volvería a sentir ansiedad, comería algo nuevamente y repetiría el mismo ciclo una y otra vez.

Me levanté, me acerqué al lavabo, abrí el grifo y me lavé la cara y los dientes. Cuando me ví en el espejo me sorprendió mi reflejo. Me veía  demacrada, orejosa y desgarbada.

Escuché el timbre de la puerta, colgué la toalla con la que me había secado y salí a abrir.

—Hola hermana.—Me saludó

Me mordí el labio inferior, conteniéndome, intentando suprimir mis emociones desordenadas y me abrí paso para dejarla pasar.

—¿Que tal estás?—Preguntó.

Una gran sonrisa risueña llenaba su rostro. Mi hermana de quince años se veía tan llena de vida, tan jovial y tan alegre. Mientras que yo sentía que me estaba hundiendo en el fango.

—Te ves como la mierda—Me dijo sin más.

Rodé los ojos y me dirigí hacia la cocina, a limpiar y lavar los trastes que acababa de ensuciar. Escuché ladridos y jadeos caninos desde la sala y la risa de mi hermana. Seguramente los acariciaba y jugaba con ellos.

—Zero grandullón.—Les dijo mimosa, con su voz tierna y aterciopelada—Hola Rosco, Tofu pequeño diablillo.

Menta y Fresa estaban a mis pies maullando. Terminé con los trastes y recargué con agua y croquetas su comedero automático inteligente, también el de los perros que tenia capacidad hasta para quince kilogramos de croquetas.

—¿Alimentaste a estos devoradores?—Señaló a los perros y a los gatos a sus pies.

—Ya he recargado sus comederos.

Mi hermana sacudió su cabello corto y sopló el flequillo de su frente hacia arriba, se veía acalorada.

—¿De donde vienes?—Pregunté

—No es obvio—Señaló su uniforme—Del instituto.

—Creí que ya estabas de vacaciones

—Hasta hoy he tenido clases.—Zanjó y resopló—Papá está muy preocupado por ti. También mamá y Eduardo nuestro hermano.

—Que ya no lo estén—Corté— He dejado la organización.

—Uff—Soltó una risa estrangulada—Que bueno. Por fin. Lo celebro. Papá dijo que no te está pagando la facultad de leyes para que andes con chorradas. Y Eduardo trabaja para una firma de abogados de muy buena reputación y le enferma verte en esas protestas.

—Ya no tendrá que hacerlo. Lo he dejado. ¿Estás feliz?

—A mí que más me da.—Soltó encogiéndose de hombros y rodando los ojos—Eduardo le dijo a papá que la organización a la que pertenecías está enfrentando fuertes quejas y cargos legales. Es un gran escándalo. Una poderosa corte está llevando el caso. Las acusaciones van desde entorpecimiento de procesos gubernamentales de bienes e infraestructuras públicas y privadas. Incitación a la violencia y el odio, vandalismo, falsas acusaciones, conspiración, soborno, extorsión, saqueo, el sabotaje que hicieron contra el proyecto de construcción del conglomerado de casas y la disputa ilógica por ese terreno aquí en Barcelona. Desprestigiando y denigrando a una arquitecta y a otro montón de personas parte del proyecto y a sus familias, a quienes acosaron, perseguieron y amenazaron de distintas formas incluso públicamente, y también de muerte. Además los medios de comunicación y los periodistas que estuvieron involucrados respaldando la organización han perdido credibilidad y hasta sus puestos de trabajo, algunos han sido encarcelados y otros han muerto en extrañas condiciones por transmitir y propagar fake news, por la ausencia e inexistencia de ética y valores profesionales, entre otras cosas. Todo bastante turbio y sombrío. Y éstos tampoco recibieron pago alguno, porque quien los financiaba se les agotaban los fondos, también le estafaron millones de euros a los contribuyentes. Era una buena pasta, unos novecientos pavos para cada periodista. Alguien de una gran posición dió testimonio de que se habían acercado a él con engaños y mentiras... con intención de contratarle y pagarle una buena tajada de cientos de miles de euros... le rogaron y le imploraron que por favor secuestrara y "ajusticiara" a la mujer y la borraran del mapa. Que estaban muy desesperados y a punto de recurrir a los barrios pobres en busca de alguien para el trabajo. Y se trataba claramente de asesinato, le dijeron: "Por favor ayúdenos, usted es el mejor asesino y mafioso de toda España" Y el hombre se negó porque no era ni un asesino ni un mafioso. ¿Que horrenda organización, institución o secta es esa, Ximena? Ni papá ni Eduardo quieren que estés involucrada en eso. Y que si no tomas medidas inmediatamente te van a enviar bien lejos hasta que pase el escándalo. Papá está dispuesto a darte una buena reprimenda como cuando tenías cinco años y ambos a revocar tu ayuda universitaria y financiera.

—Puedes decirles que ya no pertenezco a la organización.—Repetí

—Bien. Les alegrará saber eso y que hayas aprendido la lección. —Se echó hacia atrás un mechón de cabello y sacó su teléfono de la mochila—¿Que ha ocurrido con el WiFi?

—Le he cambiado la contraseña—Respondí secamente.

—¿Puedes dármela... por favor?—Insistió e hizo un infantil puchero.

Suspiré cansada y le extendí la mano abierta.

—Venga, dame el teléfono.

Coloqué la contraseña y le devolví el teléfono.

Sinceramente ya era bastante vergonzosa esta situación. Y estoy tan arrepentida de haber pertenecido a esa institución, y hasta el respaldo y el sentido que tenían como causa en sí, se esfumó. Jamás me imaginé que los dueños de ésta fueran capaces de caer tan bajo. O simplemente siempre fue un espejismo y una fachada lo que aparentaban, y esta era su verdadera naturaleza, personas capaces hasta de matar para salirse con la suya. Por suerte se frenó el asunto antes de que alguien saliera lastimado. Y el proyecto pudo seguir su cauce. Si, los árboles fueron cortados y derribados, limpiaron el pantano y repararon los cimientos y los fundamentos de la construcción que ya está en marcha. Cientos de familias y comunidades serán favorecidas, principalmente pobres e indigentes que serán restaurados y tendrán hogares dignos. Todo un trabajo de bienestar social. El asunto después de todo atrajo el favor a toda la ciudad. Fue como justicia divina.

Y yo bueno sigo sintiéndome como la mierda, terriblemente culpable y avergonzada. Estoy un poco deprimida, pero para mi consuelo, también tengo a mis perros y a mis mascotas. Zero es un pastor alemán que ha estado dos años conmigo, Rosco es un pequeño, bullicioso y escandaloso pinscher y Tofu es un french poodle. Además de ellos mis gatas Menta y Fresa que son siamesas. Y como olvidar mis canarios, los peces y a Bubble la tarántula.

—Voy a ver comics en Webtoon—Dijo mi hermana, abrió el frigorífico y se sirvió una limonada.—Estoy fangirleando, son mejores que cualquier telenovela y culebrón que puedas ver en la tele.

—Eres igual de friki que Helena—Le dije

—Tal vez—Replicó y me sacó la lengua—Pero yo no soy la rara que tiene un zoológico en su casa. 

—Cállate—Espeté

—Humm... ¿Que es esto?—Murmuró mientras masticaba y saboreaba. Tenía la cajita de macarons que me había dado Raquel en la mano.

—Macarons, me los dio Raquel. —Respondí

—Están buenísimos.—Pronunció con la boca llena, lista para devorar otro.

Escuché el timbre de la puerta. Yo seguía secando los platos y acomodándolos en las encimeras. Paulina tomó un sorbo de la limonada y se llevó otro macaron a la boca.

—¿Quién será?—Preguntó encogiéndose de hombros.

—Podrías ir y abrir... por favor—Le pedí seria

La vi rodar los ojos y se dirigió hacia la puerta a regañadientes.

Escuché sus pasos y zancadas hasta la sala y luego el sonido de la puerta al abrirse.

—¡Pablo!—Exclamó emocionada—Que gusto verte.

—Hola Paulina, ¿Está Ximena?

—Si, está en la cocina. Pasa por favor.—Y sonó un portazo—Oye Pablo... ¿sabías que si googleas nuestros nombres encontrarás que ambos significan lo mismo? ¿No te parece una cosa del destino? ¿Que no es casualidad sino causalidad y que estamos destinados a estar juntos?

Me sequé las manos y me dirigí al salón. Si, mi hermana de quince años coqueteaba descaradamente con Pablo, mi... mi... mi... mejor amigo.

—Hola Pablo—Saludé.

Él estaba incómodo en medio de mi sala. Aún digiriendo lo que mi hermana acababa de decirle. Mientras que Paulina le sonreía como tonta y le miraba felina a la par que batía sus pestañas de forma coqueta.

—Hola Ximena—Sonrió cuando me vió y alzó la bolsa que traía en la mano—He traído hamburguesas vegetarianas para almorzar, tus favoritas. También traje algo para Bubble y unos juguetes para Menta y para Fresa.

—Gracias—Le dije—No tenías que molestarte.

—Yo muero de hambre—Atajó mi hermana.

—Fantástico—Pronunció Pablo sonriendo—Traje suficiente.

Tuve inmensos deseos de rechazarle, dado mi reciente episodio vomitando en el retrete, mi estómago aún estaba sensible.

—Vamos a la cocina—Atajó Paulina

Paulina se desplazó entre los perros que nos habían rodeado y ambos la seguimos. Me sorprendió su diligencia, colocó un juego de platos, cubiertos y vasos en la barra. Y una botella de jugo de naranja del frigorífico. Pablo sirvió la comida y con un gesto de mano me pidió que me sentara, no me había dado cuenta de cuan tensa estaba. Mi hermana nos rodeó y se sentó frente a nosotros en el otro lado de la barra.

—No me gustan mucho estas cosas vegetarianas.—Dijo Paulina observando la comida—No quiero ponerme pálida y esquelética. Pero tengo mucho apetito.

—Estas te van a gustar.—Sonrió Pablo.

—Gracias—Le dijo y apoyó los codos en la mesa y sostuvo su mejilla con una mano mientras le miraba y le sonreía coquetamente—No sé quien es más churro y guapo. Si Santiago el hermano de Camila o tú.

—¡Paulina!—Exclamé—Ya basta.

Pablo no dijo nada, trató de concentrarse en la comida y en Menta que se frotaba contra su pierna, pero sin duda estaba incómodo. Paulina rodó los ojos y tomó su hamburguesa con ambas manos lista para darle el primer mordisco.

© Luu Herrera ,
книга «Mucho Más Que Un Verano».
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