Dedicatorias
Prólogo
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4
5
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6 (Segunda parte)
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12
12 (Segunda parte)
12 (Tercera parte)
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Epígrafes
Prólogo
Era una tarde de invierno la brisa que era muy helada, una adolescente de unos generosos quince años estaba llorando, se acercó hacia el puente que estaba cerca de su casa, ella se sentía muy dañada. La muerte de sus padres en un accidente de carro y además su hermano Klaus no le creía nada de lo que sale de su boca, la chica se sentía rota como un vaso de cristal; en ese momento en su mente pasó un pensamiento macabro era lanzarse a ese puente y terminar con su dolor. La chica lanzó su mochila de escolar hacía la vereda del puente y su abrigo que cubría su frágil cuerpo, se subió a este con su chaleco delgado de lana que el viento invernal penetrara en su cuerpo adolescente, ella sentía que su corazón parecía estar en su garganta, la adolescente sentía la adrenalina que recorría en cada fibra de su cuerpo; el viento de invierno la golpea en su rostro redondo y esto hacía que cerrará sus ojos y cuando decidió sellar su destino, una voz masculina le decía:

-              No lo hagas - exclamó la voz con cierto horror

-              Déjame… - exclamó la adolescente con sus ojos cerrados a causa del viento y la voz dice:

-             ¿Por qué quieres hacerlo? - preguntó la voz mirándola fijamente, la chica miró a donde venía la voz y pudo ver la persona que originaba esa voz masculina, ella pudo abrir los ojos y quedó sorprendida; era un joven que no superaba los dieciocho años de edad, era un joven alto alrededor de un metro noventa, con el pelo ligeramente rizado y de color del fuego que vestía un abrigo de color negro que le llegaba hasta el cuello, con unas botas del mismo color, era demasiado apuesto, su rostro parecía que fue tallada por los ángeles, de piel blanca con unos labios pálidos que en la parte inferior eran carnosos y en la parte superior eran un poco más delgada; que ahora estaban temblando de frío, sus ojos con algunos matices de color celestes y verdes, le daba cierto aire de sinceridad y transparencia en su forma de actuar y la chica responde:

-             Eso es algo que no te importa… mejor lárgate - le respondió de forma muy agresiva que el joven no se alejó de ella, él intentaba de entender el comportamiento de la joven  y esta lo mira extrañada y sigue- acaso eres un tipo de psicópata… por que sigues aquí - le reclamó al joven y el hombre le dice:

-             Acaso tiene sentido terminar tu vida por que no puedes resolver tus problemas… tu vida tiene un significado mayor de lo que crees tú…- exclamó el joven y la chica lo mira y le dice:

-           ¿Un significado mayor? - preguntó la joven sin entender lo que decía el joven atractivo que la miraba de forma particular, la adolescente quería sentir un poco de adrenalina y siguió a donde estaba mientras el joven le dice:

-              Mejor baja.. chica - le dice el joven que extiende su mano a la adolescente y esta lo mira con recelo y le dice:

-               ¿Cómo te llamas? - preguntó la joven y este le dice:

-              Dameron… - le responde a la joven y agrega - ¿Cómo se llama señorita? -preguntó el joven

-            Me llamó Melek Hoffmann - lo mira con una sonrisa y el joven le devuelve la sonrisa que denota sinceridad, en ese momento se generó una confianza entre dos personas desconocidas, Dameron todavía tiene su mano extendida y finalmente Melek decide tomar su mano; este la ayuda a subir con delicadeza, pero en ese momento Melek se resbala y queda tendida en el puente  y grita :

-             Ahh!!…No me sueltes por favor Dameron -  exclama entre sollozos y Dameron la sostiene con toda sus fuerzas

-            Tranquila Melek… - exclamó Dameron dándole seguridad, y él todavía sostenía a Melek e intentó de subirla lo más rápido posible, él con toda sus fuerzas subió a Melek y ella volvió a subir nuevamente, Dameron la toma por la cintura y la sube hacía el otro lado del puente en donde dejó sus cosas y ella dice:

-            Gracias Dameron - con una sonrisa en su rostro y el joven le sonríe, tenía una sonrisa perfecta y cautivadora; se observaron por unos minutos y Melek vio a un joven demasiado atractivo hasta para ella, con sus ojos de una mezcla de color verde y celeste que lo volvía cautivante, con su cabellera rizada de color castaño claro que estaba bien peinada y su sonrisa perfecta mostraba sinceridad sus primeros pensamientos de Dameron fueron interrumpidos por la voz profunda de él mismo:

-            ¿Tienes frío? - preguntó el joven un poco preocupado y esta recién reacciona y le dice:

-              ¿Qué dijiste? -preguntó Melek desconcertada

-              Te pregunté…¿Sí tienes frío? - exclamó el joven

-              ¿Por qué lo dices? - preguntó Melek

-             Es que… tienes los labios morados y te tiembla el mentón - señala Dameron

-            Sí… tengo algo de frío - destaca Melek y va por su abrigo que lo dejó en la vereda, el joven se lo levanta y la ayuda a colocarsela con sumo cuidado y dice - Gracias - con una sonrisa en sus labios y este dice:

-           De nada…¿Tienes que ir a casa? - señala Dameron

-            Sí queda cerca - le indica

-            Te voy a acompañar - dice Dameron

-            Bueno - le sonríe Melek

Los jóvenes se dirigen a la casa de Guadalupe que es la persona que la cuida desde que se la encontró en la calle, hace dos años atrás; Melek miraba al joven por algunos instantes y este a su vez, hasta que llegaron a la reja de la casa de Guadalupe y Melek dice:

-              Llegamos - le sonríe

-             Te dejo aquí señorita - exclama el joven tomando su mano y la besa con delicadeza y después besa su frente de forma tierna - hasta pronto - se despide Dameron con una sonrisa en su atractivo rostro

-             Gracias… Adiós  - se despide la joven entrando a la casa y estos se miran por última vez

Continuará..

© Sara. J González,
книга «Las Crónicas de Melek Hoffmann: El inicio».
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