Capitulo 4
Malfoy entró quejándose y siendo arrastrado por Ron. Sus mejillas, rojas, y cabellos húmedos delataban que estaba saliendo de la ducha, o quizá estaba en medio de ella, cuando fue atrapado y atrapado hacia la enfermería.
-Joder, Weasley. Te estoy diciendo que no sé que diablos le pasó a Potter. No hice nada.
-Y no estoy diciendo que lo hiciste.
-¡Gritaste frente a todos que tenía que deshacer lo de Potter! ¡Eso es como incriminarme con mi historial!
-Entonces hubieras cuidado tu historial.
-Genial y como eso...
Sus palabras se detuvieron cuando lo pararon frente a Harry. Su expresión se congeló y lo miró, y su mirada empezó a enfriarse, como si Draco fuera a quien...
Se le congelara el corazón de solo verlo.
-Me voy.
-¡No! Por favor, Malfoy-suplicó Hermione-perdónalo.
-¿Perdonarlo? ¿Por qué...?
Cuando Hermione elevó la piedra frente a él, Draco la miró sorprendido.
-¿Cómo es que tienes esto?
-Harry la tomó anoche, él...
-¿Tomaste... cuándo? Ayer estaba ahí. Yo fui y... Me seguiste. ¡Me seguiste!-gritó enojado.-¿Por qué...? ¿No te he dejado en paz como tanto soñaste? El día después del juicio dijiste que si era agradecido te dejaría en paz de ahora en adelante y tú...
Harry sintió como se congelaba a la misma medida que la piedra lo hacía.
Gimió de dolor.
Malfoy abrió los ojos. Como si recién notara algo.
-Sigues vivo.
-¿Qué significa eso?-preguntó Ron con el ceño fruncido.
-Deberías estar muerto.
-¿Cómo?
-¿Por qué no estás...? Oh... -cerró los ojos y los abrió,- por supuesto. Por supuesto que no lo harías... Potter no morirá-gruñó tomando la piedra y llenándola de magia-te perdono. Listo. Creí que si la dejaba en el bosque estaría a salvo, una completa estupidez.
-¿Puedo preguntar por qué no la tenías contigo, Malfoy?-preguntó Hermione- Las veelas llevan parte de su nido consigo todo el tiempo, para sentirse cerca de su nido y tú lo abandonaste en el bosque.
-No lo abandoné, prueba es que tu amigo Potter pudo descubrir donde estaba, y porqué lo dejo ahí no es de tu incumbencia-gruñó Malfoy, guardando su piedra en su bolsillo antes de dar la vuelta, y entonces se marchó. Harry se quedó ahí mirando que lo hacía, mientras Hermione fue por la enfermera. Cuando los hechizos se retiraron y no se congeló, pensó que estaría bien. Excepto que al día siguiente al despertar, Harry sintió que se le partía el corazón de tristeza. Tomó sus lentes y se sentó preguntándose por qué se sentía así. A su lado, estaba la pequeña piedra
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