Capitulo 7
Empezó lentamente esta vez, tan lento que Harry dudó si estaba pasando de nuevo.
Pero lo hizo.
Empezó a congelarse.
Lo que si notó fue la tristeza creciendo, la nostalgia, el anhelo. Y él sabía que no era suyo, pero sabía que su corazón se sentía roto, destruido, pisoteado... Y era peor cuando Malfoy estaba cerca, era más doloroso, tan atroz que Harry quería sacudir a Malfoy de los hombros, y gritarle que luchara más, que no se dejara vencer. Era tan fuerte el dolor que no podía respirar correctamente. A veces, no quería levantarse de la cama, a veces solo quería llorar hasta caer dormido. Y Harry supo que era la tristeza de Malfoy, el resultado de ser rechazado. Recordó como pensó en Malfoy como un muñeco triste una vez, y en cómo se veía apagado, como no podía hablar.
Y descubrió que, quizá, era por el nudo eterno en su garganta.
Pensó que con el nuevo corazón de su nido todo mejoraría. Que Malfoy volvería a reír, a brillar. Que Harry también estaría bien.
Pero no era así.
Una semana después, apenas podía abrir los ojos. Se negó a salir de la cama.
-¿Harry, qué pasa?-preguntó Hermione, pero el corazón de Harry lo controlaba tanto que no pudo responder sin llorar.
-¿Es la piedra, Harry?-preguntó ella, pero la piedra estaba en su nuevo lugar, en el escritorio de Harry junto a su cama, y esta vez no se congelaba. Parecía intacta.
-No lo entiendo, debo ir a ver a Malfoy. Ron, llévalo con Madam Pomfrey-gritó su amiga y salió corriendo. Harry fue sostenido por un preocupado Ron y llevado con la enfermera, que al igual que la vez anterior detuvo el congelamiento. Sin embargo, la sensación pesada de su corazón seguía ahí. Ella no sabía por qué y dijo que hablaría con la directora rápidamente, marchándose.
-¿Ha ido por Malfoy también?-preguntó Harry y Ron negó.
-Malfoy no está en el colegio, pidió permiso para volver a casa, por lo de su núcleo-exclamó Ron, cuando el silencio se hizo pesado.
-Él ya tenía un núcleo-susurró Harry-era una bonita hoja.
-Parece que no estaba funcionando bien, así que volvió a casa a arreglarla. La directora dijo que está enfermo, pero nosotros sabemos la verdad porque ya que sabíamos de su herencia, Malfoy le pidió sus notas de hoy a Hermione. Probablemente está igual que tú. Lo cierto es que, bueno, parece que Snape hizo el primer núcleo, y ahora que Malfoy necesitó un segundo, las cosas no están saliendo muy bien. No puede reconstruirlo correctamente.
Harry miró confundido a su amigo.
-¿Te lo dijo?
-Puede que escuchara sin querer cuando le decía a McGonagall, explicándole porque no volvería hoy.
-¿Hermione lo sabe?
-Oh, probablemente está corriendo a llamar a Malfoy Manor, o buscará a Fleur, es nuestra veela más cercana.
-¿Entonces estoy así porque Malfoy no puede crear un núcleo como el anterior?
-Parece ser-frunció el ceño Ron- Es decir, lo usual era que con un nuevo núcleo el anterior dejara de lastimarte, pero él es un veela rechazado. Su núcleo funciona diferente, y nadie más que un veela rechazado podría explicarlo.
-Pero todos están muertos.
-Si. Parecía que su núcleo podía evitar que muriera. Parecía engañar de algún modo a su nido, para creer que no había conocido a su pareja.
Harry apretó sus mantas alrededor.
-Y tuvo que liberar la magia, para que no me matara.
-Si.
-Así que empezará a morir.
-Si-exclamó con pesar Ron. Harry sintió que lloraría nuevamente, sentía pena por Malfoy, una veela, con el corazón roto. Rechazado, por su pareja destinada, quien debería cuidarlo, y amarlo.
-¿Y yo también?
-No lo sé. No creo que haya sido porque te robaste su núcleo. Creo que te has ligado de alguna forma a Malfoy, compañero. Tú luces, como abandonado por una veela, o una veela triste, en mi opinión.
Harry se puso de pie.
-¿Qué haces?
-Tengo que encontrar a Draco.
-Hermione ha ido por él.
-Tengo que encontrarlo-repitió y caminó torpemente por los pasillos en busca del slytherin.
-Harry, esperemos en la enfermería-insistió Ron pero Harry negó tercamente y continuó avanzando hacia la oficina de la Directora, porque Draco llegaría ahí primero. Como no se detuvo, Ron corrió a ayudarlo.
Y entonces lo vio, Malfoy se veía pálido, triste, como una muñeca de porcelana, corriendo hacia ellos.
-¿¡Potter, qué haces!?
El dolor incrementó, como lo hacía cuando Harry y Draco estaban cerca. No importaba, soltándose de Ron, Harry prácticamente corrió hacia Draco, quien por alguna razón a pesar de verse tan deprimido y cansado se movía mejor que él.
Oh, las veelas eran fuertes además de bonitas, recordó.
No importó, siguió yendo hacia él y Draco lo atrapó cuando tropezó y cayó de rodillas.
Y de pronto, Harry supo lo que necesitaba.
Fue algo, algo en su corazón se lo dijo. Más tarde los pensamientos serían más racionales y empezaría a preguntarse cómo lo supo, sin retroceder en sus memorias.
Quizá era solo la magia.
La piel le ardía con el toque de Ron, la cabeza le dolía como si se la estuvieran partiendo, su magia odiaba tener la de Pomfrey sobre él, su corazón suplicaba que todo terminara... pero cuando Malfoy lo tocó fue como si todo eso desapareciera, y la calidez llenara su corazón, su propia piel se refrescara y su magia cantara.
Y por un momento, Draco brilló.
-Potter ¿estás bien?-prácticamente gritó con pánico Draco, pero Harry lo ignoró. Porque se sentía como si estuviera teniendo el mejor momento de su vida. Se sentía protegido, amado, poderoso. Miró al rubio y vio al otro, y el otro también parecía mejor. Y Harry pensó, por un momento, que si Harry sentía eso, quizá Malfoy también. Sonrió hacia él.
-Estás bien-susurró aliviado Harry, por un momento el terror de que estuviera dejándose morir en la mansión, solo, lo aterró. Pero no era así, estaba aquí. Respirando. No se veía tan bien como antaño, pero respiraba.
-Tú no tanto. No lo entiendo, creí que eliminé su magia, no sé por qué está haciéndote esto-exclamó Draco como si pidiera perdón, como si herir a Harry fuera imperdonable.
Y entonces lo comprendió. Al menos su corazón.
Supo que era el elegido de Harry. Supo que Harry había sido su elegido.
Y que el momento en que lo rechazó fue cuando intentó matarlo.
No había sido necesario más. De todas formas, probablemente su intercambio diario de palabras había afirmado que en definitiva, estaba siendo rechazado.
Culpable, Harry se acercó un poco más y sujetó su mejilla. Y lo besó.
Quería transmitirle su arrepentimiento, sus disculpas, quería compensarlo...
El frío se fue, la tristeza soltó su corazón.
Pudo ver los ojos abiertos enormemente de Draco, antes de que se relajara y cerrara los ojos. Y entonces Harry cerró los suyos también. Se separaron tras leves segundos.
-Un veela-susurró divertido.-Por supuesto, ahora entiendo lo del brillo. ¿Se ha ido, el frío en tu corazón? Porque si es necesaria una afirmación verbal puedo hacerlo.
Draco lo miró por segundos en silencio.
-Hey, te quiero-exclamó. El slytherin empezó a llorar, pero más que tristeza, parecía de alivio. Como si hubiera estado ahogándose y por fin pudiera respirar.
Así que Harry lo abrazó, susurrando consuelo, disculpas y besando levemente su hombro una y otra vez.
-Estamos bien-prometió-Empecemos de nuevo. Soy Harry Potter, ¿puedo ser tu pareja?
Draco asintió limpiándose lo menos torpe su rostro. Su nariz estaba roja, sus ojos tenían ojeras...
Aún así brillaba.
Se veía bonito.
No fue el único al que le parecía así. Cuando Ron empezó a caminar hacia el rubio, Harry hizo una mueca y le lanzó un hechizo de amarre.
-Ese es mi veela-dijo.- Será mejor que retrocedas.
La preciosa risa de Draco, llenó el lugar; y Harry pensó que desde el principio esto era lo que había querido cuando empezó a seguir a Malfoy. Que el otro sonriera a su alrededor y no solo cuando estaba lejos. Quería que no huyera de él.
Parecía que todo sería diferente de ahora en adelante.
Pero lo hizo.
Empezó a congelarse.
Lo que si notó fue la tristeza creciendo, la nostalgia, el anhelo. Y él sabía que no era suyo, pero sabía que su corazón se sentía roto, destruido, pisoteado... Y era peor cuando Malfoy estaba cerca, era más doloroso, tan atroz que Harry quería sacudir a Malfoy de los hombros, y gritarle que luchara más, que no se dejara vencer. Era tan fuerte el dolor que no podía respirar correctamente. A veces, no quería levantarse de la cama, a veces solo quería llorar hasta caer dormido. Y Harry supo que era la tristeza de Malfoy, el resultado de ser rechazado. Recordó como pensó en Malfoy como un muñeco triste una vez, y en cómo se veía apagado, como no podía hablar.
Y descubrió que, quizá, era por el nudo eterno en su garganta.
Pensó que con el nuevo corazón de su nido todo mejoraría. Que Malfoy volvería a reír, a brillar. Que Harry también estaría bien.
Pero no era así.
Una semana después, apenas podía abrir los ojos. Se negó a salir de la cama.
-¿Harry, qué pasa?-preguntó Hermione, pero el corazón de Harry lo controlaba tanto que no pudo responder sin llorar.
-¿Es la piedra, Harry?-preguntó ella, pero la piedra estaba en su nuevo lugar, en el escritorio de Harry junto a su cama, y esta vez no se congelaba. Parecía intacta.
-No lo entiendo, debo ir a ver a Malfoy. Ron, llévalo con Madam Pomfrey-gritó su amiga y salió corriendo. Harry fue sostenido por un preocupado Ron y llevado con la enfermera, que al igual que la vez anterior detuvo el congelamiento. Sin embargo, la sensación pesada de su corazón seguía ahí. Ella no sabía por qué y dijo que hablaría con la directora rápidamente, marchándose.
-¿Ha ido por Malfoy también?-preguntó Harry y Ron negó.
-Malfoy no está en el colegio, pidió permiso para volver a casa, por lo de su núcleo-exclamó Ron, cuando el silencio se hizo pesado.
-Él ya tenía un núcleo-susurró Harry-era una bonita hoja.
-Parece que no estaba funcionando bien, así que volvió a casa a arreglarla. La directora dijo que está enfermo, pero nosotros sabemos la verdad porque ya que sabíamos de su herencia, Malfoy le pidió sus notas de hoy a Hermione. Probablemente está igual que tú. Lo cierto es que, bueno, parece que Snape hizo el primer núcleo, y ahora que Malfoy necesitó un segundo, las cosas no están saliendo muy bien. No puede reconstruirlo correctamente.
Harry miró confundido a su amigo.
-¿Te lo dijo?
-Puede que escuchara sin querer cuando le decía a McGonagall, explicándole porque no volvería hoy.
-¿Hermione lo sabe?
-Oh, probablemente está corriendo a llamar a Malfoy Manor, o buscará a Fleur, es nuestra veela más cercana.
-¿Entonces estoy así porque Malfoy no puede crear un núcleo como el anterior?
-Parece ser-frunció el ceño Ron- Es decir, lo usual era que con un nuevo núcleo el anterior dejara de lastimarte, pero él es un veela rechazado. Su núcleo funciona diferente, y nadie más que un veela rechazado podría explicarlo.
-Pero todos están muertos.
-Si. Parecía que su núcleo podía evitar que muriera. Parecía engañar de algún modo a su nido, para creer que no había conocido a su pareja.
Harry apretó sus mantas alrededor.
-Y tuvo que liberar la magia, para que no me matara.
-Si.
-Así que empezará a morir.
-Si-exclamó con pesar Ron. Harry sintió que lloraría nuevamente, sentía pena por Malfoy, una veela, con el corazón roto. Rechazado, por su pareja destinada, quien debería cuidarlo, y amarlo.
-¿Y yo también?
-No lo sé. No creo que haya sido porque te robaste su núcleo. Creo que te has ligado de alguna forma a Malfoy, compañero. Tú luces, como abandonado por una veela, o una veela triste, en mi opinión.
Harry se puso de pie.
-¿Qué haces?
-Tengo que encontrar a Draco.
-Hermione ha ido por él.
-Tengo que encontrarlo-repitió y caminó torpemente por los pasillos en busca del slytherin.
-Harry, esperemos en la enfermería-insistió Ron pero Harry negó tercamente y continuó avanzando hacia la oficina de la Directora, porque Draco llegaría ahí primero. Como no se detuvo, Ron corrió a ayudarlo.
Y entonces lo vio, Malfoy se veía pálido, triste, como una muñeca de porcelana, corriendo hacia ellos.
-¿¡Potter, qué haces!?
El dolor incrementó, como lo hacía cuando Harry y Draco estaban cerca. No importaba, soltándose de Ron, Harry prácticamente corrió hacia Draco, quien por alguna razón a pesar de verse tan deprimido y cansado se movía mejor que él.
Oh, las veelas eran fuertes además de bonitas, recordó.
No importó, siguió yendo hacia él y Draco lo atrapó cuando tropezó y cayó de rodillas.
Y de pronto, Harry supo lo que necesitaba.
Fue algo, algo en su corazón se lo dijo. Más tarde los pensamientos serían más racionales y empezaría a preguntarse cómo lo supo, sin retroceder en sus memorias.
Quizá era solo la magia.
La piel le ardía con el toque de Ron, la cabeza le dolía como si se la estuvieran partiendo, su magia odiaba tener la de Pomfrey sobre él, su corazón suplicaba que todo terminara... pero cuando Malfoy lo tocó fue como si todo eso desapareciera, y la calidez llenara su corazón, su propia piel se refrescara y su magia cantara.
Y por un momento, Draco brilló.
-Potter ¿estás bien?-prácticamente gritó con pánico Draco, pero Harry lo ignoró. Porque se sentía como si estuviera teniendo el mejor momento de su vida. Se sentía protegido, amado, poderoso. Miró al rubio y vio al otro, y el otro también parecía mejor. Y Harry pensó, por un momento, que si Harry sentía eso, quizá Malfoy también. Sonrió hacia él.
-Estás bien-susurró aliviado Harry, por un momento el terror de que estuviera dejándose morir en la mansión, solo, lo aterró. Pero no era así, estaba aquí. Respirando. No se veía tan bien como antaño, pero respiraba.
-Tú no tanto. No lo entiendo, creí que eliminé su magia, no sé por qué está haciéndote esto-exclamó Draco como si pidiera perdón, como si herir a Harry fuera imperdonable.
Y entonces lo comprendió. Al menos su corazón.
Supo que era el elegido de Harry. Supo que Harry había sido su elegido.
Y que el momento en que lo rechazó fue cuando intentó matarlo.
No había sido necesario más. De todas formas, probablemente su intercambio diario de palabras había afirmado que en definitiva, estaba siendo rechazado.
Culpable, Harry se acercó un poco más y sujetó su mejilla. Y lo besó.
Quería transmitirle su arrepentimiento, sus disculpas, quería compensarlo...
El frío se fue, la tristeza soltó su corazón.
Pudo ver los ojos abiertos enormemente de Draco, antes de que se relajara y cerrara los ojos. Y entonces Harry cerró los suyos también. Se separaron tras leves segundos.
-Un veela-susurró divertido.-Por supuesto, ahora entiendo lo del brillo. ¿Se ha ido, el frío en tu corazón? Porque si es necesaria una afirmación verbal puedo hacerlo.
Draco lo miró por segundos en silencio.
-Hey, te quiero-exclamó. El slytherin empezó a llorar, pero más que tristeza, parecía de alivio. Como si hubiera estado ahogándose y por fin pudiera respirar.
Así que Harry lo abrazó, susurrando consuelo, disculpas y besando levemente su hombro una y otra vez.
-Estamos bien-prometió-Empecemos de nuevo. Soy Harry Potter, ¿puedo ser tu pareja?
Draco asintió limpiándose lo menos torpe su rostro. Su nariz estaba roja, sus ojos tenían ojeras...
Aún así brillaba.
Se veía bonito.
No fue el único al que le parecía así. Cuando Ron empezó a caminar hacia el rubio, Harry hizo una mueca y le lanzó un hechizo de amarre.
-Ese es mi veela-dijo.- Será mejor que retrocedas.
La preciosa risa de Draco, llenó el lugar; y Harry pensó que desde el principio esto era lo que había querido cuando empezó a seguir a Malfoy. Que el otro sonriera a su alrededor y no solo cuando estaba lejos. Quería que no huyera de él.
Parecía que todo sería diferente de ahora en adelante.
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