Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 4
Connor

Por fin podía relajarse plenamente en su casa, sólo, suspirando prendió la televisión buscando algo interesante que ver, pero no parecía haber nada interesante.

El día anterior había quedado molido después de tener que caminar dos cuadras hasta la casa de Tom; al recordar la forma en la que Sam se había burlado de él le hacía fruncir el ceño, pues sabia que el rubio era el tipo de idiota que lo molestaría con eso hasta el fin de los tiempos.

Mordisqueando una manzana tanteó con las llaves de su bolsillo, dar un paseo y comprar gomitas de colores parecía una buena opción para evitar el aburrimiento; con pereza se paro del sillón y salio de la casa.

Pensando en que debería comprar hizo una lista mental:
-mentas.
-gomitas de colores.
-cigarrillos.
-sopa instantánea.
-chocolate blanco.
-bebida.

Contando el dinero que llevaba le alcanzaba para ello, incluso podría darse el lujo de comprar cerveza de la cara.

Mientras caminaba un par de ojos lo seguían con la vista sin que Connor se diera cuenta; entro al supermercado comprando las cosas presupuestadas, mientras tarareaba algo de música clásica.

Mientras elegía que marca de chocolate blanco llevar se dio cuenta de que no podía leer bien las letras del paquete, acercando el objeto intento descifrar lo que decía.

Quizás Samuel tuviera razón y necesitará lentes, cada vez su rango de visión se reducía, pero sentía que si los usaba se vería más viejo de lo que era.

Ya listo fue hasta la caja registradora y pago todo lo que llevaba, incluso la cerveza.

Con las bolsas en mano y abriendo el paquete de gomitas se dirigió hasta su casa, pero extramente sentía que alguien lo seguía; miraba para atrás cada finco minutos, escuchando pasos tras de sí.

Hasta que llego ah un callejón sin salido y girando su cuerpo sintió que alguien se escondía en la esquina.

—quien mierda eres?, que quieres?—pregunto a la nada apuntando al frente con una gomita con chispas de azúcar, sus favoritas por cierto, de sabor fresa.

Entonces una mano tapó su boca y lo tiro hacía atrás, Connor con la adrenalina en sus venas le dio un codazo y logro apartar al sujeto.

El tipo intento atacarlo de nuevo, pero Connor era más rápido, sin esperar pateo al hombre en las "partes intimas" logrando derrumbarlo por completo.

hermosos ojos celestes.

¿Donde había visto esos hermosos ojos celestes?, atónito se quedó pasmado mirando como el hombre se recomponía y salía huyendo.

—mierda, que fue eso Cooper?—Se preguntó a si mismo frustrado, había dejado que el chico se fuera tan fácil, suspirando se hecho a la boca otra gomita y emprendió  caminó a su casa.

Ya en su cama miró el techo recordando esos ojos, ¿donde más los había visto?, eran hermosos, con motas de color verdoso y amarillas en ellos, pero esa melancolía y tristeza lo dejaron pasmado.

¿No era muy viejo para enamorarse de un desconocido que quiso robarle?, bueno nunca se era demasiado viejo, pero lo idiota no se lo quitaba ni con un golpe en la cabeza.

La puerta chirrío indicando que alguien entro a la casa, ese alguien fue hasta la cocina y abrió el refrigerador.

—Samuel no saques mi cerveza! —gritó Connor poniéndose de pié y prácticamente corriendo hasta la cocina.

Allí su hermano estaba sorbiendo su hermosa lata de cerveza, cuando lo vio comenzó a correr por toda la casa seguido de Connor y Dan, quien pensaba que era un juego.

Después de varios minutos ambos hermanos terminaron en el suelo riendo como idiotas; Samuel acostado en el piso saco su celular.

—papá quiere que vayamos a su oficina para hablar sobre la misión de mañana—dice Samuel intentando recomponerse de correr, ya que no era un hombre muy atlético que digamos.

—no se si te diste cuenta Samuel, pero tengo licencia médica, además estoy planeando mis vacaciones en el caribe—dice Connor sujetando su estómago y frunciendo el ceño, la verdad era que no quería ver a su padre; cada vez que veía la cara de Dario Cooper lo dejaba de malhumor y con un dolor de cabeza indescriptible.

—aún estas molesto por "eso"... —Lo estaba, sentía que nunca podría perdonar a su padre por dejarlos sólos, por abandonarlos y dejarle toda la responsabilidad a Connor, él había dejado muchos de sus sueños, su niñez, su adolescencia para cuidar a su hermano y a su padre; cuando había golpeado a Samuel fue como la gota que rebalsó el vaso, no podía llamar padre luego de lo sucedido.

—lo estoy, no puedo perdonarlo Samuel—dijo Connor, con voz resentida, con cuidado busco la mano de Samuel y la tomó, ambos se quedaron en silencio por varios minutos.

—gracias por siempre cuidarme Connor, se lo difícil que fue para ti hacerte cargo de todo—dijo Sam también mirando el techo, aunque no quería sentirse culpable ese sentimiento se colaba en su corazón; después de todo era Connor el que siempre tuvo que sacarlo adelante, él fue quien aprendió a cocinar, lavar, planchar, lo ayudaba con sus tareas, iba a las reuniones de apoderados, lo llevaba a la escuela, incluso se ocupaba de cuidar a Dan cuando era un cachorro.

—no es tu culpa Samuel—susurro Connor apretando la mano de su hermano, el rubio sin poder evitarlo soltó algunas algunas lágrimas.

—no es culpa de nadie—dijo Samuel con la voz rota, nadie tenía la culpa que su madre estuviera enferma, nadie mas que dios, si es que existe.

El silencio se hizo latente, hasta que el teléfono de Sam comenzó a sonar.

—Es Tom—dice el rubio con una sonrisa y un sonrojo notable, que no paso desapercibido por su hermano.

—así que... Ustedes dos ahora son amigos?—La pregunta bastante "indirecta" llego hasta Sam quien contesto el mensaje del castaño.

—Connor...creo que me gusta—dice Samuel tocando su pecho y sincerandose; para Sam no era necesario ocultar sus gustos, después de todo Connor siempre lo había apoyado.

12:30 AM. Miércoles 04 de Enero.

Dario

Dario Cooper había estado llamando toda la mañana a sus hijos, pero al parecer ninguno de los dos se dignaba a contestarle.

Con un suspiro decidió ir a la oficina de su hijo mayor Connor, pues era el que le quedaba mas cerca.

Ya allí se dirigió de inmediato donde la recepcionista Evelyn, quien en ese momento atendía una llamada.

—hey—saludo Dario apoyando su mano en el escritorio llamando la atención de la mujer, quien de inmediato corto la llamada y se paro del asiento.

—señor Cooper hay algo en lo que pueda ayudarle?—preguntó la mujer con la sonrisa fingida.

—si, quiero hablar con mi hijo—responde Dario, ajustando sus lentes y mirando a Evelyn con seriedad.

—el señor Cooper tiene licencia médica—dice la mujer mientras sube una ceja ¿porque el señor Cooper no sabría que su hijo no está?, eso era muy sospechoso.

—que?—Eso logró que Dario se preocupara, nuevamente saco su celular y llamo a Connor, pero cómo las veces anteriores nadie contesto.

—señor, está bien?—pregunta Evelyn al ver como Dario palidece.

—yo...ya no se que hacer...—susurra lastimeramente el hombre frotando su cara con desesperación, —cómo pude arruinarlo tanto?—pregunta esta vez llorando, pues era un hombre que había tenido una vida bastante dura y lo único que tenía era sus hijos.

—s...señor?—Evelyn asustada de que su jefe se desmayará fue hasta donde Dario posando su mano en el hombro del mayor; Dario desconsolado se arrimó contra la mujer, abrazando el cuerpo de Evelyn y apretándolo contra a él.

—que haré?—preguntó Dario frustrado, sin soltar a la pobre mujer, que pálida intentaba apartar a Dario de la forma más sutil posible, sin entender que le pasaba.

—primero debería relajarse y pensar con claridad, no cree?—cuestionó Evelyn separándose de Dario y ajustando sus lentes.

Dario pensó un momento en lo dicho por la mujer.

—tienes razón, porque no vienes conmigo?—Invito el hombre, ajustando sus cabellos y sonriendo a Evelyn, algo avergonzado por haberse derrumbado en la oficina de su hijo y de haber abrazado a Evelyn sin permiso.

La mujer lo miró un momento con duda, la verdad era que no tenía ganas de platicar con nadie, ni menos consolar a Dario, por otro lado tampoco quería seguir trabajando, pues ya estaba cansada de escusar a Connor con los socios de éste.

—bueno, vamos—La respuesta afirmativa hizo sonreír a Dario, ambos se dirigieron a la cafetería más cercana y se sentaron a platicar un rato.

Dario no había podido dejar de pensar en sus hijos, en la forma de arreglar las cosas o auto-compadeciéndose, se había sentido tan miserable esos meses, sin peleas matinales por el café, sin acariciar a Dan mientras esperaba a que sus hijos bajaran ya listos; ahora la casa se le hacia tan grande sin los chicos revoloteando por ahí.

Sabía que las decisiones que había tomado no eran las mejores, después de la muerte de Hana se sumió en una depresión que no lo dejaba seguir adelante y obligo a su hijo mayor Connor a encargarse de todo, le quito la infancia, la adolescencia, por ser un inútil.

Jamás se perdonaría por haber abandonado a sus hijos de esa manera.

Sabía que era un error cuando Samuel paso por esa etapa rebelde, llegaba tarde a casa y a veces lo veía besarse tanto con mujeres, como con hombres; sabia que había sido tonto pensar que era una "fase" de la adolescente.

No sabía que su hijo estaba gritando por apoyo y comprensión que él no podía darle por lo cerrado consigo mismo que estaba; pero quien si lo hizo fue Connor, su hijo mayor, quien resultó más maduro que el mismo Dario.

Cuando Samuel le declaro su gusto por hombres y mujeres el pánico se coló por sus venas; siempre había sido creyente en dios y había sido criado con principios, valores y ética muy diferente a los tiempos de ahora.

En ese momento creyó que lo mejor era prohibirle a su hijo decir eso, le grito que era un enfermo y golpeo a su hijo, a su propia sangre.

Connor fue el que lo detuvo y fue Connor quien lo miró con ojos de decepción pura, con odio, con resentimiento y desde ese momento dejo de ser el padre de ambos; quiso gritar y correr tras Connor y Samuel, pedirles disculpa, pero su orgullo se lo impidió.

Era padre y dolía como el infierno sentir el rechazo de sus hijos.

Al menos Samuel le siguió hablando luego del "accidente", le contestaba de forma cortante y censurada, pero al menos parecía entenderle un poco; Connor por otro lado no lo volvió a ver a los ojos, nunca contestaba y cada vez que se encontraban lo miraba con odio.

Evelyn escuchó toda la historia sin decir nada, mientras tomaba una taza dEvelyn, la verdad solamente estaba ahí por un compromiso más bien y porque el té era gratis; aún así ver al señor Dario tan afligido tocaba su corazón de piedra.

A pesar de todo Evelyn tenía un extraño amor por los animales, especialmente por los gatos, tenía 9 gatos en sus departamento y a todos los amaba como si fueran sus hijos.

Luego de escuchar la triste anécdota la mujer comenzó a llorar mientras se hechaba galletas de chispitas de chocolate a la boca.

—eso es muy triste—sollozo Evelyn secando sus lágrimas con la servilleta que estaba en la mesa, —deberías hablar con tú hijo y arreglar las cosas—dijo la mujer ya más tranquila, sorbiendo de té.

—pero...como?, Connor no quiere hablar conmigo—susurra Dario, sorbiendo café intentando idear algo.

—se quien te puede ayudar...—dice Evelyn saltando del asiento, mientras sacaba su agenda y buscaba el numeró de alguien.

Luego de unos minutos tomó su móvil y llamo a Samuel.

—disculpe, quisiera hablar contigo sobre...algo importante—dice la mujer, para luego sonreirle a Dario, —todo saldrá bien, ya verás—chilla entusiasmada Evelyn tocando el brazo del hombre.

Dario río un poco por la actitud de la mujer y sonrió tranquilo por primera vez en mucho tiempo, extrañamente comenzaba a agradarle Evelyn.

Nota de la autora: no se que le pasa a wattpad :',v me odia con todo su corazon :'( bueno aqui esta el cap...
© Shooting-stxr xxshootingsstarxx,
книга «Secretos oscuros».
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