Borja Wallace Parra Álvarez
@WallaceBorja_
Writer. Philosopher. Suffering MkUltra (CIA Torture) in San Sebastián, Spain.
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UN BREVE APUNTE DE LA FILOSOFÍA DEL ARTE
UN BREVE APUNTE DE LA FILOSOFÍA DEL ARTE. EL PESO DE LOS CONCEPTOS CONTRARIOS (En La Literatura, La Música y La Pintura) En Modo Poesía. Tenemos A. Tenemos B. Están A y B. Cada uno presenta cierto grado de permeabilidad. Si se pretende que A y B se integren en un único C. Será necesario el reducir el número de a y b para facilitar la integración. Esto si A y B son parte de varios C. Si C es único o se resuelve con rapidez, la reducción de a y b no se muestra tan condicionada. En cualquier caso, la integración ha de cumplir una forzosa adecuación al molde opuesto. Tenemos C. Están A y B y C. 1A. a1, a2, a3, a4, a5… 2B. b1, b2, b3, b4, b5...————————————3C. en el que C puede ser =C, =%A, =%B, =%a1, =%b1, =%a2, =%b2, =…
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EL INFIERNO ( TORTURA Y ASESINATO EN SAN SEBASTIÁN )
En esta vida que me han elegido En esta vida que me dejan vivir No existe el azar No existe la casualidad. En esta vida de terrorífica soledad De soledad impuesta y programada Fantasmas de humanos seres Como tentáculos de la muerte Se pasean y sonríen doctrinarios Las consignas del mal y de la muerte.
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SONETO XII
De Sonetos Incorrectos (2001) de Borja Wallace Parra-Álvarez Sus bragas colgaban en el tendal Al calor de un Sol que ante su presencia Tan blanca de pureza y de inocencia Se le antojó un amor terrenal. Cada amanecer el Rey Sideral Le mandaba unos rayos de avenencia Y capturaba con ellos la esencia De aquel cálido aroma genital. Y así día tras día al despuntar la aurora Ella le ofrecía su prenda interior Para consumar amor tan dichoso. Hasta que anheló el Astro Superior Las cualidades que el hombre atesora No conoce el Cielo amor más hermoso.
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ALTIVAS PROSTITUTAS
Ratas comemierda se pasean soltando repugnantes chillidos ante la víctima humana ante la humanidad al completo representada por la víctima asesinada. Ratas prostitutas que se ríen así como se ríen las ratas con hilos de mierda saliéndose de sus apestadas bocas por donde también cagan. Prostitutas altivas que desprecian desde el orificio de sus bocas culo dando esos miserables chillidos de rata mientras fingen que el humano que les dice y recuerda su crimen es ahora invisible.
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RELAJADO DE SOL EN UN PARQUE OTOÑAL
Entre el verdor De las hojas Siempre verdes Y el fulgor De aquellas otras Que se doran Me entremezclo Con el bullicio De los colores De esta mañana Auxiliadora Que me acerca Con manos santas Su aliento de oro Su frente lisa Para mostrarme Recto el camino Hacia donde Descansa el tiempo En volandas De una sonrisa Ya desnuda Como el silencio De los árboles Enamorados Y tan colmada De abundancia En su lirismo Cenital Que aguarda ociosa Los Suspiros Embalsamados En el sueño De alguna flor De albo cristal Del poemario 'Manual'. En algún lugar del otoño del 2003
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POEMA JUNTO A EMILY DICKINSON Y EL REVERENDO EMERSON
A veces se me meten piedrecitas en los zapatos. Pobrecitas tan pequeñas me molestan tanto. Me paro en cualquier esquina y me descalzo. Pobrecitas piedrecitas de mis zapatos que sin ser tu amor me molestan tanto.
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SÍMBOLOS
1 Vosotros que habéis teñido la luz de sombras funestas y demenciales, deberíais de conocer El tratado contra la psicosis, porque esa es la puerta que comunica los infiernos. 2 Para mí los árboles son desde siempre árboles, porque desde siempre han estado en mi vida, en lo secreto y en la rutina de la vida. Lo que poseo de los árboles es el conocimiento de su existencia y su lugar asignado en el infinito. Hay quienes los comprimen a los árboles, a todos los de todos los tiempos, y hacen con los árboles un medallón. Entonces le juran amor y lo nombran y le dicen dios. Ella era una silla sin nombre y sin ser siquiera casi silla. Yo le miré el respaldo y le ví los huecos y me la follé. No hay más cosa que un joven pene aprensado entre madera, y una silla que volvió a ser silla sin nombre y no ser siquiera, casi ni silla. Otros la han cogido después, y eso que no era suya, y malamente se la llevaron a la misma silla y fueron todos que se la llevaron distinta a la silla. Ahora está en todas partes y todos dicen que es suya. Vinieron con el medallón y vieron que yo tenía mis árboles, y me los quisieron arrancar y comprimir. Entonces me engañaron, me decían quédate aquí mientras ellos se llevaban a mis árboles a morir, o me tapaban los ojos para quebrarles las ramas frente a mí que no los podía ver, que me contaban luego que era el viento. Saltaban y se reían haciendo el ruido del viento. Yo no lo podía oir a ese viento chocando contra los árboles míos. La silla era una silla. Era la silla que quedaba junto al sofá y la que me ofreció sus huecos una noche de estar sentado con el pene en la mano y el ojo en la mujer apantallada en la televisión. La silla que volvió a ser una silla aunque yo sé que siempre fue solo silla y solo fue huecos unos pocos minutos, esos en los que yo la hice poesía, en los que yo la transformé en poema, en uno propio y mío. Un día, otro día más que volvieron los del medallón y me entraron en lo mío sin decírmelo, lo revolvieron lo que encontraban y lo destrozaron así todo, y llegaron a donde yo guardaba el poema de la silla. Lo copiaron cada uno diferente y lo dijeron en alto para que se les oyese. Y lo decían cada uno diferente y las sillas al final fueron muchas y tuvieron muchos el poema de los huecos y de mi pene adolescente entre las tablas del respaldo de una silla. Que decían luego que era la mía, mi silla. Pero es que a mi silla, a mi poema ninguno se le parecía.
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