Capitulo 1: Sangre en la nieve.
Capitulo 2: La prueba inicial.
Capitulo 3: Entrenamiento.
Capitulo 4: Selección final.
Capitulo 5: Problemas en Aruhia, pt 1.
Capitulo 6: Problemas en Aruhia, pt 2.
Capitulo 7: Valessa.
Capitulo 8: Derrota parcial.
Capitulo 9: Sonido de tambores.
Capitulo 2: La prueba inicial.
Sentado al lado de la cama, dónde ya hacia recostada Natsuki, Edward, la miraba con tristeza y lamento.

—Tranquilo. Ella estará bien—Le responde la voz femenina de una joven mujer.

Entrando por la puerta de la habitación, una rubia mujer de ojos azules, se mostró ante el. Aquella mujer era de piel blanca, y llevaba puerto una gabardina de invierno color blanco. También, tenía unos pantalones negros hechos de una tela peculiar.

No parecía tener más de 27 años, y la mayor parte de tiempo que Ed la había visto, mantenía una expresión sería. Aquella expresión es parte de su personalidad, y no de la peculiar expresión que Edward posee.

"Está mujer se llama Rukua. Me ayudó cuando llegue con mi hermana, y aquel joven se fue luego de que nos ayudó a llegar"

—¿Cómo se llaman?—Pregunta la mujer, tratando de ser amigable.

—Ella es Natsuki, y yo soy Edward. Nuestro apellido es Deluxe—Responde de igual forma.

—Se ve que tuvieron que pasar por mucho—Dice ella.

—Si. No sé que fue lo que pasó, pero cuando llegue a la casa, todos estaban muertos... A excepción de Natsuki—Explica Ed.—Pero también... Sentí una presencia extraña. No sé cómo definirla, pero se sentía como si tuviera un cuchillo en la garganta—Agrega.—A propósito, ¿Cómo se llama el joven que me salvó?—

—¿El? Se llama Hideo Yagiho. Solía vivir en el mismo pueblo dónde tú vivías—Le responde.—Además, es un Asesino de Demonios que vaga de ahí para aya, ayudando a las personas—

—¿Entonces son reales?—Pregunta.

—Siempre lo fuimos, aún que ahora hay menos que hace 120 años—Le responde.

—¿Hace 120 años? ¿Pues cuántos años tiene?—Pregunta con interés.

Dandole un pequeño, pero fuerte golpe en la cabeza, Rukua le hace saber que nunca se le debe de preguntar la edad a una mujer.

—Quise decir, ¿Cómo sabe eso?—

—Me lo contó mi maestro—Responde Rukua.

Volteando a ver a Natsuki, Edward parece angustiado por saber cuánto tiempo mas pasará dormida. Hace dos días que llegaron a este lugar y no ha visto señal de que vaya a despertar.
Durante ese tiempo, se ha preguntado ¿Que fue lo que le sucedió a su familia? Los Wendigos no entran a las casas. Solo duermen en cuevas y cazan animales como alces, o venados. En raras ocasiones, suelen atacar a los humanos.

Pero aquel Wendigo no tenía las garras o la boca cubierta de sangre. Es posible que hubiera atacado a Ed por haber entrado en su territorio. Pero aquella presencia... Aquella presencia aún no sabía a lo que le pertenecía.

—Fue difícil quitarle la mayor parte de la sangre de demonio—Dice Rukua.—Es posible que la hayan querido transformar en un Demonio Lunar—

—¿Demonio Lunar?—

—Si. Existen dos clases de demonios; por un lado, están los Demonios con razonamiento animal. Estos son los más comunes, y siguen su instinto de sobrevivencia. Cada cinco años se reproducen para aumentar la cantidad de individuos. Estos Demonios, son los que más comúnmente combaten los Asesinos de Demonios.—Explica.—Pero por otra parte; están los Demonios Lunares, los cuales, son personas transformadas. Al contrario que los otros Demonios, estos son capaces de armar estrategias, aprender de sus oponentes, y de usar habilidades demoníacas dependiendo de cuántos humanos hayan consumido—

—Quiere decir que ¿Alguien quería transformar a Natsuki?—

—Exactamente—Afirma.—Solo existe alguien capaz de hacer eso; "Rey"—

—¿Rey...? Espere, ¿No sé supone que "Rey" es el gobernante absoluto del infierno?—Pregunta Ed, algo sobresaltado.

—Veo que no eres tan ignorante—Comenta.—Asi es, "Rey" es el gobernante absoluto del infierno.—

—Entonces a él le pertenece aquella presencia que sentí—Se dice Ed a si mismo.

Mirando al chico con más detenimiento, Rukua pensó que, tal vez, este niño tenga algún talento escondido. Además, parecía que la expresión sería, pero agradable, que tenía Ed, le recordaba a alguien.

—Otra cosa; no he curado a tu hermana todavía. Aún corre el riesgo de transformarse en un Demonio. Todo lo que hice, fue retrasar la transformación por, máximo, 10 años—Menciona.

—Entonces dígame qué necesita para salvarla—Dice Edward mientras se levanta de su asiento, mirando fijamente a Rukua.

La mirada en sus ojos se llenó de un fuego conocido como "Determinación". Rukua conocía bien aquella mirada, por lo que pensó durante unos segundos.

—Necesitare... Agua de la fuente del Dragón, un pétalo de cerezo, y la sangre del Demonio que contaminó a tu hermana. En este caso, la de "Rey"—Contesta Rukua con una mirada sería y profunda.

Al oír eso, Ed, volvió a sentir aquel cuchillo en su garganta.

—Si eso es lo que necesita... Entonces lo conseguiré—Contesta con determinación.

—¡Wow! Tranquilo pequeño héroe. Puede que consigas las primeras dos cosas con facilidad, pero si piensas conseguir la sangre de "Rey", entonces necesitas aprender a pelear—Comenta Rukua.

—Tiene razón. Si voy así como así, moriré al instante. Además no sé dónde se encuentra, o que tan poderoso es—Concuerda Ed.

—Yo te enseñaré a pelear. Aprenderás todo los estilos de pelea y a usar una katana, al igual que las técnicas de corte apagado—Dice Rukua.

—¡Muchas gracias!—Exclama Ed.

...

Caminando bajo la luz de la luna, y atráves de un pequeño bosque sobre la montaña dónde se ubicaba el templo de Rukua. Ed y compañía, subían la montaña hasta lo más alto, dónde se encontraba un "Árbol Escarlata".

Los "Árboles Escarlata" son árboles similares a los de cerezos, la única diferencia son sus pétalos rojos y amarillos que los hacen ver cómo si fueran llamas ardientes. Sus pétalos se usan mucho para crear pociones de inmunidad al fuego, o crear bombas de fuego.

—¿A dónde vamos?—Pregunta Ed.

—Espera y verás—Responde Rukua, quién estaba delante de él.

Edward solo podía imaginarse a dónde es que lo llevaba aquella rubia mujer. Llegando al "Árbol Escarlata", Ed se queda asombrado por lo maravilloso que es. El viento que soplaba las hojas de los árboles, hacia que las hojas del "Árbol Escarlata" se moviera como si fuera el fuego de una fogata ardiente.

Debajo de aquel árbol fue donde se detuvieron. El aire de aquella montaña no era mucho, pero siempre y cuando no corrieran, estarían bien. El árbol brillaba, algo asombroso. Parecía una antorcha gigante en medio de la oscuridad de la noche.

Parándose al lado de Rukua, Edward se queda apreciando un rato aquel espectáculo sacado de una novela de fantasía. Había oído sobre estos árboles especiales, pero nunca vio uno en persona.

—Desde aquí tendrás que descender la montaña por tus propios medios—Dice Rukua.—Tienes hasta el amanecer. Si no llegas a tiempo, olvida cualquier posibilidad de salvar a tu hermana—Explica.

—¿Que?—Pregunta Ed mientras se gira para verla.

Al hacerlo, se percata de que Rukua se había esfumado de un segundo al otro. Fue tan rápida y silenciosa que no se percató de cuándo se había ido. Tampoco lograba sentir su presencia.

"Si no llego antes del amanecer, significa que no tengo lo necesario para salvarla"–Se dice internamente mientras aprieta los dientes.—"Lo bueno es que puedo saber dónde está el templo. Solo debo de concentrarme en la energía de Natsuki"

Dándose la media vuelta, cierra los ojos y se concentra lo más posible. Todo era oscuridad, no podía ver nada que no fuera oscuridad. Pero, una pequeña llama blanca aparecí a lo lejos. La llama apenas y era visible, solo se podía ver gracias a la oscuridad.

Abriendo sus ojos, Edward ya sabía por dónde ir, así que empezó a descender la montaña corriendo.

...

En la misma habitación donde estaba Natsuki, Rukua cerraba las cortinas luego de encender una vela. Acercándose a la cama donde descansaba la niña, a cobijo con la manta.

–¿No crees que estás siendo un poco ruda con el chico?—Le pregunta una voz que proviene desde la puerta.

—Si no logra llegar antes del amanecer, significa que no tiene el coraje y determinación requerida para salvar a alguien, por ende, no será capaz de enfrentarse a ningún Demonio—Responde Rukua mientras se da la vuelta.

Recargado en una de las paredes al lado de la puerta, estaba aquel Hideo, el joven que salvó a Edward.

—Ese niño paso por mucho. Perdió a casi toda su familia, y ahora resulta que su hermana se está transformando en un Demonio—Menciona Hideo.

—En mi juventud, tuve que armarme de valor y sobrevivir un mes en en las heladas montañas de Break—Comenta.

—No te compares con esa gente ordinaria. Apuesto a que ese chico está devastado—Dice.

—Tranquilo. Va a lograrlo. Pude verlo en el fuego de sus ojos—

...

—¡Aaaah!—

Callendo a un agujero de dos metros de profundidad, Edward mal decía a la vida por esto. El agujero está cubierto por hojas y ramas. Con un poco de esfuerzo salió de aquel agujero y continuo corriendo.

Más adelante, y luego de alejarse 6 metros del agujero, Edward pudo una cuerda. No dejo de correr hasta que un tronco que venía desde su materas izquierdo lo hizo reaccionar.

Viendo como aquel tronco pasaba delante suyo, Ed solo pudo abrir sus ojos de sorpresa y miedo. Si eso le hubiera golpeado, de seguro tendría algún hueso roto.

"¿Que mierda le sucede a esa mujer?"–Se pregunto internamente mientras volvía a correr.

Tras pisar unas ramas, un par de piedras salieron volando hacia el, golpeándolo en la cabeza. Afortunadamente logro bloquear algunas cubriéndose con sus brazos. Gracias a eso, su visión bloqueo.

Al pisar el suelo con su pie derecho, una cuerda se sujeto alrededor de su tobillo. Antes de que pudiera reaccionar, su cuerpo ya estaba suspendido en el aire, a una altura de cuatro o cinco metros.

Una calla de bambú doblada con una cuerda amarrada en ella, había formado un semi arco al levantar a Ed en el aire. Para colorear el arco, Edward fue arrojado de espaldas contra el suelo, sacándole todo el aire de los pulmones.

Tosiendo violentamente mientras trataba desesperadamente recuperar el aire perdido, Ed se libera de la cuerda que tenía en el tobillo. Poniéndose de pie, observa la trampa que le causó tanto daño.

"¡Estúpidas trampas! Ahora veo por qué venimos hasta aquí. Esta es mi primera prueba, y si no la superó, significa que no seré capaz de salvar a mi única familia. Tengo que recuperar el aliento y continuar, pero... ¡En esta montaña hay menos aire de lo normal!"–Se dice internamente.

Apretando los dientes con fuerza, Edward se toma unos segundos para pensar.

"Tranquilo, en la montaña dónde vivía había menos aire, esto no es nada. Pero... A este ritmo... Terminaré muerto mucho antes de llegar al templo. Tienes que pensar... ¡Piensa...! ¡Lo tengo!"

Cerrando los ojos Ed relaja su cuerpo, afina sus sentidos, y se deja guiar por el flujo de energía que hay en cada ser vivo del planeta.

"Si no puedo evadirlos usando mis cinco sentidos, usaré mi percepción para saber de dónde vienen."

Cómo si un círculo de 50 metros se hubiera formado en el suelo alrededor de el, la energía de varías trampas que tenía por delante llegaron a el.

Abriendo los ojos y apoyándose en las puntas de sus pies, Edward se impulso hacia delante. Corriendo con todas sus fuerzas, Ed, enfoco su mirada hacia delante. Una trampa se activo por haber podido una cuerda. Del costado derecho de Ed, un tronco venía directamente a golpearlo.

Edward se agachó, sintiendo como aquel tronco pasaba por encima suyo, a pocos centímetros de su cuerpo. No se detuvo y siguió corriendo. Moviéndose de izquierda a derecha, saltando y agachándose, esquivando cada trampa que venía.

Era como ver una danza astracta en medio de un caos. La respiración de Ed parecía la de un animal corriendo. No había nieve en aquella montaña, pero si una gran cantidad de trampas.

Accidentalmente Ed, piso una cuerda. Del suelo salió un tronco que golpeó el costado izquierdo. Ed es arrojado a su derecha, suspendido a tres centímetros en el aire. Caí sobre el suelo y rueda un par de veces antes de levantarse.

—Aun no...—De decí.

Volviendo a correr, Ed esquivar lo más que puedo todas las trampas, solo siendo golpeado por dos de cada cinco trampas.

"Esto duele, duele demasiado. ¿Aún falta mucho?"

...

Sentada frente a la puerta mientras tomaba un te, se encontraba Rukua, tranquila y paciente. Miraba un reloj que colgaba de una pared, el cual, hacia su clásico tic toc. Faltaba prácticamente nada para el amanecer.

—Tal vez no lo logre—Se dice Rukua.

A sus oídos llegó una respiración jadeante, alguial que unos paso que más bien, parecía que estaba arrastrando los pies. La puerta se abrió deslizándose hacia la izquierda, dejando ver a Ed, quién se recargo en el marco de la puerta.

Su rostro estaba frunciendo el ceño, tenía la cara sucia y con múltiples heridas que aún sangraban. Sus manos temblaban por la adrenalina que debió diverar en su cuerpo. Su gabardina estaba sucia, tanto que casi parecía ser marrón y no negro. Su pantalón tenía las rodillas peladas.

—Ya... estoy aquí...—Dice Ed con lo último de sus fuerzas.

Dejándose caer al suelo mientras se apoyaba en el marco de la puerta, la conciencia de Ed lo abandona. Era claro que estaba exausto, y muy lastimado.

Detrás de el, el sol comenzó a salir desde destras las montañas que se lograban ver. El sol poco a poco iba iluminando la oscuridad de la noche.
© naruto1250 ,
книга «Entre Espadas y Demonios».
Capitulo 3: Entrenamiento.
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