Capitulo 1: Sangre en la nieve.
Capitulo 2: La prueba inicial.
Capitulo 3: Entrenamiento.
Capitulo 4: Selección final.
Capitulo 5: Problemas en Aruhia, pt 1.
Capitulo 6: Problemas en Aruhia, pt 2.
Capitulo 7: Valessa.
Capitulo 8: Derrota parcial.
Capitulo 9: Sonido de tambores.
Capitulo 4: Selección final.

"En aquel momento, cuando me enfrente a Kris, pude ver un hilo que se tensaba desde la punta de mi katana, a la máscara de Kris. Yo solo, me deje guiar por aquel hilo. Pero lo que corte no fue la máscara, sino, la roca."

Edward se encontraba delante de la roca, mirando con asombro lo que acababa de hacer. Luego de exactamente dos años, había logrado partir la roca, tan como se lo había dicho su maestra.

Unos pasos comenzaron a sonar desde atrás de él. Al voltear, se percató que se trataba de su maestra, Rukua. Ella caminaba hacia la roca con una mirada y expresión sería en su rostro. Parándose frente a la roca, Rukua la toco con su mano derecha.

—Realmente... Deseaba que nunca cortarlas la roca—Dice ella, sorprendiendo a Ed con esas palabras.—Ya no podía ver... A más niños morir—

Un silencio se formó entre ellos. La presencia de Rukua se volvió débil, y transmitía un sentimiento de tristeza.

—Vamos. Hay que prepararte para la selección final—

—Si...—

Empezando a caminar en dirección al templo, Rukua y Edward se alejan del lugar dejando en soledad aquella roca cortada por la mitad. Pero ninguno se percató de que, detrás de los árboles del alrededor, al menos 12 niños les observaba desde la distancia. Entre ellos, se encontraban Kris y Emma.

—Buena suerte, Edward—Dice Kris, desapareciendo en una extraña niebla junto a todos los niños.

...

Cómo todo día, la noche había llegado. En la cocina del templo se encuentra Rukua preparando una gran y deliciosa cena para su alumno, quién se está cortando el cabello con unas tijeras.

Luego de eso, Edward fue a tomarse un baño para quitarse el sudor, y suciedad. Fue un baño de agua caliente muy relajante. Luego del baño, Edward se seco con una toalla antes de ponerse su nueva ropa.

El pantalón no cambia mucho. Lo que si cambia es la gabardina, la cual era exactamente igual que la de Kris. Una roja gabardina con la imagen negra de una serpiente enrollada en una espada. Y su calzado era diferente, debes de sus botas de nieve, tenía unos zapatos marrones hechos de cuero.

Por lo que su maestra le dijo, la gabardina roja que tiene a la serpiente enredada en una espada, es el uniforme del templo. Cada templo tiene un color y símbolo único que distingue a sus alumnos.

Una ves vestido, Ed salió del baño rumbo a la habitación donde estaba su hermana. Rukua había cuidado bien de su Natsuki. Durante el tiempo en que Ed estuvo entrenando, Rukua descubrió que Natsuki, al estar en plena transformación, no necesita comer o tomar agua para recuperar energía o fuerzas.

—Ya es hora de cenar—Avisa Rukua desde la cocina.

Saliendo de la habitación, Ed camina hasta el comedor, dónde se sienta a esperar la cena. Rukua le sirve su plato y se sienta junto a el.

—Come para que tengas fuerzas para mañana—Dice ella.

—Claro—

Edward comenzó a comer, no sin antes agradecer la comida. Una vez acabo su porción de comida, pidió más. Amablemente Rukua le volvió a servir otra porción.

—Asi como tú comes para volverte fuerte, también lo hacen los Demonios—Menciona Rukua.—Los Demonios se vuelven más fuerte cuando comen carne humana. Depende de a cuántas personas hayan consumido, pueden desarrollar habilidades de sangre demoníaca. Pero eso solo aplica para los Demonios con inteligencia. Los Demonios normales se paren a los Wendigos, la diferencia es que estos, su sangre vuele a aceite podrido y tienen garras debes de dedos—Explica.

"Entonces, el Wendigo que me atacó era un demonio."

—Otra cosas. Los Demonios solo pueden morir de dos formas; destrozando su corazón, o cortándoles la cabeza. Los Demonios pueden tener de uno a seis corazones, por lo que conviene cortarles la cabeza—Agrega.

—Entiendo. cortares la cabeza para acabar más rápido—Repite Ed.—Los demonios tiene poderes re generativos muy avanzados, ¿No?—

—Si, lo tienen. Pero incluso así, necesitan una gran cantidad de energía para hacerlo. Por eso consumen humanos, para volverse más fuertes y recuperar sus energías. Y su debilidad principal es el sol. Por eso nunca salen de día, al menos que este nublado—Responde.—¿Quieres un poco más de estofado?—

—Si por favor—

...

Una mañana como cualquiera. El reloj no pasaba de las nueve. En lo alto de las escaleras, que llevaba al templo, Edward y Rukua se encontraban juntos. Estaban despidiendo puesto que, el camino que Ed subía recorre no era corto.

Tras despedirse, Ed, junto a una katana que le prestó su maestra, comenzó a descender por las escaleras. Pero al poco tiempo se detuvo y volteo hacia atrás.

—¡Salude a Kris y a Emma de mi parte!—Le pide Ed antes de retomar el camino.

Los ojos de Rukua se abren de sorpresa y un escalofrío recorre su espalda.

—Pero... Ed... Esos niños, ya están muertos... ¿Cómo sabes sus nombres?—Pregunta.

Lastimosamente Ed no la escucho en lo absoluto debido a la distancia. Y sin poder decir nada más, Rukua solo vio como su alumno se alejaba caminando hasta perderse de vista.

...

Había anochecido hace poco. Ed caminaba con su katana atada a un costado de el. Su camino no duró mucho antes de que viera un árbol con pétalos violetas que brilla ante la luz de la luna. También, tenían un olor dulce y tranquilo.

—Me recuerdan a casa—Se dice Ed.

Subiendo unas escaleras al pie de la montaña, Ed, llegues a la entrada de un templo japonés. Pero ahí no había ni un templo, solo una base plana de cuarzo donde habían muchos otros estudiantes reunidos.

Todos estaban a lo suyo, otros volteaba a ver al recién llegado Ed. Cada uno tenía sus respectivas gabardinas y capaz. Las habían negras, blancas, azules, verdes, moradas, celeste, amarillas, rosadas, grises, marrones, etc.

Con sus katanas en la espaldas o a sus costados, cada estudiante de veía como una parte del arcoiris. El color de sus cabellos, mayormente, era negro. Pero habían rubios, pelirrojos, albinos, y con el cabello grisáceo.

Es camino hasta estar un poco en medio de ellos y hay se quedó parado a esperar. No había más que hacer, por lo que, con la mirada, empezó a ver a cada alumno de los distintos instructores.

Sus ojos se centraron en una chica pelirosa que no había visto al llegar. Las puntas de su rosada melena eran negras. El color de sus ojos era negro. Ella vestía con una blanca gabardina con el símbolo de un escorpión devorando a una serpiente, la cual, está mordiendo la cola del escorpión. También lleva puesto una falda negra que llaga un poco por arriba de sus rodillas. Adicional mente, también lleva unas largas medias hasta el muslo.

Su piel es casi morena. Se podría decir que lo es, pero lo cierto es que es morena clara. Su cuerpo es delgado y se ve frágil, pero Ed no se deja engañar. Si ella está aquí, es por qué es fuerte. Ella lleva su katana atada en la parte baja de su espalda.

—Les agradezco a todos por estar aquí—Dice la voz de una niña, quién aparece sobre una plataforma más alta.

No era una niña, eran dos. Ambas vestidas con un kimono violeta y con un moño grande en sus espaldas. Una de ellas tenía su cabello de color blanco suelto, y la otra tenía un negro cabello que estaba atado con dos coletas.

—Mi nombre es Six, y ella es mi hermana Zero—Dice la albina.

"¿Seis y cero? Vaya nombres más extraños. Aún que hace mucho conocí a una chica llamada Efina, quien viajaba junto a su amigo Leo a quien sabe dónde."

—A continuación, les diremos las reglas para la selección final—Dice la de las coletas.

Edward sintió una mirada extraña, al voltear, sus ojos e encuentran con los de aquella chica a la que vio. Parecían estar mirándose con una curiosidad mutua. Tan solo con verse directamente por un momento, ambos lograron entenderse. Parecía como si sus miradas nunca de quisieran separar.

Edward fue el primero de desviarla la mirada, seguido de aquella chica. Regresando su atención a las dos niñas que hablaban, Ed, milagrosamente, no se perdió lo importante.

—El pie de la montaña tiene estos tipos de árboles llamados "Cunas", y los Demonios detestan el olor que estás producen, por ende no se acercan a este lugar—Menciona la de las coletas.

—Apartir de aquí, deberán de recorrer media montaña hacia arriba sin la protección de los árboles "Cuna". Dentro del bosque de la montaña hay Demonios básicos e inteligentes. Los Demonios básicos tienen entre tres a ocho meses de nacido. Mientras que los Demonios inteligentes han devorado de una a dos personas—Explica la albina.

—Una vez hayan superado la montaña, llegarán a otra zona de árboles "Cuna". Una vez entren a la zona de árboles "Cuna" estarán tranquilos y habrán superado la selección final—

—Solo tienen tres días—

—Les deseamos, buena suerte—

...

Corriendo entre los matorrales y fauna del bosque, Edward corre mientras es perseguido por un demonio básico. Abruptamente Ed se detiene y desenfunda la katana. Con un ataque directo, Ed, clava la katana en la cabeza de aquel demonio, el cual, si parece un Wendigo.

"Son más fuertes de lo que imaginé. Aún que sus ataques son muy predecibles."

Recuperando su katana, Ed estaba por guardarla cuando escucha crujir una de las ramas de un árbol a su izquierda. Reaccionando con rapidez, salta hacia atrás observando a un demonio con apariencia humana.

Aquel Demonio tenía su piel totalmente pálida, su cabello era extrañamente verde. Las puntas de sus dedos eran garras. Su boca estaba llena de dientes filosos, y sus ojos eran totalmente blancos.

—Al fin podré comer carne humana—Dice el demonio con una macabra voz.

Levantando su guardia, Ed se prepara para pelear. Era la primera vez que veía a un demonio inteligente, por lo que se sintió algo sorprendido al ver que podían hablar.

Ese sentimiento de sorpresa desapareció cuando logro percibir algo que venía detrás de el. Se agachó y aquello que percibió paso por encima de el antes de caer parado en el suelo.

Otro demonio había aparecido, esta vez se trataba de una mujer con el cabello negro y los ojos negros. Al igual que el otro, la punta de sus dedos eran prácticamente garras, y sus dientes filosos. Lo único diferente era su larga lengua.

—No está nada mal—Dice la mujer.

El otro demonio corre hacia ella y le lanza un golpe. La mujer se gira y lo bloquea con rapidez.

—Esta es mi presa—Le dice la mujer.

—Pero yo lo vi primero—Argumenta el hombre.

—Entonces, ¡Que sea del más rápido!—Exclama la mujer antes de saltar contra Ed.

Con un movimiento rápido, Ed, salta hacia la derecha mientras lanza un corte en arco. La cabeza de aquella mujer salió volando por los aires mientras el otro demonio atacaba a Ed. Usando la katana para bloquear las garras del demonio, Ed gira en si mismo y mientras se mueve a la espalda del demonio.

Una hilo conecta con el cuello y la punta de la katana. Con un corte horizontal, Ed termina con su oponente. Ed guarda su katana en su funda y continua con su camino.

"Son fuertes, también parece que no trabajan en equipo. Estos solo han devorado a uno o dos personas, así que no son la gran cosas. Seguramente aya a fuera hayan demonios mucho más fuertes."

—Solo salen de noche, así que debo de descansar en el día y avanzar en la noche—Se dice.

—¡¡AYUDA!!—Grita una voz masculina.

Edward voltea hacia donde oyó el grito antes de comenzar a correr hacia esa dirección. Cruzando maleza a punta de espada, Ed logra llegar a una zona amplia dónde el césped no crece y la tierra es más oscura de lo normal.

No tardó mucho para sentir una presencia abrumadora que aplicaba presión sobre sus hombros. Delante de Ed, un chico de casi su misma edad salió de entre los árboles. Su rostro tenía una expresión de horror y corría con todas sus fuerzas para escapar de lo que le seguía.

Los árboles comenzaron a moverse hacia los lados, abriendo paso a lo que sea que se estuviera acercando. De entre los árboles, a unos metros detrás de aquel chico, una masa de carne con brazos y una cabeza media formada, apareció ante la vista de Ed.

Aquella cosa se arrastraba por el suelo utilizando sus brazos para avanzar.

Aquella cosa tenía el cuerpo de un chico en uno de sus tantas manos. El chico parecía ya estar muerto. El que se encontraba corriendo se tropezó con una piedra y cayó al suelo.

—Hasta que por fin dejas de correr, pequeño ratón—Dice aquella cosa con una voz que no se puede distinguir si es de hombre o de mujer.

—¡Aléjate de mi!—Grita el chico.

—Tranquilo, muy pronto estarás con tu amigo—Le contesta al chico.

Aquella cosa se abre casi por la mitad revelando una enorme boca. Seguido de eso, lleva el cuerpo de aquel otro chico a su boca y comenzó a tragarse lo desde los pies a la cabeza mientras destrozaba sus huesos con cada mordisco.

"¿Esa cosa es real? No creo que sea producto de esas vallas que me encontré por ahí."

—Ahora vas tu—

Una masa de carne se junta en el lado derecho de su cuerpo antes de salir expulsada a gran velocidad. El chico, por instinto, se cubrió el rostro con sus brazos. Aquella masa de carne que salio expulsada fue cortada en pedazos antes de que aquella cosa contrajera su misma masa. Edward estaba parado frente al chico, blandiendo su katana con ambas manos.

El chico aparto sus brazos y miro con asombro a Ed, quien tenia su mirada puesta en aquella cosa.

─¿Estas bien?─Pregunta Ed.

─S-si─Le responde.

"Este niño... Tiene una gabardina roja. Sera que..."-Piensa aquella cosa.

─Eres un estudiante de Rukua, ¿Cierto?─Pregunta.

Los ojos de Ed se abrieron de sorpresa al oír lo que dijo.

─¿Tu la conoces?─Pregunta Ed.

─¿Como olvidar a la persona que me encerró aquí desde hace mas de 40 años? Desde entonces, he devorado a mas de 50 niños─Le responde.

─¡Eso es imposible! ¡Aquí solo hay Demonios que han devorado a una o dos personas!─Comenta el chico de antas.

En el rostro de aquel Demonio, una sonrisa arrogante y desagradables, se dibujo en el.

─No existe nada imposible. Veamos.... uno, dos, tres,─Aquel Demonio se pone a contar con sus dedos.─cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once... y tu serias el doceavo─Señala a Ed.

─¿Doceavo? ¿De que?─Pregunta confundido.

─De los niños que Rukua a enviado a este lugar. Sus últimos alumnos eran un joven de un peculiar color de cabello, y una niña con un kimono de flores. El joven era muy fuerte y evadía fácilmente mis ataques. En cuanto a la niña, era una molestia. No era tan fuerte como el otro, pero era muy ágil y veloz. Me costaba seguirle el ritmo. Pero cuando aquel joven con el cabello color carne trato de cortar mi cuello, se llevo una amarga sorpresa cuando vio que su espada se rompió. Fue hay que le aplaste la cabeza. A la niña le arranque lentamente las extremidades. Fue divertido─Dice el Demonio.

La mente de Edward le mostró la imagen de Kris y Emma. Para el, era mas que obvio que este Demonio había asesinado a esos dos. Pero no se lo podía creer. Hace poco que había hablado con ellos, asi que esto, fue un golpe duro para el.

Sintiendo como si le inyectaran una jeringuilla de ira, Ed empezó a correr hacia aquel Demonio, sosteniendo con la katana con una mano. El Demonio no se quedo a ver lo que Ed hacia y expulso una gran masa de carne contra el. Cortando aquella masa de carne con el acero de su katana, Ed se las arreglo para no frenar en ningún momento.

El Demonio lanzo un puñetazo contra Ed, pero este sato por encima, provocando que el puño chocara contra el suelo. Saltando hacia adelante mientras se preparaba para lanzar un corte horizontal. Edward se encogió en si mismo, acumulando toda la fuera que tenia para realizar el corte.

El Demonio lanzo una masa de carne hacia su derecha. Girando en arco, y creando un puño en la punta, un contragolpe impacta en el costado izquierdo de Ed, haciendo que este saliera disparado en el aire contra el tronco de un árbol.

El golpe fue duro, e hizo temblar todas las hojas del árbol. Ed había perdido la consciencia. Callo al suelo, recargando su espalda en el tronco. La sangre salia de su cabeza, y la katana casi que se sale de su agarre, siendo sujetada únicamente por dos dedos de la mano derecha.

Ante esto, el Demonio suelta una desagradable sonrisa mientras retrae su propia masa carnosa. Poco a poco se acerca al ya inconsciente Ed, olvidándose por completo del otro chico.

"¡Esa cosa va a matarme! ¡Tengo que salir de aquí antes de que se percate de mi! No vale la pena arriesgarse a salvar a alguien que nunca volverás a ver"─Piensa el chico mientras se aleja.

...

En medio de la noche, bajo la plateada luz de la luna, ya hacia kris sentado sobre roca que Edward había cortado. Parada a un lado de la roca, estaba Emma.

─¿Crees que lo lograra?─Le pregunta a su hermano.

─No lo se─Le responde.─Pero lo que si se, es que Ed, es el hombre que corto la roca mas dura de todas─

─¿Que pasara si muere?─Pregunta.

─No perderá. Al menos no por ahora─Responde Kris mientras se para sobre la roca.

Mirando directamente a la luna, Kris parece estar nervioso.

─Nosotros ya no importamos. Pero debes acabar con ese Demonio, Ed. No permitas que mas niños mueran por su culpa. Si mueres, jamas te perdonare─Le dice al cielo.

...

"¿Vas a quedarte ahí sentado? ja. No se ni por que te eligieron. Eres débil y patético. Nunca podrás alcanzar al resto de lo niños."

─¡Cállate!─Exclama Ed.

Abriendo sus ojos de un momento al otro, Ed rueda instintivamente hacia su derecha, evitando que aquel demonio le aplastara la cabeza con aquel fuerte golpe. La onda que produjo el impacto del golpe, lanza a Ed, dos metros mas de lo que planeo.

Ágil mente se vuelve a poner de pie, sujetando con ambas manos la katana. Se desliza un par de centímetros antes de detenerse. La piel se le eriza desde los pies hasta la cabeza. Su celebro manda una señal hacia los pies en cuestión de milésimas. Ed flexiona sus rodillas y salta lo mas alto que puede de manera vertical.

De la tierra debajo de el, una masa de carne, con tres manos formándose en la punta, sale de forma ascendente. Lo único que se paraba a Ed de aquella masa de carne, era una distancia de tal solo 20 cm.

Las manos dejan de ascender una vez que Ed alcanza la altura de cinco metros.

"¡Maldición! ¡¿Como rayos supo que lo atacaría desde abajo?! No importa. ¡Ahora que esta en el aire, no podrá esquivar mis ataques!"

Apuntando uno de sus puños, lo lanzo como si se tratara de algún proyectil. Siendo disparado con una gran velocidad, el Demonio realmente creía que seria el fin para nuestro protagonista. Pero se llevo una sorpresa al ver como Ed giraba en si mismo, cambiando su dirección mientras estaba en el aire. El puño del Demonio ni siquiera lo roso. Un metro, esa era la distancia que Ed había puesto entre el y el puño.

"¡Imposible! ¡No existe nadie que pueda cambiar su trayectoria así como así!"

Los pies de Ed tocan el suelo. Poniendo su katana frete a el, Ed comienza a visualizar pequeños hilos deformes que se encuentran esparcidos por el campo de batalla.

─Técnica de Corte Apagado: Guiado por los Hilos─Dicho eso, los hilos, antes deformes, se volvieron finos y muy resistentes.─Quinto Cielo: Cielo en Calma─

Recitando aquellas palabras como si de un hechizo se tratase, la presencia de el se comenzó a desvanecer. Era como si Edward hubiera desaparecido, pero al mismo tiempo era presente. Respirando hondo, Ed visualizo cada movimiento que estaba por realizar.

La imagen de Ed desapareció de un momento al otro mientras una capa de polvo se levantaba del suelo. Antes de que el Demonio pudiera hacer algo, recibió un profundo corte en su costado derecho, lo que causo la perdida de una extremidad. Apenas reaccionando ante tan corte, uno nuevo aparece en su espalda.

Cuando trata de ubica a Ed con la vista, solo pudo ver como un destello parecido al de un relámpago rojo se movía libremente por el campo de batalla.

"¡¿Que es todo esto?! ¡Es imposible que un mocoso como el tenga tan poder!"

─¡¡BASTAAA!!─Grita el Demonio lleno de ira.

Lanzando ataques a distintas direcciones aleatorias, el Demonio trataba de frenar el avance de Ed, pero este esquivaba fácilmente sus ataques con pequeños saltos y giros en el aire. Usando el tronco de uno de los arboles, Ed se impulso con fuerza hacia delante, lanzándose de forma horizontal con su espada por delante.

Otro nuevo corte apareció en el cuerpo del Demonio. El planto sus pies en el tronco de un árbol y con la punta de su katana atrapo mas de un hilo.

"A este ritmo... acabare agotado antes de que pueda vencerlo. Tendré que probar cada uno de los hilos hasta que de con el que lleva a su cuello."

Aquel relámpago rojo, que de por si ya era rápido, triplico su velocidad. El vértigo que causaba de solo ver la forma en la que se movía, haría pensar que este chico no era humano. Los cortes no tardaron en aparecer en el cuerpo del Demonio, quien seguía atacando desesperada mente en busca de frenar al relámpago rojo.

El sonido del viento siendo cortado, y de los golpes del Demonio, resonaban por el campo de batalla mientras las extremidades del mismo se separaban de su cuerpo y la sangre volaba por los aires. Los gritos de aquel Demonio eran llenos de oído y dolor, al igual que de desesperación. Los brazos de Ed ya casi estaban a su limite. Blandir la katana a esta velocidad, requería que Ed mantuviera una fuerza de agarre mayor a la que estaba acostumbrado. Ademas de que la técnicas de cortes apagados hacen que la hoja de la katana pese dos veces mas.

─¡¡Detente de una vez!!─Vuelve a gritar.

─¡¡Entonces, prepárate para tu fin!!─Le responde Ed.

La punta de la Katana finalmente encuentra el hilo que tanto había estado buscando. Girando sobre si mismo, Ed, cambia su trayectoria mientras sigue aun en el aire. Llega hasta el tronco de un árbol, y apoyándose en este, se impulsa con fuerza hacia delante, dejando una estela roja mientras provoca que el aire vibre detrás de el. Encogiendo su cuerpo para aumentar su fuerza, se prepara para cotar en horizontal.

Estando a la misma altura de la cabeza de aquel Demonio, la victoria seria para el mas rápido y fuerte de los dos. Solo faltaba un solo segundo, el cual, se combatir en minutos.

"Lo tengo muy cerca. No podre atacarlo desde esta distancia. Esperare hasta que trata de cortarme el cuello, y cuando su espada se rompa, ¡Le aplastare la cabeza!"

Preparando su contra ataque con anticipación, el Demonio no se molesto en protegerse. Su arrogancia le hizo creer que su cuello aguantaría. Fue hasta que sintió como la hoja de la katana rebanaba limpiamente su cuello que esa arrogancia se transformo en un sentimiento de devastación.

Mientras su cabeza caía al suelo, el cuerpo exhausto de Ed también lo hacia. Aquel relámpago se había dejado de mover. La cabeza rodó un par de veces luego de tocar el suelo. En la única dirección que apuntaba la cabeza del Demonio, le daba vista al, nuevamente, inconsciente cuerpo de Ed.

"No puedo creer que lo ultimo que vea antes de morir sea el rostro de un estúpido Asesino de Demonios. Esa cara... Ansió ver el día en el que se retuerza de dolor."

Con eso ultimo, el cuerpo aquel Demonio comienza a desaparecer como si fuera cenizas que se lleva el viento.

─Kris... Emma... Ya pueden descansar en paz...─Dice Edward apenas y recupera la conciencia.

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Capitulo 5: Problemas en Aruhia, pt 1.
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