Cupones limitados
Se alejan.
Se van lejos.
Vuelan.
Se mudan.
Se cambian de casa
y consiguen otro huésped.
Se van
y no vuelven.
Te desgarran,
te escuecen,
te inyectan ponzoña imposible de sacar.
Ni siquiera los típicos besos de cuento
serían capaces de despertarte de esa pesadilla.
Se giran una última vez,
te sonríen sarcásticamente,
mientras se dan la vuelta para irse con tu para siempre en la mano.
Y entonces ves como estiran el brazo hacia la basura,
y pam.
Lo tiran.
Entonces tú vas a buscarlo,
pero ya no lo encuentras.
Era un cupón limitado con fecha de caducidad.
Resulta que esa fecha ya llegó,
pero no la tenías apuntada en el calendario.
Que pena.
Te la podrían haber escrito por ti.
Pero la distancia que se ha creado es mejor si es silenciosa.
Es mejor si el billete de avión lo compran a las doce de la noche.
En la hora de las brujas,
para que tú estés escondido bajo las sábanas y no veas cómo ellos se convierten en la bruja.
Es mejor si las horribles palabras que invocan la repentina huida se quedan hablando en silencio,
solas en la cabeza de la bruja.
Es mejor si un día te acuestas siendo la cucharita pequeña
y al día siguiente te levantas siendo un alma solitaria con demasiado espacio en la cama.
Es mejor todo eso
a que nos apunten la fecha en la frente.
Bien grande.
Que se vea,
para así estar preparados,
sin necesidad de hacer mucho ruido.
Es mejor todo eso
que agacharse un momento a por ese para siempre,
y en vez de tirarlo a la basura
que te lo den a tí.
Para que puedas reciclarlo y volver a usarlo.
Para que puedas probar suerte.
Otra vez.
Pero al menos no te desgastas,
ni tu corazón se queda sin recursos para fabricar más de esos cupones.
- N.G
2021-03-30 12:20:26
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