Capitulo 1: Desde el Abismo.
Capitulo 2: El Plan de Presentación.
Capitulo 3: Un Simple Paseo, parte 1.
Capitulo 4: Un Simple Paseo, parte 2.
Capitulo 5: Lucha.
Capitulo 6: De Compras.
Capitulo 7: Lluvia.
Capitulo 8: Duelo de Amor y Confusión.
Capotulo 9: Comienza la Aventura... Por Fin.
Capitulo 10: Bosque Invertido.
Capitulo 11: La Casa de Ozen, parte 1.
Capitulo 12: La Casa de Ozen, parte 2.
Capitulo 13: Choque Abismal.
Capitulo 3: Un Simple Paseo, parte 1.
Era cerca del medio día y el sol casi estaba en su punto mas alto. El cielo estaba parcialmente despejado, con apenas unas nubes a la lejanía. En la ciudad las personas comercializaban entre ellas, vendiendo o comprando productos. Algunos niños jugaban en las calles un tanto descuidadas por el pasar de los años.

Acostada en el pasto mientras leía el contenido de un pequeño cuaderno de cuero se encontraba Lily. Algunos niños del orfanato jugaban en el patio trasero haciendo burbujas con unos aros que remojaban en una cubeta. Las burbujas ascendían dos metros en el aire antes de reventar en si mismas. Los niños mas pequeños saltaban y aplaudían, haciendo sonaban los cascabeles que colgaban de sus cuellos.

La sombra del árbol que Lily tenia al lado la protegía del sol, bueno, mas o menos. Al menos no sufría el calor del verano. Un refrescante viento recorría el lugar cada cierto tiempo moviendo las hojas de los arboles y el largo pasto que habia.

─Hola, ¿Que lees?─Le pregunta una familiar voz.

Al despegar sus ojos de aquel cuaderno se encuentra cara a cara con el encargado. Sorprendida, la chica se levanta del suelo cerrando el cuaderno al mismo tiempo. El encargado, quien estaba agachado, se mueve un poco para atrás evitando golpear su cabeza con la de la chica. 

─¡¿Duke?! ¡¿Que haces aquí?! ¡¿No deberías de estar en la prueba con Akira?!─

─Relájate. La abuela no me dejo meterlo en la prueba sin conocimiento previo. Así que lo mandamos al aula E junto a los de mas Campanillas─Responde el encargando mientras se sentaba en el suelo con las piernas cruzadas.

─Si, eso tiene sentido─

Haciéndole una seña, el encargado le pide a Lily que se siente junto a el. Haciéndole caso, Lily se sienta de la misma forma que aquel hombre.

─Dime algo, ¿Como serán las pruebas este año?─

─¿Las pruebas? Mmm... Solo sera subir una montaña mientras cargan su equipamiento. Ademas de llevar un rifle con balas de goma─

─¿infantería básica?─Pregunta algo sorprendida.

─Si. La milicia quiere que los nuevos Invasores del Abismo sean mas... Digamos, eficaces─Responde con cierta cautela en sus palabras.─En dos semanas Akira comenzara sus pruebas─

─¿Y crees que pase?─

─Ni idea. Eso ya depende de el─

Tras eso, ambos se quedaron callados sin saber de que mas hablar. No es como que hablen a menudo, pero tampoco es como que se conozcan poco.

─Esta ciudad cambio bastante, ¿Sabes?─Menciona el encargado.

─¿Que quieres decir con eso?─

─Hace unos 25 años una guerra civil ocurrió en la ciudad del abismo. La actual ciudad de Akdozcal. Gracias a esa guerra, ahora existen los Invasores de cuevas, o del abismo si a si lo prefieres─

─¿Y por que la guerra no ha salido en los libros de historia?─

─Por que la guerra no fue contra nosotros─Con eso dicho el encargado se pone de pie y se aleja caminando del lugar.

─Espera, ¿A donde vas?─

─Al trabajo. Este orfanato no se mantiene de pie por las reliquias que sacan del abismo─

...

El sol ya estaba ocultándose y el cielo tomaba un color escarlata que poco a poco iba volviéndose mas oscuro. Las luces de la ciudad se encendían con forme el cielo se oscurecía. En su habitación ya hacia Lily acostada sobre su cama sin nada que hacer. Para ella este día fue aburrido ya que ninguno de sus amigos tenia el día libre, ademas de que se había cansado de leer aquel cuaderno de antes. Un toqueteo en su puerta capto su atención casi de inmediato al no tener nada que hacer. Sin ganas de levantarse de la cama alzo la voz.

─¡Adelante!─

La puerta se abrió con un pequeño rechino mostrando a un Akira vestido con una camisa blanca y un pantalón azul. Al verlo, la chica se levanto de un salto y corrí a abrazarlo, subiéndose le encima, con sus piernas rodeándolo por la cadera.

─¡Lily, bájate! ¡Nos vamos a caer!─Avisa Akira tratando de mantener el equilibrio.

Sin poder mantenerse de pie por mas tiempo, el chico cae sentado al suelo con aquella chica sentada sobre su regazo.

─¿Como te fue hoy?─Pregunta curiosamente.

─Bien. Aun que no entendí una cosa─

─¿Y que es?─

─El rollo de los silbatos. No lo entendí por completo─

─Pero si eso es muy fácil. Son 6 silbatos de distintos colores: Rojo, Azul, Violetas, Amarillos, Negros, y Blancos─

─¿Pero como funcional? No creo que solo sea decoración─Le pregunta haciendo unos gestos con su dedo indice.

─Son rangos. Te los mostrare─

Lily se levanto de encima del chico y casi que corriendo se acerca a una cajonera donde abre uno de sus cajones sacando un álbum de fotos. O algo por el estilo. Caminando hacia el chico, se sienta en el suelo frente a el, acomodando el álbum en el suelo. Abriendo una de su paginas, Lily muestra una fotografía donde se muestra a un montón de niños con una pequeño cascabel en el cuello. Entre ellos se encuentra Lily, Claud, y Suzumi, quienes se muestran contentos. Detrás de ellos, junto a los trabajadores del orfanato, se encuentra el encargado, el cual lleva un silbato azul en el cuello.

─Todos estos niños de aquí son Campanillas. Vendría siendo el rango mas bajo de todos, pero casi no se toma en cuenta, y es mas conocido como "Rango de Novatos"─Explica mientras cambia de pagina.─Luego sigue los Silbatos Rojos: Aprendices. Los instructores son Silbatos Azules, igual que el encargado. Pero el no suelo mostrar su rango─

─¿Y por que no lo hace?─

─Solo lo usa cuando hay pruebas, o algo así. Sigamos. Los Silbatos Violetas son los avanzados. Personas que ya saben moverse por el abismo con suma facilidad. Luego están los Silbatos Amarillos: Los Rescatistas. Personas que bajan al abismo a rescatar a los Silbatos perdidos. Después le siguen los Silbatos Negros: Los Expertos, y por ultimo están los grande y únicos maestros: Los Silbatos Blancos.─

Mientra la chica explicaba de una forma animada los rangos existentes, iba cambiando de pagina mostrando a las personas de las fotos como una clase de ejemplo. El chico solo las miraba superficialmente sin prestarle mucha atentatorio, hasta que sus ojos se centraron en la foto de una mujer vestida con un negro atuendo del siglo XVII, pero un toque mas moderno. Ademas de ajustada. Su cabello era negro con algunos mechones blancos. Su piel casi que era pálida, y sus grises ojos tenían una fría mirada.

Detrás de ella había una especie de armadura negra estilo japones, o algo por el estilo. Tanto la mujer, como la armadura, desprendían un aula macabra y tétrica. Pese a que tiene un esbelto cuerpo, parece tener una fuerza sobre humana. Quizás anormal. Lily noto el claro interés de Akira por lo que tomo el álbum y lo acerco mas al rostro de su amigo. 

─A que es hermosa─Dice con una sonrisa.

─Mas bien, tenebrosa. ¿Quien es ella?─

─Ella es Ozen. La Inamovible. Es una de las mejores Silbatos Blancos─

Mirando un poco mas la pagina en donde se encontraban, Akira noto algo.  Debajo de la foto de aquella mujer, esta la de un joven de no mas de 17 años, el cual tenia varia vendas en la cabeza y sostenía un rifle en manos. De su cuello colgaba un silbato negro.

─Oye Lily, ¿Este no es el encargado?─Pregunta señalando la foto.

─Déjame ver... ¡Si, lo es!─Responde con sorpresa.─Aun que se ve mas joven. ¿Crees que le sucedió algo?─

─¿No crees que solo pidió un puesto como Instructor?─

─Naaaa. Estoy segura de que lo degradaron por algo. Se lo preguntare después. Ya se esta haciendo de noche y mañana tengo que bajar al abismo─

─Y yo tengo el entrenamiento básico─

Levantándose del suelo, Akira se da la media vuelta y camina hasta su cama, la cual se encuentra hasta el otro lado de la habitación.

─Por cierto Lily, ¿Donde me encontraste?─Pregunta volteando a ver hacia atrás.─Se que desperté en tu habitación, pero no se como llegue─

─Si, bueno... Te encontré en el abismo. Me salvaste de una Mandíbula Carmesí, y creo que te desmayaste, o algo por el estilo. Como no podía dejarte ahí tuve que traerte a mi habitación. Y pasaste dos días durmiendo sin inmutarte con las apuñaladas que Suzumi te hacia─

─Ah, así que fue ella la que lo hizo─Dice con una expresión de desagrado.─Como sea. Buenas noches. Y gracias─

─No hay de que. Pero prométeme algo, Akira. Pasaras las pruebas cuesten lo que cuesten─

─¡Lo prometo!─

Metiéndose a al cama sin quitarse el uniforme, Akira cierra los ojos dejando que el sueño se vaya apoderando de el. Lily, quien miraba al chico, saco ese peculiar y pequeño cuaderno de cuero que casi siempre carga con ella desde que lo encontró. Buscando una pagina en especifico, comienza a hojear el cuaderno hasta encontrarla dicha pagina. En ella se podía ver una ilustración detallando la anatomía de un humano, con la única diferencia de tener una parte metálica, la cual varia según el individuo.

"Si algo como tu existe, estoy segura de que una séptima capa también debe de existir"─Piensa la chica antes de hacer lo mismo que su compañero.

...

Ya habían pasado dos semanas desde que Akira inicio con el entrenamiento básico. Su desempeño fue tan bueno que varios maestros mostraron interés en el, por lo que optaron por enviarlos a la pruebas de ascenso para convertirlo en Silbato Rojo. Y es así como el chico llego a los pies de una montaña llena de arboles y con una especie de desenfilada casi en la sima, que aduras penas se ve. Formados en cinco filas, 30 Campanillas cargaban una mochila marrón en la espalda mientras vestían sus uniformes de invasiones con su típico casco en la cabeza. En sus manos sostenían un rifle con una correa de cuero colgando del arma.

Frente a ellos se encontraba una trabajadora del orfanato, quien se había encargado de guiar a los chicos hasta este sitio. Al lado de ella estaba el encargado con su silbato azul en manos. Y en medio de ambos estaba una mujer de avanzada edad, quien vestía un negro vestido que casi cubría sus pies. Su cabello era de color negro, el cual de a poco se convertía en blanco. Su piel era de un moreno claro, y su rostro mostraba algunas arrugas echas por la edad. Aquella mujer se mostraba con un parado firme, y con una mirada inexpresiva hacia todos los chicos. Entonces, el solido de un silbato siendo sonado capto la atención de todos.

─¡Muy bien, presten atención!─Exclama el encargado con firmeza en su voz.

Akira, quien se encontraba en medio de todos, asomo la cabeza por encima de un niño que parecía tener poco mas de 11 años.

─Ya todos saben lo básico: Escavar, descender, escalar, hacer fogatas, cazar, crear trampas, entre otras cosas. Pero ahora tendrán que aprender a pelear por sobrevivir. Es por eso que les di un rifle y balas de goma a cada uno de ustedes─

Un chico de 16 años que se encontraba hasta atrás de la cuarta fila, la misma en la que estaba Akira, alzo su mano esperando llamar la atención del encargado.

─¿Si?─Pregunta dándole a entender que tenia permitido hablar.

─¿A que se refiere con eso?─

─Fácil. En el abismo no solo tendrán que pelear contra las criaturas que en el habitan. Tendrán que pelear contra Invasores de otros países en dado caso de que halla un roso entre ambos─Responde.

─Dejemos de perder el tiempo. Comienza con la explicación de la prueba─Habla aquella mujer de avanzada edad.

─Como desee, Abuela Isabela─Tosiendo un poco para aclarar la voz, el encargado se prepara para hablar.─Esta prueba consiste en subir a pie la montaña a mis espaldas mientras cargan sus mochilas, las cuales, tienen el equipamiento básico de cualquier Invasor del Abismo. Los que logren llegar a la sima se convertirán en Silbatos Rojos─

─¿Eso es todo? Parece fácil─Dice una chica que se encontraba al lado de Akira.

─¡Ha, ha, ha!─El encargado suelta una pequeña carcajada.─Pareces demasiada confiada. Pero no. Aun que no lo parezca, esta montaña tiene poco mas de 10 kilómetros de altura, ademas de que no solo tendrán que subirlo y ya. Tendrán que superar sus tres faces. La primera de ellas es la fase de las trampas. Estas están echas para matar a cualquiera que caiga en ellas. Así que tomen precauciones─

─¡¿Que?! ¡¿Acaso están locos?!─Exclama la chica de antes.

─Quéjate con la milicia. Nosotros solo seguimos ordenes. Como sea. La segunda fase es la zona hostil. De aquí en adelante tendrán que eliminarse los unos a los otros. Y esta prohibido formar equipos. Aquellos que sean alcanzados por una bala de goma serán eliminados y deberán de llevar una bandera blanca para identificarlos. La bandera la pueden encontrar en sus mochilas. Solo haría falta que la armaran. Cosa que debería de ser fácil. Ya por ultimo esta la tercera y mas sencilla de las fases. La tercera fase consiste en escalar una desenfilada de unos 100 metros de altura. Una vez en la sima tendrán que formar un campamento y esperar hasta el medio día del tercer día y un equipo de profesores vendrán a recogerlos─

Los alumnos se miraban entre ellos con cierto nerviosismo en sus ojos. La seguridad con la que habían llegado se volvió menos al oír la explicación del encargado. La posibilidad de morir causaba que varios de ellos quisieran dar un paso atrás, mientras que a otros les hacia tragar saliva.  El encargado, viendo el nerviosismo de los chicos, vuelve a toser antes de hablar.

─Aquellos que no tenga el valor o la confianza para subir la montaña den media vuelta y regresen al orfanato─

Ante aquellas palabras algunos de los alumnos dudaron por unos segundos hasta que uno de ellos, que se encontraba en la primera fila, empezó a caminar lejos del grupo de alumnos que se había formado. Detrás de el le siguieron otros dos, y luego otro, y otro mas, y otro, y otro. 12 alumnos, de los 30 que habían, se alejaron del pie de la montaña con sus cabezas bajas, dejando a solo 18 de ellos. A pesar de los nervios, mostraban una pizca de coraje y valor. Sobre todo miedo. Y eso es algo que sirve de mucho.

─Poco mas de la mitad, ¿Eh?─Habla la mujer, a la que se le dirigen como, "Abuela".─Ya que están listos para morir, tomen una de las 10 entradas y preparasen para la señal de partida. Tienes dos minutos─

Los alumnos asintieron al unisono con un "si", y se esparcieron por el terreno en busca de aquellas entradas. No eran difíciles de ubicar. Las entradas eran como la de los templos japoneses, con la única diferencia de que tenia unos letreros con números. Akira camino en busca de su entrada. Alguna de ellas eran ocupadas por 3 o hasta 5 personas, lo cual perjudicaría a los demás.

"Supongo que esta esta bien"

Parándose debajo de aquella puerta de templo, con el numero cinco en su letrero, nuestro protagonista se sumergía en sus pensamientos tratando de grabarse en la mente que las trampas están echas para matar. Era consiente de que Suzumi lo apuñalo con un cuchillo y no recibió ni un solo rasguño, pero aun así debía de tener cuidado. Nadie ha comprobado aun si es resistente a las armas contundentes.

Un silbido ascendente alerto los sentidos de Akira. Era una bengala, la cual subía hacia los cielos antes de explotar y soltar una estela roja. Tan pronto como oyó el sonido, el chico empezó a correr hacia las entrañas de aquel bosque al mismo tiempo que se colgaba el rifle en la espalda. La maleza, y algunos arbustos, se interponían en su camino por lo que debía de evadirlos o pasar entre medio usando sus brazos para apartar lo que estorbara su vista.

Todo iba bien en los primeros 100 metros. No había rastros de trampas o algo parecido. Confundido, y hasta un poco desorientado, Akira bajo su velocidad y su cautela hasta casi estar caminando.

"¿Me habré perdido"

Mirando hacia atrás, observando el camino que ha estado siguiendo, el chico no se percata de la cuerda bajo sus pies. Al dar otro paso pisa la cuerda haciendo que esta se tense acompañada del sonido de una rama rompiéndose. El chico baja la vista para ver la cuerda, y un segundo después escucha el sonido del viento siendo cortado. Alzando la vista su cuerpo reacciona por si solo haciéndolo avanzar dos pasos mas al ver la metálicas hojas de varios cuchillos delgados que salieron disparados directo a el.

Los cuchillos pasaron a pocos centímetros de su rostro, mientras que aquel viento cortado acariciaba ligeramente su piel. Los cuchillos se clavaron en el tronco de uno de los arboles. Akira, quien estaba en blanco, pudo sentir como si la muerte pasara por delante de el.

─¡Mierda! ¡En verdad están echas para matar!─Exclama de sorpresa.─Si no tengo mas cuidado quien sabe lo que me podrían hacer esas trampas─Se dice para si mismo.

Dando un paso hacia atrás vuelve a pisar otra cuerda, aun que esta vez ya estaba preparado. Tan pronto como piso la cuerda, el chico, giro sobre si mismo retrocediendo un poco. Moviendo sus ojos en todas direcciones trataba de encontrar de donde venían los cuchillos. Esta vez no fue el sonido del viento cortándose lo que le advirtió. Sino el de una cuerda soportando el peso de algo mientras el aire era expulsado hacia los lados.

A su derecha, apenas viéndolo de reojo, un ancho tronco de madera descendía desde la copa de uno de los mas altos arboles del bosque. En medio de ambos había un espacio de un metro. A esa distancia le era imposible a Akira evadir, pero igual lo intento. Apoyándose en su pierna derecha, y girando sobre si mismo, trata de salir del camino del tronco. Pero no lo logro. Recibiendo el impacto en sus costillas izquierdas, el chico es obligado a retroceder varios pasos mientras se tambalea y arquea de dolor.

Accidentalmente pisa una rama con su pie izquierdo, provocando que una cuerda lo sujete por el tobillo. Y como si alguien jalara de la cuerda, la pierna del chico retrocede haciéndole perder el poco equilibrio que tenia. Un segundo antes de que cayera de cara contra el suelo, su cuerpo se empezó a elevar gracias a una especie de raíz que, momentos antes, se encontraba doblado en forma de arco, y de donde provenía la cuerda. 

La raíz alzo al chico 10 metros sobre el suelo, y como un fuerte látigo, lo azoto de espaldas contra el suelo ocasionando que el aire saliera expulsado de su boca junto a un chorro de sangre. Una nube de polvo se levanto por unos segundos antes de desaparecer por el sople del viento. Quitando la cuerda de su tobillo, Akira se arrodillo en el suelo, con sus manos apoyadas sobre este mientras tocia un poco de sangre que le había quedado en la boca.

"Si no fuera por la mochila que amortiguo el impacto, de seguro ya tendría la columna rota"─Adolorido, se tira de costado al suelo tratando de recuperarse un poco.─"Así que esta es la fase de las trampas..."
© Osvaldo ,
книга «Beyond The Abyss».
Capitulo 4: Un Simple Paseo, parte 2.
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