Capitulo 1: Desde el Abismo.
Capitulo 2: El Plan de Presentación.
Capitulo 3: Un Simple Paseo, parte 1.
Capitulo 4: Un Simple Paseo, parte 2.
Capitulo 5: Lucha.
Capitulo 6: De Compras.
Capitulo 7: Lluvia.
Capitulo 8: Duelo de Amor y Confusión.
Capotulo 9: Comienza la Aventura... Por Fin.
Capitulo 10: Bosque Invertido.
Capitulo 11: La Casa de Ozen, parte 1.
Capitulo 12: La Casa de Ozen, parte 2.
Capitulo 13: Choque Abismal.
Capitulo 5: Lucha.
En una habitación adornada con rojas cortinas, estanterías de libros, y otras con objetos raros, ademas de algunos cuadros de paisajes famosos, se encontraba una mujer ya mayor sentada frente a su escritorio haciendo papeleo. Detrás de ella estaba una ventana con sus cortinas abiertas que daba al paisaje nocturno de la ciudad. Al otro extremo de la habitación se encontraba una puerta doble echa de finas maderas de roble. El sonido de alguien llamando a la puerta resuena por la habitación, y la mujer, que mas bien ya es una anciana, solo dijo de una forma seria y desinteresada, sin dejar lo que hacia.

─Adelante─

La puerta se abrió de a poco dejando entrar la pequeña oscuridad del pasillo a la vez que una persona entraba por la brecha de la puerta. Duke, el encargado, hacia acto de presencia en aquella habitación. Con el mayor respeto posible se dirigió a la mujer.

─Buenas noches, abuela Isabela─

─Ah, Duke, eres tu. ¿Se te ofrece algo?─

─Si, bueno... Me gustaría echarle un vistazo a la lista del equipamiento que llevan los niños de la prueba─

─Claro. Aquí tienes─

Abriendo un cajón del escritorio, la mujer saca un porta y lo deja sobre la mesa para seguir con lo suyo. Duke se acerca hasta estar frente a ella tomando el porta papeles con ambas manos, y ahí mismo comenzó a inspeccionar los documentos.

─Ahm... Abuela, ¿Segura que este es la lista del equipo que llevan los niños?─Pregunta un tanto nervioso.

─Estoy mas que segura. ¿Por que lo preguntas?─

─¡Por que la munición que llevan son de tipo B! ¡Se utilizan para armas que usan el aire comprimido para disparar!─Exclama alterado y preocupado a la vez.

─Si, ya lo sabia─Contesta con normalidad.

Esas palabras dejaron al encargado pensando en lo que significaba. Estaba confundido y a la vez desesperado.

─¿"Ya lo sabia"? ¡¿Que diablos quiere decir con eso?!─

─La milicia quiere que nuestros futuros Invasores sean mas... digamos; Eficaces y resistentes. Matar a otras personas les ayudara a cargar con el peso de una perdida, o el de manchar sus manos de sangre─

─¡¿Están locos?! ¡¿Acaso quieres que el masacre infantil de hace 5 años se vuelva a repetir?!─

La mujer ignora aquellas palabras pasando de un papel a otro comenzando a rellenarlo. Duke aprieta los dientes y azota el porta papeles contra el escritorio.

─¡Dígame! ¡¿En realidad que es este orfanato?!─Le grita con ira, la cual, se refleja en su voz y ojos.

Dejando aquellos papeles, la mujer alzo su vista mirando directamente a los ojos al encargado, quien, si no fuera por que esa mujer esta protegida por la milicia, ahora mismo estaría muerta. Entrelazando sus dedos, la mujer responde.

─Estamos creando herramientas. ¿No te pareció raro que esto fuera un orfanato y que no tuviera un programa de adopción?─Contesta con una sonrisa arrogante y burlándose de el.

Agachando su cabeza en señal de resignación, el encargado se da la vuelta caminando hacia la puerta por la que entro.

─Te encariñaste mucho con esa chica, ¿Verdad? ¿Como era que se llamaba? Era Lily, ¿No?─

Esas preguntas lo detuvieron e hizo que un frió recorriera su espalda. Sin voltear, o responder, continuo caminando un poco rápido. Antes de salir logro escuchar una ultima cosa.

─Espero que no muera en los 400 metros─

...

Las bala salio del cañón del rifle girando sobre si misma mientras cortaba el aire en su avance. En la cola de la bala unos hilos aspirares marcaban la linea recta que seguía. Sin poder reaccionar a tiempo, el chico amarillos ojos cerro los parpados esperando a recibir el impacto. Para su suerte la bala choco contra la roca, al oír el impacto fallido, el chico se escondió en su cobertura dándole las gracias a Dios por salvarlo de esa.

Chasqueando la lengua, Akira corre hacia uno de los arboles a su derecha tomando una nueva cobertura. Pasando un nuevo tiro se prepara para asomar, pero un disparo preventivo por parte de aquel chico hizo que la bala casi rosara su ojo.

─¡Oye, ten mas cuidado! ¡Casi me dejas ciego!─Le grita Akira.

─¡Lo siento! ¡Tendré mas cuidado!─Responde el chico.

"No hay razón para tomarlo enserio. Son balas de goma, pero aun así tengo que tener cuidado. Tal vez duelan mucho si me llegan a dar"

El chico de los amarillos ojos apuntaba al árbol donde Akira se encontraba. Esperaba una oportunidad para disparar en cuando lo viera. Con dos francos cubiertos por aquel chico, Akira estaba obligado a quedarse en su actual cobertura, lo que le da una desventaja.

"Su posición es muy buena. Aunque trate de rodearlo, ese chico solo tendría que girar en dirección contraria que yo para mantenerme en su linea de fuego... Espera... ¿Cuantas balas le quedan? Su primer disparo fallo, el segundo y tercero dio al casco, y el cuarto casi me da en el ojo. Entonces... ¡Solo le queda una bala!. Si consigo hacer que dispare podre aprovechar su tiempo de recarga para avanzar"

Mientras pensaba en un plan, el chico de los amarillos ojos sentía una rara presión sobre el. No podía ver a su rival, y mucho menos un intento por atacar. Temía que se hubiera logrado salir de su rango de visión y lo atacara por detrás.

─¡Oye chico, te daré una oportunidad de rendirte y que no salgas lastimado!─Grita Akira desde atrás del árbol.

─¡Yo debería decirte eso! ¡Tienes las de perder!─

─¡¿Seguro?!─

Saliendo del costado izquierdo del árbol, sujetando el rifle con la mano derecha, Akira se muestra repentinamente con una retadora mirada hacia aquel chico tras la roca.

"Que idiota"─Piensa aquel chico.

Jalando del gatillo la bala sale disparada rápidamente cortando el aire mientras giraba en si misma. Sonriendo con astucia, Akira gira 180 grados sobre su pierna derecha levantando hasta la altura del pecho un pequeño sarten que tenia en la mano izquierda, y que había ocultado detrás de el. La bala reboto y choco contra la rama de un árbol. Soltando el sarten, Akira comienza a correr lo mas rápido que le e posible hacia la roca donde el chico se encuentra. Tirando del cerrojo lo mas rápido que pudo, el chico de amarillos ojos vuelve a disparar solo para oír como el aire comprimido resonaba en un lugar hueco.

Abriendo sus ojos de par en par de sorpresa, el chico se oculta tras la roca tirando del cerrojo y buscando una nueva hilera de balas en los bolsillos de la chaqueta. Con cada paso que Akira avanzaba, el chico sentía como sus nervios crecían, lo que causaba que lo pudiera colocar correctamente las balas en la recamara. Finalmente logro recargar su arma, y al instante se asomo junto a su rifle. Listo para disparar.

Sus ojos se abrieron de sorpresa al ver que Akira salto encima de la roca con su pierna izquierda al lado derecho del arma. Con un segundo salto se impulso por encima de la cabeza del chico lanzando el peso de su cuerpo hacia delante hasta quedar de cabeza en el aire. Sujetando el rifle con las dos manos, apoyando la culata su hombro derecho, Akira apunta al pecho de aquel chico, quien apenas estaba dándose la vuelta solo para ver como la bala salia del cañón.

La bala tardo medio segundo en atravesar de lado a lado el pecho de aquel chico. De su boca un chorro de sangre salio expulsado acompañado de una grabe tos mientras su herida dejaba escapar aquel liquido rojo. Akira cayo de espaldas sobre el suelo rodando un par de metros hasta detenerse.

"Eso dolió..."

Alzando su mirada pudo observar la imagen de aquel chico sentado sobre el suelo con su espalda recargada en la roca detrás de el. Al notar la sangre que de el salia no dudo el correr hacia donde el chico, arrojando su arma al un lado. Arrojándose de rodillas al suelo, a un costado de el, Akira toma por los hombros al chico tratando de llamar su atención.

─¡Oye, oye! ¡¿Que sucedió?! ¡Se supone que esto no debía pasar!─Exclama nerviosamente.

Sacándose la mochila de los hombros, la coloca en el suelo antes de empezar a buscar algo para cerrar la herida entre todas las bolsas que la mochila tenia. Rebuscando entre sus cosas, Akira consigue un mechero y una pequeña varilla de metal.

"¿Podre cauterizar la herida con esto?"─Se preguntaba internamente.

─O-oye...─Una débil y torpe voz llama su atención.

Era aquel chico, quien a duras pernas podía mantenerse cociente mientras perdía sangre constantemente. Varios gestos de dolor se mostraban en su rostro, sin embargo, aquel chico trataba de ocultarlo lo mejor posible y concentrarse en sus siguientes palabras.

─Tranquilo. Te ayudare, ¿De acuerdo? Solo...─Su temblorosa voz hacia notar la poca idea de saber lo que hacia.

Apunto de encender el mechero, el chico de amarillos ojos sujeto débilmente la manga derecha de Akira-

─H-hazme... un favor... D-dile a Kevil q-que... lo siento por no convertirme en un.. Silbato Rojo─

─¿Que?─Pregunta confundido.

─Dile que... vienes de p-parte de Francis... L-lo... reconocerás casi de inmediato... Es el niño mas pequeño del orfanato... y también es albino─

─No digas eso. Tu mismo se lo dirás en persona. Solo tengo q-

El chico sujeta la manga con mas fuerza al mismo tiempo que toce un poco de sangre.

─Por favor... Solo.. te.. pido... eso...─

La mano de aquel chico perdió toda su fuerza y cayo al suelo al mismo tiempo que el brillo de sus amarillos ojos se iba apagando dejándolos sin rastro de vida. Soltando ambos objetos, Akira le da unas palmadas en la cara buscando alguna reacción que le de una esperanza de que aun siga vivo.

─Hey, amigo, no te rindas todavía... Por favor, no lo hagas...─

La adrenalina, mezclada con los nervios, miedo, y la tensión del momento, hacia que el estomago se le revolviera a tan punto de casi vomitar. La imagen de aquel chico se le tatuó en la memoria como el primero de sus traumas. ¿Fue un accidente? Era la pregunta que se hacia mientras miraba sus manos, las cuales, temblaban sin control. Lo que parecía una simple competencia, ahora se había vuelto una lucha por sobrevivir. Una donde seguramente nadie dudaría en jalar el gatillo.

Al otro lado del bosque, un rápido y silencioso intercambio de disparos se estaba llevando acabo. Apenas y teniendo donde cubrirse, era imposible que una bala no les rosara haciéndoles heridas ligeras en la piel. En sus ojos se reflejaba aquel miedo que todos compartimos. El miedo a la muerte. Aquello que nos hace querer seguir viviendo sin importar lo que tengamos que hacer.

...

Un fuerte estruendo azoto el cielo como si la ira de Dios se desatara por encima de nuestras cabezas. Durante un par de segundos el cielo se ilumino de una blanca luz. Seguido de eso, la lluvia se dejo caer pesada y fría sobre todo lo que estaba en la tierra. La mojada tierra del bosque se trasformo en barro, y uno muy denso. Era difícil caminar sobre el, ademas de que, las pequeñas botas con las que los chicos habían entrado a la montaña, se hundían casi hasta el tobillo por culpa del barro.

En el otro extremo de la ciudad, donde apenas hay casa y edificios con sus luces encendidas, Lily observaba la lluvia desde su habitación en el orfanato. Para evitarse problemas con el encargado, opto por apagar la luz y encender la lampara de aceite que tenia a un lado de ella. Aquella flama en la lampara se movía ligeramente de un lado al otro. Contrario a ella, Akira caminaba bajo la lluvia, y únicamente tenia la luz de la lampara del casco, el cual tomo del ahora fallecido chico.

Sus prendas empapadas por la lluvia aumentaba el peso de su cuerpo, dificultándole su avance, ademas de bajar su temperatura corporal. El vapor salia de su boca debido al frió, y los pulmones se le congelaban de apoco cada vez que respiraba. Al menos pudo llenar el frasco de agua y saciar su sed. Era el único punto bueno que pudo sacarle a su situación.

"Ya camino durante mucho tiempo... ¿Debería refugiarme de la lluvia?"

─¡¡MI BRAZO!!─

Un desgarrador grito se hizo oir a unos 10 metros a la derecha de Akira. Por la voz era claro que se trataba de una chica, seguramente herida por una bala, o quizás una fractura. Ir podría ser peligro, por lo que lo mejor seria irse lo antes posible. Aun que su consciencia le pedía que fuera a ayudarla. Con dos lados de el chocando mente, la ansiedad se hizo presente y debía de tomar una decisión antes de que vomitara por culpa de la ansiedad.

─Por un demonio... Tengo que aprender a tratar mal a las personas─Se decía el chico mientras trotaba hacia donde escucho el grito.

Como medida de seguridad apago la luz de la lampara del casco y avanzo con cautela hasta estar lo mas cerca posible de aquella chica. La cual no estaba sola. En el suelo, sujetándose el brazo izquierdo, se encontraba una chica dos años mayor que el, de cabello y ojos rojos. Frete a ella, acercándose a un paso calmado mientras sujetaba su rifle, una cara familiar entro en el rango de visión de AKira.

"¿Otra vez ella?"

Yoto, la rubia chica de ojos color esmeraldas, con la que hablo antes de entrar a la segunda fase volvía a hacer acto de presencia luego de horas. La rubia chica se detuvo frente a la pelirroja con una arrogante sonrisa que no mostraba empatia por aquella chica.

─¡Espera! ¡Ya estoy herida, ¿Lo vez?! ¡S-solo déjame ir!─Le pide de una manera nerviosa y asustada, titubeando al final.

─Ja, claro. Y tan pronto como te de la espalda me dispararas─

La chica rubia apunta su arma a la cara de la otra dejando en claro el destino de la pelirroja. Resignada, la pelirroja cierra sus ojos con temor al mismo tiempo que trata de contener una lagrima.

─¡Alto!─Exclama Akira saliendo de su escondite.─Ella ya esta herida. No hace falta llevar esto mas lejos. Solo deja que se valla─

Confundida, la pelirroja comienza a retroceder mientras aun esta en el suelo. 

─Yoto, ¿Verdad?─La rubia asiente con la cabeza.─¿Que tal si... yo peleo en su lugar?─Propone el chico.

La rubia chica suspira, y con una sola mano le dispara a la cabeza a la pelirroja. La bala atravesó perfectamente el cráneo, entrando desde el ojo y saliendo un poco por debajo de la nuca. Un pequeño charco de sangre comenzó a formase de apoco, pero la lluvia arrastraba consigo aquella sangre. Exaltado por aquella acción, Akira dio un paso atrás dirigiendo su mirada al cadáver. Sintiendo un poco de ira estaba apunto de volver a dirigirle la palabra a la rubia, pero esta se le adelanto.

─¿Por cuanto mas seguirás jugando a ser humano?─Pregunta con seriedad, e incluso se podria decir que molesta.

─¿De que habla?─

─No finjas, Red. Un panzer jamas podrá convivir con humanos─

─¿"Panzer"? ¿Que significa eso?─

─¡Por un carajo, Red, ¿Podrías dejar de fingir que perdiste la memoria?! ¡¿Tu crees que yo me creí ese cuentito tuyo?!─

─¡Lo diré una maldita vez! ¡No se quien eres, que soy, o que problemas tienes conmigo! ¡¡Yo no recuerdo nada!!─Grita fuertemente haciendo notar el peso y veracidad de su palabra.

La chica rubia abrió los ojos de par en par, observando de forma sorprendida al chico, el cual tenia una mirada completamente molesta y con la ira apunto de estallar.

"Red... ¿Que te ha pasado..?"─Piensa la chica.

─Bien... Si no recuerdas nada, entonces... ¡Ya no me sirves!─

Sujetando el rifle con ambas manos, apunta el arma a la cabeza del chico. Al instante, y con la velocidad de un rayo, Akira apunta su armas hacia ella, y como si la sincronización estuviera con ellos, dispararon al mismo tiempo. Las balas salieron en dirección recta, atravesando las gotas de agua que se les interponían por delante, haciéndolas estallar al contacto.

Las balas se rosaron ligeramente entre si provocando un pequeño destello acompañado de un silbido apenas perceptible para el oído humano. Sin mas continuaron sus trayectorias hasta impactar contra el arma de ambos jóvenes, estropeándolas al instante. Los cañones se había mal formado por culpa de la abolladura que provoca la bala.

Yoto, la rubia chica, arroja su arma a un lado y se pone en poción de combate, con sus brazos a la altura de la cabeza, mirando atraves del agujero que formaba con los brazos. Un segundo después, Akira arrojo su arma y se puso en guardia mixta, con su brazo izquierdo de manera horizontal a la altura de los hombros. Su mano derecha estaba cerrada en un puño con el brazo contraído hacia atrás a la misma altura que el otro.

Estaba claro para ambos, perder esta pelea no era como en el entrenamiento básico. Aquí, el que perdiera, moriría a manos del otro sin piedad alguna. Esta era una lucha por sobrevivir. Y seguramente así lo sera hasta que lleguen a la ultima fase.

Solo faltaba el detonante que diera inicio al combate. El cual seria el próximo trueno. Mientras los segundos pasaban una pesada presión comenzaba a caer sobre el chico causándole angustia y ansiedad. Yoto se mostraba tranquila y serena, observando directamente al chico a los ojos, causándole mas ansiedad. Y finalmente, un trueno azoto el cielo como si de una campana se tratase.

Dando un salto comenzaron a correr hacia el contrario, contrayendo el brazo lo máximo posible para lanzar un golpe. A solo un paso de distancia, ambos jóvenes lanzaron su golpe chocando su puño con el otro. El impacto fue tan fuerte que Akira sintió como un agudo dolor recorría todo su brazo derecho y parte de su cara.

Soltando un grito de dolor, cerro los ojos por mero reflejo, dándole la oportunidad a la chica de atacar. Clavando su rodilla en el estomago del chico, lo hace retroceder unos cuantos pasos. Siguiendo avanzando, lanza un golpe de derecha directo al rostro Akira, quien coloca su brazo izquierdo delante de el, bloqueando el ataque.

Girando sobre si mismo lanza una pata al abdomen de la chica, haciéndola retroceder. Dando un paso adelante, y recargando su peso sobre el mismo, lanza un golpe de derecha golpeando de lleno el rostro de la rubia. Clavando sus pies en la tierra, la chica evita caer al suelo y responde lanzando otro golpe, el cual, Akira esquivar por poco.

Con un salto hacia atrás, el chico toma su distancia, pero en pleno vuelo, Yoto se acerco a el, clavandole el puño en el abdomen. Akira fuertemente al suelo con el aire siendo expulsado de sus pulmones. Sin esperar a recuperarse, rodó hacia atrás cayendo sobre sus pies tomando un gran bocado de aire. Recibiendo una patada en la barbilla, Akira se pone de pie y con las palmas de sus manos desvía una rápida combinación de golpes.

Tras agacharse para evadir un golpe, lanza un potente gancho al hígado, arrojando un abanico de aire en la trayectoria del golpe. Yoto contraataca con un rodillazo, el cual impacta contra el puño de Akira. Tragándose el dolor, da un paso hacia adelante lanzando un opergob con su puño izquierdo. Sin retroceder, la chica da un ligero salto con su único pie en el suelo, y con el mismo, patea el pecho del chico obligandolo a retroceder. Aprovechado el impulso de la patada, lanza su cuerpo hacia atrás dando un vuelta completa antes de caer al suelo con sus piernas flexionadas.

Apoyándose en las puntas de los pies, el chico da un salto hacia delante embistiendo a su contrario. Yoto cae al suelo, y encima de ella estaba Akira, quien contrajo el brazo izquierdo lanzando lanzando un golpe directo al rostro. Gracias a que inclino la cabeza hacia otro lado, logro evadir el golpe, sintiendo la fuerza del mismo al chocar contra el suelo. Poniendo un pie en su pecho, arroja a Akira hacia atrás dándose a si misma la oportunidad de levantarse, y tan pronto como lo hizo recibió una patada en las costillas, lo que la hizo doblar del dolor antes de recibir una ráfaga de golpes.

Tan pronto como se protegía con los brazos, los golpes cambiaban a patadas al abdomen, siempre buscada causarle daño. Desesperada mente lanzo una patada con la pierna derecha. Respondiendo a la patada, Akira lanzo un golpe descendente contra la pantorrilla, pero tan pronto como acertó el golpe, nuevamente aquel agudo dolor recorrió todo su brazo. Por reflejo retrocedió dos pasos, dándole la oportunidad de avanzar a la chica rubia.

Con una patada Akira trata de apartar a la chica para tomar distancia, pero esta aprovecha para sujetarlo de la pierna con ambos brazos y, girando sobre si misma, lo hace girar en círculos con su cuerpo ascendido en el aire. Entre mas giraba la chica, mas fuerza de rotación iba acumulando. Tratando de detenerla, Akira gira a la derecha lanzando una patada con la pierna izquierda. Un segundo antes de que la patada acertara, Yoto soltó la pierna de chico, arrojándolo hacia uno de los lados.

El chico cayo al suelo, golpeando su costado derecho contra este, y rodando varias veces hasta que se detuvo. Una distancia de 3 metros separaba a ambos de otro intercambio de golpes. A un lado de Akira, y casi que cubierta por el barro, se encontraba el rifle de aquella chica pelirroja. Sin dudarlo el chico tomo el rifle, pasando un nuevo tiro a la recamara a la vez que apuntaba hacia delante.

Yoto comenzó a correr hacia el, recortando mas y mas la distancia entre ambos. Akira dio un primer disparo, el cual, la chica esquivo fácilmente al girar sobre si misma mientras ligeramente se movía a la derecha, preparando su puño izquierdo, retrae su brazo acumulando la mayor cantidad de fuerza en el brazo. Sin poder pasar el tiro, Akira, da un salto hacia atrás al mismo tiempo que voltea el rifle.

Ya estaban a un paso, y la chica arrojo su golpe lanzando un abanico de aire en el proceso. Agachándose, el chico esquiva el golpe, y sujetando el rifle con firmeza, apunta la culata del arma a la pierna derecha de la rubia, golpeándola fuertemente. La culata se rompió en pequeños pedazos de astillas y madera que volaban en el aire como una especie de escarcha.

─¡Pierna equivocada!─

Con la misma pierna, lanza una patada contra la barbilla del chico, apuntando su cara al cielo con su labio inferior partido por la mitad. El rifle se soltó de sus manos justo al recibir un fuerte golpe en el estomago que lo doblo como un arco haciéndolo vomitar un chorro de sangre. Sus ojos perdieron un poco de brillo gracias a la poca conciencia que aun mantenía. Como una bala fue arrojado contra un árbol, chocando su espalda contra el duro tronco de este.

Mas sangre salio de su boca, aun que en menor cantidad que antes, y el aire se había desvanecido de sus pulmones. Cayo al suelo, sentado sobre este con la espalda recargada en el tronco del árbol, y la cabeza baja sombreando sus ojos casi sin brillo.

El dolor recorría cada parte de su cuerpo como si se tratase de la sangre que pasaba por sus venas. Se sentía como si tuviera raíces apunto de salir de su piel, las cuales, crecían desde la cabeza y se expandían por los nervios.

"No puedo... Me duele todo el cuerpo, y apenas hemos comenzado a pelear. No creo poder ganarle"

Pensaba Akira mientras la rubia chica se acercaba caminando a el sin ninguna preocupación. El sonido de la lluvia llenaba sus oídos, mientras que la oscuridad nublaba su vista. Aquel casco que antes llevaba en su cabeza, ahora, estaba en el suelo  con su luz parpadeando cada dos segundos.

No había nada que pudiera hacer. Simplemente cerro los ojos esperando que lo ultimo de su conciencia se terminara de desvanecer. Pero había algo que no le permitirá caer inconsciente. Algo que solo se pudo expresar como una flash chante imagen que apareció tan pronto como cerro los ojos, obligando lo a abrirlos devuelta.

─Es verdad... Lo había prometido...─Dice con una adolorida voz.

Yoto se detiene a mitad de camino, levantando una ceja en señal de confusión, y quizás, mostrando algo de interés.

─¿De que estas hablando?─

Lentamente, el chico se comenzó a recomponerse sobre sus propias piernas al mismo tiempo que levantaba su vista al frente.

─Prometí que pasaría esta prueba, y no puedo romper... ¡Esa promesa!─

Al terminar de alzar la vista, sus ojos se pintan de un intenso rojo carmesí que casi parecían artificiales, ademas de aterradores en cierto modo. La chica alzo su guardia, pero en cuando lo hizo, frente a ella, ya tenia el rostro de aquel chico.

Sorprendida por no poder ni ver como se acercaba, su reacción fue arrojar un golpe directo que fácilmente fue evadido por el chico, quien, girando sobre si mismo, se agacho un poco sintiendo como el abanico de aire provocado por aquel golpe.

Con la palma de la mano derecha, Akira, golpea el abdomen de Yoto, expulsando el aire dentro de ella. Aun que eso la lastimo, no fue solo el dolor del golpe lo que sentía. Una especie ardor intenso, similar al de una placa de acero caliento, apareció desde la palma de la mano del chico, e iba aumentado su intensidad.

La chica sentía como la piel alrededor de su abdomen se quemaba mas y mas, causando que sus nervios saltaran producto del dolor extremo al que estaba siendo sometida. Antes de poder hacer algo, o gritar de dolor, aquel ardor que le causaba quemaduras en el abdomen desapareció durante un largo segundo. Al menos para como lo sintió Yoto.
© Osvaldo ,
книга «Beyond The Abyss».
Capitulo 6: De Compras.
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