Capitulo 4: Un Simple Paseo, parte 2.
El sonido de los picos golpeando las rocas resonaba desde lo profundo del abismo. Claud, quien se encontraba escarbando alrededor de una gran loza de piedra, seca el sudor de su frente con su brazo izquierdo. Arrodillado en el suelo voltea hacia costado izquierdo mirando a Lily, quien golpeaba con el pico una gran roca frente a ella. Sus golpes eran fuertes y frenéticos, ademas de que parecía estar pensando en algo. Pese a tener la cara llena de sudor, ella ni siquiera se molestaba en limpiarse. Hacia poco mas de 20 minutos que estaba haciendo lo mismo. Y aun así pudo conseguir reliquias raras de encontrar en la primera capa.
─Oye, Lily, deberías de tomarte un descanso─Comenta.
Lamentablemente es ignorado y solo se queda con una cara en blanco mientras piensa en lo ridículo que se siente
─¡Claud, mira lo que encontré!─Grita Suzumi.
Mirando al lado contrario, observa a Suzumi, quien tiene la mitad superior del cuerpo dentro de un agujero. Levantándose del suelo, Claud camina hacia donde ella y se detiene a un lado.
─¿Acaso es mas chatarra?─Pregunta sin mucho interés.
─Es aun mejor─Responde, subiendo el interés del chico.
─¿Entonces que es?─
Sacando el resto de su cuerpo, alza sus manos al aire mientras sujeta una pequeña criatura plana y esponjosa. Su blanco pelaje lo hace ver mas como un peluche mas que cualquier otra cosa. Su cola parece como la de una ardilla, y sus patas eran tan pequeñas que se ocultan en su pelaje.
─¡Un Fantasma del Abismo!─
Levantando una ceja, Claud se pone a pensar en el porque es amigo de estas dos anormales, pero poco después comprendió la razón. Era el único que las soportaba. Y era claro, al menos para el, que Suzumi quería una mascota.
─Oye, recuerda que no podemos tener mascotas en el orfanato. A mi también me gustaría tener una mascota, pero son las reglas y no podemos hacer nada─
─¿Y quien dijo que lo quería como mascota?─
Sorprendido, y viéndose a si mismo de una forma penosa por suponer lo que su amiga pensaba, le pregunta.
─¿Entonces para que lo quieres?─
─¿No es obvio? Es mi almuerzo─Responde, confundiendo un poco a Claud.
─¿"Almuerzo"?─
─¡Si! Los Fantasmas del Abismo saben exquisitos en una salsa, o estofado─
Lamiendo sus labios, Suzumi pone una cara tétrica haciendo que sus ojos se sombreen por unos instantes. El Fantasma, asustado, movía sus patas en el aire tratando de alejarse de ella, pero su firme agarre no se lo permitía. Sujetándolo por su esponjosa cola, la chica se levanta y comienza a caminar en busca de algo con lo que hacer un fuego.
"¿No pudieron ponerme en un equipo mas decente?"─Piensa Claud.
El silbido ascendente resonó por el cielo de la superficie, y dentro del abismo. Seguido de eso, una explosión libero una estela roja que comenzó a disiparse por el cielo. Claud, Suzumi, y Lily, voltearon hacia el cielo observando la estela.
─Ya comenzó...─Dice Lily casi que susurrando.
...
El fuerte sonido de los troncos estrellándose contra los arboles, o suelo, resonaba por el lugar, A lo lejos, algunos fuertes sonidos como de disparos se hacían oír acompañados de gritos de sorpresa, dolor, y de miedo. El sonido apenas lograba salir del bosque, aun que eso no importaba ya que no había nadie cerca mas que aquellas personas de antes. La agitada respiración de Akira, producto del constante movimiento al que ha estado obligado, era como la de un animal corriendo del peligro.
Gotas de sudor se deslizaban desde la frente hasta la barbilla mientras que apretaba los dientes con fuerza. El sonido de la cuerda tensándose bajo sus pies lo hizo reaccionar a tiempo. Dando un salto hacia atrás observa como un tronco, que tenia sus lados afilados, paso frente a el. Retomando su camino, comienza a correr con mas fuerzas esperando poder adelantarse a la próxima trampa.
Volviendo a activar otra trampa, el chico se negó a detenerse. Bajando la cabeza deja pasar varios cuchillos que lograron tocar la punta de su cabello. En su camino habían mas trampas, una peor que la otra. Con la velocidad a la que corría, era difícil no activar las demás trampas. Ademas de que, si se detenía, las trampas ya activadas le alcanzarían.
"¡No hay de otra! ¡Tengo que avanzar!"
Dando el salto mas alto que pudo, pasa por encima de un tronco. Al tocar el suelo se lanza hacia delante evitando que una cuerda se sujete de su tobillo y luego rueda por el suelo. El sonido de varias ramas rompiéndose, y hojas cayendo al suelo, lo obligan a tomar una rápida decisión. Sujetándose de los bordes, Akira logra evitar su caída hacia aquel agujero en el suelo, el cual tenia varios cuchillos en el fondo, esperando a quitarle la vida a alguien.
Había rodado hacia un agujero, el cual era cubierto por hojas y ramas. Con una nerviosa sonrisa, el chico se aleja de la trampa y se sienta en el suelo esperando recuperar un poco el aliento. Observando su alrededor, una negra figura aparece bajo las sombras de los arboles, mirando como aquel chico lucha por seguir vivo.
"Eso estuvo cerca... Si hubiera caído dentro, la velocidad de mi caída hubiera echo que los cuchillos penetraran mi piel..."─Ja, ja...─Ríe con nervios.─¿Y si solo me rindo...?─
"¿Bromeas? Ya estas aquí, ahora termina lo que empezaste"─Dice una voz en su cabeza.
─Pero no quiero morir...─
"No pensabas en eso cuando saliste de aquel lugar, ¿Verdad?"
─¿A que te refieres?─
"Vive y lo sabrás. La respuestas siempre se esconden en lo mas profundo"
Como si esas palabras fueran un mensaje cifrado, su mente desmenuzo cada palabra hasta formar la imagen del abismo.
"Ademas, le prometiste algo a esa chica. No le quedes mal"
Una fuerte sensación en sus ojos lo obligan a cerrar los parpados con fuerza. Al abrirlo, aquella figura negra ya no estaba. Pareciera como si se hubiera desvanecido, o mezclado con la sombra de los arboles.
─¿Esa fue mi conciencia?─Se pregunta.
Mirando hacia adelante, Akira observa el camino que le espera hasta la sima. Cada paso es un riesgo, un riesgo de caer en una de las tantas trampas. El miedo por fin lo comenzaba a consumir de a poco, mientras que la angustia tensaba su cuerpo como si quisiera dejarlo en el lugar que se encuentra.
Una aguda sensación recorrió su cabeza de lado a lado, seguido de una corriente eléctrica que encendió algo dentro de el. Sus marrones ojos se pintaron de un rojo carmesí muy similar a la sangre. Todo su entorno se volvió negro, como si las sombras cubrieran todo lo que estuviera a su vista, dejando únicamente unas lineas en el suelo, las cuales se iluminaban de un verde opaco y fosforescente.
Apretando los dientes y las manos, Akira comienza a correr, dando los pasos mas largos que le es posible. Pasa por encima de una cuerda y luego gira en si mismo cambiando su trayectoria a la derecha para dar un pequeño salto. Con ese patrón evadió varias trampas, aun que era imposible no activar aun que fuera solo una. Corriendo y dando pequeños saltos, se movía de una lado a otra evitando las trampas que activaba.
Sus movimientos casi parecía ser un danza en medio de tanto peligro. Los troncos pasaban por sus costados, a poco centímetros de golpearlo, mientras que los cuchillos apenas y lograban rosarlo. Habían ocasiones en la que ocupaba girar de forma brusca, y al hacerlo, sus costillas lastimadas liberaban un agudo dolor que recorría el cuerpo hasta el talón del pie. Pero gracias a la descarga de adrenalina que soltaba su cuerpo, el dolor en las costillas disminuía de forma notable.
Uno de los tantos troncos había sido activado e iba en camino al rostro del chico. Viendo lo que se le venia en frente, el chico se avienta de rodillas al suelo, deslizándose en el y pasando por debajo del tronco. Sin perder el ritmo y la velocidad que tenia, coloca su mano derecha en el suelo al mismo tiempo que se apoya en las puntas de los pies. Con un pequeño salto se levanta del suelo y continua con su camino. Pero por cada trampa que evadía o esquivaba, dos nuevas aparecían, complicando la situación.
"Hay demasiadas cuerdas, empiezo a creer que es mejor correr como alma que se la lleva el diablo"
Acelerando sus paso un nuevo color aparece en la oscura vista del chico. Naranja, un naranja que parece tener rojo en cierta partes.
─¡Cuchillos!─
Arrojándose de espaldas al suelo, apenas y logra esquivar aquellos cuchillos. Uno de ellos le hizo un ligero corte en la frente al chico. De la herida una pequeña gota de sangre comenzó a deslizarse por su rostro mezclándose con el sudor que aun no se ha limpiado.
"Mas rápidos"
Dándose una pequeña presión el chico acelero aun mas su paso. Dejando de evadir, comenzó a activar una tras otra trampa. Troncos y cuchillos salían al aire tratando de alcanzar a Akira, quien no se frenaba por nada. Saltando, deslizándose. e incluso usar otras trampas para protegerse, aun era alcanzado por algunos cuchillos, y los troncos cada vez estaban mas cerca de golpearlo.
"¡Mas rápido!"
Saltando un agujero, y luego usando uno de los troncos para darse un doble impulso, deja pasar varios cuchillos por debajo de sus pies, los cuales tuvo que flexionar para no recibir cortes. Cayendo al suelo rueda un par de veces antes de volver a levantarse. Con la palma de su mano izquierda desvía un tronco que iba a su costado izquierdo, lo que ocasiona que choque con el que venia por la espalda. Apenas escucho el sonido del viento cortándose giro sobre si mismo dejando pasar los cuchillos, pero uno de ellos se clavo en su hombro derecho. Akira soltó un quejido de dolor. Aun que solo la punta logro traspasar la piel, el dolor no era algo con lo que estuviera familiarizado.
Sujetando la empuñadura se quita el cuchillo sin dejar de correr. Su mirada vuelve a la normalidad, haciendo que los colores que brillaban en medio de tanta oscuridad desparezcan, y sus ojos regresen a su marrón habitual. Pero hay una mínima diferencia. Ahora un fuego verde brilla desde el interior de sus ojos. Ese fuego es conocido como: "Coraje".
─¡¡Maldición, mas rápido!!─
...
Casi que arrastrando sus pies por el suelo mientras se tambaleaba de un lado al otro, Akira salia de entre las sombras de los arboles con la luz del atardecer a sus espaldas y la cabeza baja. Faltaba un par de horas para que la luna se levantara en el cielo, y los ruidos del bosque había desaparecido, al igual que las trampas. Ahora, solo estaba el sonido del las aves preparándose para dormir, y quizás alguno que otro grillo.
"Me duele las piernas..."
Cayendo al suelo sobre sus rodillas, el chico respira lo mas hondo posible pone una mano en su pecho tratando, de alguna, calmar dolor de sus pulmones. Alzo la vista solo para encontrarse con una malla que dividía el camino que había estado siguiendo. De la malla colgaba un letrero rojo con letras negras: "Fase 2". Era lo que se podía leer. Levantándose como pudo camino hasta la valla solo para sentarse en el suelo con su espaldas recargada en dicha vallas.
Quitándose la mochila junto al rifle, coloca sus cosas a un lado de el para luego quitarse la chaqueta y el casco, dejándolos en el mismo lado. Sus respiración agitada se iba tranquilizando de a poco mientras sentía unas pequeñas pulsadas en los pies. Abriendo una de las tantas bolsas de la mochila, Akira rebusca entre sus cosas, saca un pequeño frasco de agua, el cual por suerte no se rompió.
─Tendré que buscar agua mañana...─Se dice para si mismo.
Vuelve a guardar aquel frasco y toma el rifle que estaba recargado en la mochila. Lo inspecciona un poco con la mirada antes de averiguar el funcionamiento del mismo. No había recibido entrenamientos con armas de fuego, por lo que suponía que debería de aprender por cuenta propia. Volviéndose a poner la chaqueta, Akira coloca tres hileras de cinco balas en el bolsillo de la chaqueta que se encuentra en el mismo lado del corazón, se levanta del suelo con el rifle en manos.
Tirando el cerrojo observa como una bala plateada se coloca en la recamara de disparo. Regresando el cerrojo a como estaba, coloca la culata del arma en su hombro derecho y apunta el arma al tronco del árbol frente a el. Colocando su dedo indice en el gatillo, se prepara para disparar, sujetando el arma con algo de fuerza a la vez que cerraba uno de sus ojos. Atraves de la mira del arma, el chico buscaba algún objetivo que requiriera de mas puntería y precisión al disparar.
En la raíz del árbol se encontraba un pequeño ratón de pelaje marrón, el cual se quedo parado viendo hacia el cielo sin percatarse en ningún momento de Akira. Y si lo hizo, no lo considero peligroso para el. Ahora que tenia un objetivo, el chico estaba listo para disparar.
"Perdón amiguito"
Tirando del gatillo, el sonido del aire comprimido siendo expulsado se hace oír con claridad, al mismo tiempo, el arma retrocedió sobre si misma golpeando el hombro el chico, quien se sorprendió un poco. Apenas y logro evitar que el arma se saliera de su agarre gracias a ese retroceso. La bala choco contra la raíz, casi que tocando las patas del ratón, el cual salio huyendo lo mas pronto posible mientras chillaba.
Colgándose el rifle en su hombro izquierdo, el chico se soba el hombro derecho tratando de calmar el dolor que sentía mientras hacia una que otra mueca cómica y bastantes graciosas. O al menos para el humor que tengo yo, su narrado.
─¡Mierda! Tenia retroceso─Exclama molesto y sorprendido.
El chico vuelve a sentarse en el suelo, esta vez con el arma en manos. Mirando el cielo, y como este cambia de un escarlata, a un negro profundo con forme el tiempo pasaba. El frió ya se estaba haciendo notar, al igual que la escasez de oxigeno. Entre mas alto suba una persona, menos oxigeno tendrá para respirar. Un ruido como de ramas rompiéndose llamo la atención del chico, quien no hizo mas dirigir su mirada hacia donde venia dicho ruido.
De los arbustos salio una chica rubia de ojos color esmeralda, cuya piel era tan pálida que la hacia ver muerta. Si no fuera por el brillo de sus ojos cualquiera la confundiría con un fantasma. La chica vestía exactamente igual a Akira, y al resto de los que están en la prueba. La única diferencia era que no llevaba aquel casco con una lampara en la parte frontal. Y a diferencia del chico, ella se encontraba en perfecto estado. No parecía estar cansada, sucia, o con alguna herida notable.
Sus miradas se cruzaron durante algunos segundos de puro silencio. Estaban a las puertas de la zona hostil, por lo que, si querían charla, era mejor hacerlo ahora que en aquella zona. La chica fue la que rompió el silencio con una simple pregunta.
─¿Puedo sentarme junto contigo?─
─Seguro─
La chica, con un pequeña sonrisa, camina hasta estar al lado de Akira para luego sentarse en el suelo junto a el. Así pasaron unos minutos en silencio hasta que anocheció por completo, dejando al bosque en una tétrica oscuridad.
─Fue difícil, ¿No crees?─Pregunta la chica tratando de sacar tema de conversación.
─¿Hablas de las trampas?─La chica asiente con la cabeza.─Si. Termine muy lastimado por culpa de ellas─
─Pero aun así siguen de pie─Comenta con intención de animar un poco al chico.
Akira le dedica un tonta risa antes de devolverle la pregunta.
─¿A ti como te pareció?─
─Fácil. No fue complicado evitar las trampas─Le responde con un tono orgulloso y algo caricaturesco.
─A juzgar por tu apariencia, te creo─
─Soy Yoto. Mucho gusto─Se presenta mostrando una sonrisa animada.
─Yo soy-
─Déjame adivinar─Interrumpe al chico.─Te llamas Reg, ¿Verdad?─Chasquea sus dedos señalando al chico.
─Lo siento, no me llamo así─
─¿No? ¿Entonces cual es tu nombre?─Su pregunta venia acompañada de un tono confundido y decepcionado.
─La verdad ni yo mismo lo se... Pero la persona que me salvo me puso "Akira", y aunque se que no es mi nombre real, no me he molestado por buscarlo─
─¿Te salvaron?─
─No lo se. Lo único que recuerdo fue haber despertado en una silla luego de recibir una descarga eléctrica─Eso ultimo lo dijo con una tonta sonrisa al final.
─¿Entonces no recuerdas nada?─
─No. Supongo que me golpee la cabeza y ahora estoy así─
La chica se levanta del suelo y se gira hacia la valla minando atraves de los agujeros el otro lado del bosque. Ahora se mostraba mas seria que antes, y sus ojos transmitían una sensación inquietante.
─Me adelantare. Espero que no mueras─Dice Yoto.
Comenzando a trepar por la valla, aquella chica se alejaba del suelo con cada segundo que pasaba. Akira la observaba esperando a que se cayera para poder burlarse de ella. No sabia por que lo quería hacer, pero así era. Yoto salto desde lo mas alto de la valla al suelo de la segunda Fase, y volteo hacia Akira, dedicándole una ultima mirada antes de irse corriendo a las sombras oscuras de los arboles.
"Supongo que esperare un rato antes de pasar de fase"
...
Búhos y grillos cantaban casi al unisono creando una melodía de fantasía mientras la plateada luz de la luna creaba retorcidas sombras con los arboles. Saltando al suelo de la segunda fase, Akira observa su entorno, percibiendo casi de inmediato el sentimiento de estar en una zona hostil. Algo así como si el cualquier momento podrían atacarlo. Caminando hasta adentrarse en el bosque, el chico buscaba un lugar para pasar la noche.
Moviéndose entre las sombras con el rifle en manos, y apuntando hacia delante, avanzaba cautelosa mente tratando de no hacer algún ruido que lo delatara. Atraves de las copas de los arboles, el chico mira el cielo nocturno, el cual no tiene ninguna estrella en el.
"Sin estrellas. Eso significa que lloverá, ¿No?"
Mientras pensaba en eso, el sonido del aire comprimido siendo expulsado llego a sus oídos justo detrás de una bala que casi rosa su mejilla izquierda. La bala venia desde adelante de el, e instintivamente disparo a quema ropa, dando un pequeño fuego de supresión mientras tomaba cobertura detrás de un árbol. Casi al mismo tiempo un figura casi imperceptible corrió desde los arbustos hasta estar detrás de una roca.
Tirando del cerrojo del arma una nueva bala se coloca en la recamara. Asomando la cabeza por el costado del árbol, Akira trata de visualizar a su oponente. El sonido del viento cortándose llega a sus oídos haciéndolo reaccionar un segundo después. La bala reboto contra el casco en su cabeza, tirándolo al suelo mientras el chico volvía a la cobertura. Usando el arma logra acercar el casco lo suficiente como para tomarlo con la mano. Tenia un pequeño plan en mente.
Su plan era simple. Asomaría el casco con la esperanza de engañar a su enemigo y usar lo segundos en los que estaría recargando para atacarlo y avanzar a una mejor posición. Tan pronto como el casco fue asomado una bala impacto contra el, y seguido de eso, Akira lo soltó antes de asomarse por el costado del árbol. Cerrando su ojo izquierdo, y con el derecho mirando atraves de la mira, apunta el arma hacia la negra figura que se asomaba por encima de la roca.
Aquella figura era la de un chico de la misma edad que Akira. Su cabello marrón se sale un poco del casco, y sus amarillos ojos brillan ligeramente en la oscuridad. El chico de amarillos ojos usaba el rifle a hombro izquierdo, y su mano ya estaba moviendo del cerrojo, al gatillo del arma. Sin pensarlo Akira tira del gatillo antes de que el otro chico lo pudiera hacer.
─Oye, Lily, deberías de tomarte un descanso─Comenta.
Lamentablemente es ignorado y solo se queda con una cara en blanco mientras piensa en lo ridículo que se siente
─¡Claud, mira lo que encontré!─Grita Suzumi.
Mirando al lado contrario, observa a Suzumi, quien tiene la mitad superior del cuerpo dentro de un agujero. Levantándose del suelo, Claud camina hacia donde ella y se detiene a un lado.
─¿Acaso es mas chatarra?─Pregunta sin mucho interés.
─Es aun mejor─Responde, subiendo el interés del chico.
─¿Entonces que es?─
Sacando el resto de su cuerpo, alza sus manos al aire mientras sujeta una pequeña criatura plana y esponjosa. Su blanco pelaje lo hace ver mas como un peluche mas que cualquier otra cosa. Su cola parece como la de una ardilla, y sus patas eran tan pequeñas que se ocultan en su pelaje.
─¡Un Fantasma del Abismo!─
Levantando una ceja, Claud se pone a pensar en el porque es amigo de estas dos anormales, pero poco después comprendió la razón. Era el único que las soportaba. Y era claro, al menos para el, que Suzumi quería una mascota.
─Oye, recuerda que no podemos tener mascotas en el orfanato. A mi también me gustaría tener una mascota, pero son las reglas y no podemos hacer nada─
─¿Y quien dijo que lo quería como mascota?─
Sorprendido, y viéndose a si mismo de una forma penosa por suponer lo que su amiga pensaba, le pregunta.
─¿Entonces para que lo quieres?─
─¿No es obvio? Es mi almuerzo─Responde, confundiendo un poco a Claud.
─¿"Almuerzo"?─
─¡Si! Los Fantasmas del Abismo saben exquisitos en una salsa, o estofado─
Lamiendo sus labios, Suzumi pone una cara tétrica haciendo que sus ojos se sombreen por unos instantes. El Fantasma, asustado, movía sus patas en el aire tratando de alejarse de ella, pero su firme agarre no se lo permitía. Sujetándolo por su esponjosa cola, la chica se levanta y comienza a caminar en busca de algo con lo que hacer un fuego.
"¿No pudieron ponerme en un equipo mas decente?"─Piensa Claud.
El silbido ascendente resonó por el cielo de la superficie, y dentro del abismo. Seguido de eso, una explosión libero una estela roja que comenzó a disiparse por el cielo. Claud, Suzumi, y Lily, voltearon hacia el cielo observando la estela.
─Ya comenzó...─Dice Lily casi que susurrando.
...
El fuerte sonido de los troncos estrellándose contra los arboles, o suelo, resonaba por el lugar, A lo lejos, algunos fuertes sonidos como de disparos se hacían oír acompañados de gritos de sorpresa, dolor, y de miedo. El sonido apenas lograba salir del bosque, aun que eso no importaba ya que no había nadie cerca mas que aquellas personas de antes. La agitada respiración de Akira, producto del constante movimiento al que ha estado obligado, era como la de un animal corriendo del peligro.
Gotas de sudor se deslizaban desde la frente hasta la barbilla mientras que apretaba los dientes con fuerza. El sonido de la cuerda tensándose bajo sus pies lo hizo reaccionar a tiempo. Dando un salto hacia atrás observa como un tronco, que tenia sus lados afilados, paso frente a el. Retomando su camino, comienza a correr con mas fuerzas esperando poder adelantarse a la próxima trampa.
Volviendo a activar otra trampa, el chico se negó a detenerse. Bajando la cabeza deja pasar varios cuchillos que lograron tocar la punta de su cabello. En su camino habían mas trampas, una peor que la otra. Con la velocidad a la que corría, era difícil no activar las demás trampas. Ademas de que, si se detenía, las trampas ya activadas le alcanzarían.
"¡No hay de otra! ¡Tengo que avanzar!"
Dando el salto mas alto que pudo, pasa por encima de un tronco. Al tocar el suelo se lanza hacia delante evitando que una cuerda se sujete de su tobillo y luego rueda por el suelo. El sonido de varias ramas rompiéndose, y hojas cayendo al suelo, lo obligan a tomar una rápida decisión. Sujetándose de los bordes, Akira logra evitar su caída hacia aquel agujero en el suelo, el cual tenia varios cuchillos en el fondo, esperando a quitarle la vida a alguien.
Había rodado hacia un agujero, el cual era cubierto por hojas y ramas. Con una nerviosa sonrisa, el chico se aleja de la trampa y se sienta en el suelo esperando recuperar un poco el aliento. Observando su alrededor, una negra figura aparece bajo las sombras de los arboles, mirando como aquel chico lucha por seguir vivo.
"Eso estuvo cerca... Si hubiera caído dentro, la velocidad de mi caída hubiera echo que los cuchillos penetraran mi piel..."─Ja, ja...─Ríe con nervios.─¿Y si solo me rindo...?─
"¿Bromeas? Ya estas aquí, ahora termina lo que empezaste"─Dice una voz en su cabeza.
─Pero no quiero morir...─
"No pensabas en eso cuando saliste de aquel lugar, ¿Verdad?"
─¿A que te refieres?─
"Vive y lo sabrás. La respuestas siempre se esconden en lo mas profundo"
Como si esas palabras fueran un mensaje cifrado, su mente desmenuzo cada palabra hasta formar la imagen del abismo.
"Ademas, le prometiste algo a esa chica. No le quedes mal"
Una fuerte sensación en sus ojos lo obligan a cerrar los parpados con fuerza. Al abrirlo, aquella figura negra ya no estaba. Pareciera como si se hubiera desvanecido, o mezclado con la sombra de los arboles.
─¿Esa fue mi conciencia?─Se pregunta.
Mirando hacia adelante, Akira observa el camino que le espera hasta la sima. Cada paso es un riesgo, un riesgo de caer en una de las tantas trampas. El miedo por fin lo comenzaba a consumir de a poco, mientras que la angustia tensaba su cuerpo como si quisiera dejarlo en el lugar que se encuentra.
Una aguda sensación recorrió su cabeza de lado a lado, seguido de una corriente eléctrica que encendió algo dentro de el. Sus marrones ojos se pintaron de un rojo carmesí muy similar a la sangre. Todo su entorno se volvió negro, como si las sombras cubrieran todo lo que estuviera a su vista, dejando únicamente unas lineas en el suelo, las cuales se iluminaban de un verde opaco y fosforescente.
Apretando los dientes y las manos, Akira comienza a correr, dando los pasos mas largos que le es posible. Pasa por encima de una cuerda y luego gira en si mismo cambiando su trayectoria a la derecha para dar un pequeño salto. Con ese patrón evadió varias trampas, aun que era imposible no activar aun que fuera solo una. Corriendo y dando pequeños saltos, se movía de una lado a otra evitando las trampas que activaba.
Sus movimientos casi parecía ser un danza en medio de tanto peligro. Los troncos pasaban por sus costados, a poco centímetros de golpearlo, mientras que los cuchillos apenas y lograban rosarlo. Habían ocasiones en la que ocupaba girar de forma brusca, y al hacerlo, sus costillas lastimadas liberaban un agudo dolor que recorría el cuerpo hasta el talón del pie. Pero gracias a la descarga de adrenalina que soltaba su cuerpo, el dolor en las costillas disminuía de forma notable.
Uno de los tantos troncos había sido activado e iba en camino al rostro del chico. Viendo lo que se le venia en frente, el chico se avienta de rodillas al suelo, deslizándose en el y pasando por debajo del tronco. Sin perder el ritmo y la velocidad que tenia, coloca su mano derecha en el suelo al mismo tiempo que se apoya en las puntas de los pies. Con un pequeño salto se levanta del suelo y continua con su camino. Pero por cada trampa que evadía o esquivaba, dos nuevas aparecían, complicando la situación.
"Hay demasiadas cuerdas, empiezo a creer que es mejor correr como alma que se la lleva el diablo"
Acelerando sus paso un nuevo color aparece en la oscura vista del chico. Naranja, un naranja que parece tener rojo en cierta partes.
─¡Cuchillos!─
Arrojándose de espaldas al suelo, apenas y logra esquivar aquellos cuchillos. Uno de ellos le hizo un ligero corte en la frente al chico. De la herida una pequeña gota de sangre comenzó a deslizarse por su rostro mezclándose con el sudor que aun no se ha limpiado.
"Mas rápidos"
Dándose una pequeña presión el chico acelero aun mas su paso. Dejando de evadir, comenzó a activar una tras otra trampa. Troncos y cuchillos salían al aire tratando de alcanzar a Akira, quien no se frenaba por nada. Saltando, deslizándose. e incluso usar otras trampas para protegerse, aun era alcanzado por algunos cuchillos, y los troncos cada vez estaban mas cerca de golpearlo.
"¡Mas rápido!"
Saltando un agujero, y luego usando uno de los troncos para darse un doble impulso, deja pasar varios cuchillos por debajo de sus pies, los cuales tuvo que flexionar para no recibir cortes. Cayendo al suelo rueda un par de veces antes de volver a levantarse. Con la palma de su mano izquierda desvía un tronco que iba a su costado izquierdo, lo que ocasiona que choque con el que venia por la espalda. Apenas escucho el sonido del viento cortándose giro sobre si mismo dejando pasar los cuchillos, pero uno de ellos se clavo en su hombro derecho. Akira soltó un quejido de dolor. Aun que solo la punta logro traspasar la piel, el dolor no era algo con lo que estuviera familiarizado.
Sujetando la empuñadura se quita el cuchillo sin dejar de correr. Su mirada vuelve a la normalidad, haciendo que los colores que brillaban en medio de tanta oscuridad desparezcan, y sus ojos regresen a su marrón habitual. Pero hay una mínima diferencia. Ahora un fuego verde brilla desde el interior de sus ojos. Ese fuego es conocido como: "Coraje".
─¡¡Maldición, mas rápido!!─
...
Casi que arrastrando sus pies por el suelo mientras se tambaleaba de un lado al otro, Akira salia de entre las sombras de los arboles con la luz del atardecer a sus espaldas y la cabeza baja. Faltaba un par de horas para que la luna se levantara en el cielo, y los ruidos del bosque había desaparecido, al igual que las trampas. Ahora, solo estaba el sonido del las aves preparándose para dormir, y quizás alguno que otro grillo.
"Me duele las piernas..."
Cayendo al suelo sobre sus rodillas, el chico respira lo mas hondo posible pone una mano en su pecho tratando, de alguna, calmar dolor de sus pulmones. Alzo la vista solo para encontrarse con una malla que dividía el camino que había estado siguiendo. De la malla colgaba un letrero rojo con letras negras: "Fase 2". Era lo que se podía leer. Levantándose como pudo camino hasta la valla solo para sentarse en el suelo con su espaldas recargada en dicha vallas.
Quitándose la mochila junto al rifle, coloca sus cosas a un lado de el para luego quitarse la chaqueta y el casco, dejándolos en el mismo lado. Sus respiración agitada se iba tranquilizando de a poco mientras sentía unas pequeñas pulsadas en los pies. Abriendo una de las tantas bolsas de la mochila, Akira rebusca entre sus cosas, saca un pequeño frasco de agua, el cual por suerte no se rompió.
─Tendré que buscar agua mañana...─Se dice para si mismo.
Vuelve a guardar aquel frasco y toma el rifle que estaba recargado en la mochila. Lo inspecciona un poco con la mirada antes de averiguar el funcionamiento del mismo. No había recibido entrenamientos con armas de fuego, por lo que suponía que debería de aprender por cuenta propia. Volviéndose a poner la chaqueta, Akira coloca tres hileras de cinco balas en el bolsillo de la chaqueta que se encuentra en el mismo lado del corazón, se levanta del suelo con el rifle en manos.
Tirando el cerrojo observa como una bala plateada se coloca en la recamara de disparo. Regresando el cerrojo a como estaba, coloca la culata del arma en su hombro derecho y apunta el arma al tronco del árbol frente a el. Colocando su dedo indice en el gatillo, se prepara para disparar, sujetando el arma con algo de fuerza a la vez que cerraba uno de sus ojos. Atraves de la mira del arma, el chico buscaba algún objetivo que requiriera de mas puntería y precisión al disparar.
En la raíz del árbol se encontraba un pequeño ratón de pelaje marrón, el cual se quedo parado viendo hacia el cielo sin percatarse en ningún momento de Akira. Y si lo hizo, no lo considero peligroso para el. Ahora que tenia un objetivo, el chico estaba listo para disparar.
"Perdón amiguito"
Tirando del gatillo, el sonido del aire comprimido siendo expulsado se hace oír con claridad, al mismo tiempo, el arma retrocedió sobre si misma golpeando el hombro el chico, quien se sorprendió un poco. Apenas y logro evitar que el arma se saliera de su agarre gracias a ese retroceso. La bala choco contra la raíz, casi que tocando las patas del ratón, el cual salio huyendo lo mas pronto posible mientras chillaba.
Colgándose el rifle en su hombro izquierdo, el chico se soba el hombro derecho tratando de calmar el dolor que sentía mientras hacia una que otra mueca cómica y bastantes graciosas. O al menos para el humor que tengo yo, su narrado.
─¡Mierda! Tenia retroceso─Exclama molesto y sorprendido.
El chico vuelve a sentarse en el suelo, esta vez con el arma en manos. Mirando el cielo, y como este cambia de un escarlata, a un negro profundo con forme el tiempo pasaba. El frió ya se estaba haciendo notar, al igual que la escasez de oxigeno. Entre mas alto suba una persona, menos oxigeno tendrá para respirar. Un ruido como de ramas rompiéndose llamo la atención del chico, quien no hizo mas dirigir su mirada hacia donde venia dicho ruido.
De los arbustos salio una chica rubia de ojos color esmeralda, cuya piel era tan pálida que la hacia ver muerta. Si no fuera por el brillo de sus ojos cualquiera la confundiría con un fantasma. La chica vestía exactamente igual a Akira, y al resto de los que están en la prueba. La única diferencia era que no llevaba aquel casco con una lampara en la parte frontal. Y a diferencia del chico, ella se encontraba en perfecto estado. No parecía estar cansada, sucia, o con alguna herida notable.
Sus miradas se cruzaron durante algunos segundos de puro silencio. Estaban a las puertas de la zona hostil, por lo que, si querían charla, era mejor hacerlo ahora que en aquella zona. La chica fue la que rompió el silencio con una simple pregunta.
─¿Puedo sentarme junto contigo?─
─Seguro─
La chica, con un pequeña sonrisa, camina hasta estar al lado de Akira para luego sentarse en el suelo junto a el. Así pasaron unos minutos en silencio hasta que anocheció por completo, dejando al bosque en una tétrica oscuridad.
─Fue difícil, ¿No crees?─Pregunta la chica tratando de sacar tema de conversación.
─¿Hablas de las trampas?─La chica asiente con la cabeza.─Si. Termine muy lastimado por culpa de ellas─
─Pero aun así siguen de pie─Comenta con intención de animar un poco al chico.
Akira le dedica un tonta risa antes de devolverle la pregunta.
─¿A ti como te pareció?─
─Fácil. No fue complicado evitar las trampas─Le responde con un tono orgulloso y algo caricaturesco.
─A juzgar por tu apariencia, te creo─
─Soy Yoto. Mucho gusto─Se presenta mostrando una sonrisa animada.
─Yo soy-
─Déjame adivinar─Interrumpe al chico.─Te llamas Reg, ¿Verdad?─Chasquea sus dedos señalando al chico.
─Lo siento, no me llamo así─
─¿No? ¿Entonces cual es tu nombre?─Su pregunta venia acompañada de un tono confundido y decepcionado.
─La verdad ni yo mismo lo se... Pero la persona que me salvo me puso "Akira", y aunque se que no es mi nombre real, no me he molestado por buscarlo─
─¿Te salvaron?─
─No lo se. Lo único que recuerdo fue haber despertado en una silla luego de recibir una descarga eléctrica─Eso ultimo lo dijo con una tonta sonrisa al final.
─¿Entonces no recuerdas nada?─
─No. Supongo que me golpee la cabeza y ahora estoy así─
La chica se levanta del suelo y se gira hacia la valla minando atraves de los agujeros el otro lado del bosque. Ahora se mostraba mas seria que antes, y sus ojos transmitían una sensación inquietante.
─Me adelantare. Espero que no mueras─Dice Yoto.
Comenzando a trepar por la valla, aquella chica se alejaba del suelo con cada segundo que pasaba. Akira la observaba esperando a que se cayera para poder burlarse de ella. No sabia por que lo quería hacer, pero así era. Yoto salto desde lo mas alto de la valla al suelo de la segunda Fase, y volteo hacia Akira, dedicándole una ultima mirada antes de irse corriendo a las sombras oscuras de los arboles.
"Supongo que esperare un rato antes de pasar de fase"
...
Búhos y grillos cantaban casi al unisono creando una melodía de fantasía mientras la plateada luz de la luna creaba retorcidas sombras con los arboles. Saltando al suelo de la segunda fase, Akira observa su entorno, percibiendo casi de inmediato el sentimiento de estar en una zona hostil. Algo así como si el cualquier momento podrían atacarlo. Caminando hasta adentrarse en el bosque, el chico buscaba un lugar para pasar la noche.
Moviéndose entre las sombras con el rifle en manos, y apuntando hacia delante, avanzaba cautelosa mente tratando de no hacer algún ruido que lo delatara. Atraves de las copas de los arboles, el chico mira el cielo nocturno, el cual no tiene ninguna estrella en el.
"Sin estrellas. Eso significa que lloverá, ¿No?"
Mientras pensaba en eso, el sonido del aire comprimido siendo expulsado llego a sus oídos justo detrás de una bala que casi rosa su mejilla izquierda. La bala venia desde adelante de el, e instintivamente disparo a quema ropa, dando un pequeño fuego de supresión mientras tomaba cobertura detrás de un árbol. Casi al mismo tiempo un figura casi imperceptible corrió desde los arbustos hasta estar detrás de una roca.
Tirando del cerrojo del arma una nueva bala se coloca en la recamara. Asomando la cabeza por el costado del árbol, Akira trata de visualizar a su oponente. El sonido del viento cortándose llega a sus oídos haciéndolo reaccionar un segundo después. La bala reboto contra el casco en su cabeza, tirándolo al suelo mientras el chico volvía a la cobertura. Usando el arma logra acercar el casco lo suficiente como para tomarlo con la mano. Tenia un pequeño plan en mente.
Su plan era simple. Asomaría el casco con la esperanza de engañar a su enemigo y usar lo segundos en los que estaría recargando para atacarlo y avanzar a una mejor posición. Tan pronto como el casco fue asomado una bala impacto contra el, y seguido de eso, Akira lo soltó antes de asomarse por el costado del árbol. Cerrando su ojo izquierdo, y con el derecho mirando atraves de la mira, apunta el arma hacia la negra figura que se asomaba por encima de la roca.
Aquella figura era la de un chico de la misma edad que Akira. Su cabello marrón se sale un poco del casco, y sus amarillos ojos brillan ligeramente en la oscuridad. El chico de amarillos ojos usaba el rifle a hombro izquierdo, y su mano ya estaba moviendo del cerrojo, al gatillo del arma. Sin pensarlo Akira tira del gatillo antes de que el otro chico lo pudiera hacer.
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