Prefacio
Capítulo 1 - Estilo de vida
Capítulo 2 - Aventuras de bar
Capítulo 3 - Peligro
Capítulo 4 - Inesperado
Capítulo 5 - El encuentro
Capítulo 6 - Conocerte
Capítulo 7 - Partida de tennis
Capítulo 8 - Consecuencias
Capítulo 9 - Londres
Capítulo 10 - Nudos
Capítulo 11 - Sensaciones
Capítulo 12 - Comprender
Capítulo 13 - Parque acuático
Capítulo 14 - Reencuentro
Capítulo XV - Reencuentro (2)
Capítulo XXVI - Olvido
Capítulo 10 - Nudos

Brigitte todavía está fuera, seguramente en el bar tomando unas copas, o eso he creído escuchar desde el baño, tomo el celular y lo pongo en altavoz.

—Hey Paul, al parecer hay mucho trabajo, seguramente con el encargo de Jessica tienes para ocuparte por un mes.

—Que gracia me haces, pero debo decirte que al parecer el encargo de Jessica fue solo por un día. Ahora me evita como si no hubiera un mañana.

—A ver, a ver, ando algo ajustado de tiempo, pero tengo quince minutos, ¿Qué sucedió desde la última vez que salieron?

—Pues bro, fui despacio y todo, pero ella creía que yo iba demasiado en serio con ella, y se ha ido, ahora ni sé si buscarla o hacer como si nada.

—Mira Paul, tienes que tener paciencia, las mujeres pocas veces saben lo que quieren, si te hubieses propasado hubiera buscado otra excusa, así que tu relax que como arquitecto te ves muy bonito, ya pensaremos en algo ¿Vale?

—Está bien Richie, intentaré calmarme. Por cierto, Samantha me ha dicho que se fueron de viaje ustedes dos, encierra dos fieras en una jaula y ya sabrás que pasa ¿Eh? —su tono burlón se vuelve insoportable a veces.

—Payasadas a parte sabes que Brigitte para mí es como una hermana, y segundo, ya estoy conociendo a otra persona, de hecho, hasta voy a ir a su cumpleaños y quien sabe, me acabe enamorando y todo.

—¿Es en serio? Menos mal que me lo cuentas ahora, si hubieses esperado un poco más te hubiera tachado de mi lista de amigos.

—Lo sé, por eso quise llamarte urgentemente hace poco, para que lo supieras antes que nadie.

Lo digo con sarcasmo, y como Paul me conoce lo suficiente lo sabe de sobra.

—Pero mira que chistoso y mentiroso me has salido, por cierto, ¿Quién es la afortunada?

—Su nombre es Ally Weisting pero no quiero decirte todo lo que sé, necesito comprobar unos datos que me han dado Juliette y los demás del club del tenis.

—¿Hablas de Chadler y los demás?

—Si.

—Espera un momento, creo que me suena de algo esa Ally. Cuanto misterio, aunque no es de extrañar del hombre que no tiene un pasado ni familia al parecer.

—Ahora que recuerdo, debo cambiarme para una gala, si me disculpas...

—Espera Rich...

No espero su respuesta y cuelgo.

El sabe que no me cae nada en gracia que bromee de esa manera con mi pasado, pero como él es un cabezota lo hace sin pensarlo dos veces, menudo rollo. En la cama he colocado un smocking rojo vino con una camisa negra, me la pongo por partes y quedo como un modelo de portada de revista, coloco un poco de gel a mi cabello con ese tono rubio que resalta el gris de mis ojos, para que se acentúen las ondulaciones, y dentro de nada ya estoy tomando un taxi para llegar al gran evento de esta noche. Le menciono el Tate Modern al chofer y ya sabe hacia dónde dirigirse, al observar mi reloj inteligente veo que ya son las 18:29hrs con lo que he llegado media hora tarde, maldigo para mis adentros y me encamino hacia el espacio que han dispuesto para mis obras. Parece un corto trayecto, pero hay que caminar un buen rato hacia allí. Para los que no entienden mucho sobre el mundo del arte, he aquí una aclaración, las galerías alquilan sitios donde los nuevos artistas pueden darse a conocer y así atraer visitantes hacia nuevas obras, además de las ya existentes claro está, en mi caso también las vendo pero como ya me di a conocer a través de un coleccionista que vio un no se qué en mí, he acá un año más tarde, con más dinero del que pudiera necesitar.

Entrando al apartado de mi exhibición me encuentro al equipo y los managers organizando el evento y dando los últimos detalles, habrán cámaras, periodistas y algunas personas importantes por acá. Veo a la directora de la galería, Francis Morris, nos estrechamos las manos y luego un caluroso abrazo, no le conozco porque hemos coincidido en fiestas y actividades, los eventos sociales para crear contactos que les mencioné en el prefacio. me entrega una nota con un mensaje: "nos vemos a las 21:00hrs en el observatorio", ella me guiña el ojo y se va, siento un calor repentino subir por mi entrepierna mientras la veo marcharse. Veo a Marcus a unos escasos metros con un elegante traje azul oscuro y Laureen le acompaña vistiendo un top blanco con una falda floreada, veo a todos entretenerse y al llegar Marcus me mira con cara de pocos amigos.

—¡Porque has tardado tanto! se supone que quedamos de que llegarías a tiempo.

—Lo sé, es que se me ha presentado algo que me ha retrasado, eso es todo, lo siento.

—Bueno, de todos modos te esperan allí, ya hablaremos.

Hay una ronda de prensa esperándome en el espacio habilitado para esos fines, me entrego a sus tertulias y respondo preguntas.

Brigitte

A penas son las 18:03hrs y no me siento nada bien, fuí a hablar con Tom acerca del embarazo y quiere tenerlo, pero yo no, no con él. He tratado de olvidarle de mil maneras pero no sale de mí, sus inocentes besos en la mejilla, su abrazo protector y su estar desinteresado, su cariño incondicional me enloquece, todo lo que tenga la esencia de Richie Valdovi tiene el poder de hacerlo. Esa tarde antes de llegar al aeropuerto sabía que no iba a poder más, necesito hablarle desde mí, de camino me he tomado una pastilla anticonceptiva y he arreglado todo para tener el mejor vestido, tiene que pasar esta noche, él debe ser mío.

Recuerdo cuando nos conocimos, él pertenecía a la facción de artes mientras yo era parte de la de Ingeniería, y gracias a Paul coincidimos los tres. Ese día en concreto quedé de verme con Paul hasta que este hombre con esa mandíbula tan bien perfilada, sus ojos penetrantes y sus risos, tan suaves y que huelen tan bien, como lo sabría más tarde por el abrazo de bienvenida, pero he pasado tanto tiempo siendo una esquiva del amor que no supe reconocer ese flechazo, mi coraza me había inmunizado.

Me he vestido para la gala de esta noche con un vestido negro ceñido al cuerpo realzando así mi busto y definido trasero, para algo me esfuerzo tanto en el gimnasio, acompañado de accesorios de perlas, un brazalete y un collar, entonados por un maquillaje sutil y un pintalabios rojo, me miro al espejo por última vez y salgo con un pañuelo en la mano, con una tristeza tal que amenaza con aventar lágrimas. El taxi me lo ha pedido el hotel, con un bar que no he bajado a tomarme algo porque me conozco lo suficiente como para saber que mi estado de ánimo no le favorecería para nada tomar alcohol, además él es el único que me puede hacer sentir mejor, y que no se pueden ahogar unas penas, porque las malditas saben nadar.

Llego al salón donde me indica el GPS del celular, lo ubico más fácilmente por los paparazzi que acosan a toda la gente importante que se pasan por allí, y al verme me piden que posen con ellos, saco mi mejor sonrisa que, aunque no sea la más honesta es la que requiere el momento, y sigo sin mayores inconvenientes. Al entrar no logro ver a Richie, apenas son las 21:04hrs, he llegado una hora después pero aunque sé que a él no le gusta permanecer mucho tiempo, no pudo haberse ido así tan pronto, logro ver a Marcus y le pregunto por Richie, solo dice que lo vió subir unas escaleras que me señala con el dedo, y en el gran observatorio pude verlo, besando a otra mujer.

© Austeen Clark,
книга «El Artista».
Capítulo 11 - Sensaciones
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