Prefacio
Capítulo 1 - Estilo de vida
Capítulo 2 - Aventuras de bar
Capítulo 3 - Peligro
Capítulo 4 - Inesperado
Capítulo 5 - El encuentro
Capítulo 6 - Conocerte
Capítulo 7 - Partida de tennis
Capítulo 8 - Consecuencias
Capítulo 9 - Londres
Capítulo 10 - Nudos
Capítulo 11 - Sensaciones
Capítulo 12 - Comprender
Capítulo 13 - Parque acuático
Capítulo 14 - Reencuentro
Capítulo XV - Reencuentro (2)
Capítulo XXVI - Olvido
Capítulo 5 - El encuentro

8 años antes

Era oscuro y llovía, podía escuchar el cantar de las gotas que amenazadoramente sonaban sin claudicar. La impaciencia de esas gotas, la tristeza que aguarda en mí, estas noches son perfectas para llorar, después de todo más ahora que tengo compañía para hacerlo ... no hay más testigos. Tu alrededor se vuelve desconocido, aunque lo hayas visto durante años, te vuelves desconocido para ti mismo, para quienes supuestamente te puedan conocer pareces alguien distinto, todos se vuelven tus enemigos sin saberlo, es posible que y queran por con la otra, un ying sin yang.

Obviamente esto no es Francia, y este no soy yo, me divido por partes a través del tiempo, piezas de un rompecabezas que buscan su lugar al pasar los días, meses y años. De pequeño se acostumbraban a pensar por mí a eso de los 9, hasta que mi padre Jack, tan ying como yang, me enseña a no aceptar todo lo que es como tal, algo así como cuestionarse y es así como una muy corta edad y pese a no tener las vías para soportar tremendo monumento, lo construí y luego me pregunté el cómo conseguir las piezas. Siempre quise ser pintor aunque mis padres se inclinaran a que estudiase derecho, yo era un tímido para ese entonces por eso se me daban mejor el observar y descubrir, mi madre Alexa trabajaba en un pequeño negocio familiar mientras mi padre la ayudaba a veces aunque era y sigue siendo empleado como oficinista contactable hizo que tanto él como mi madre se inclinaran por un camino más tradicional y pese a nuestra condodión fédodome cuenta hasta llegar a un punto irracional, en ese tiempo junto con esas clases de decisiones mi primer gran amor que me conquistó y me compró unas boletas para un código de barras que zarparía hacia quien sabe dónde, ni yo fijé en el nombre del código de barras, pues el amor todo lo puede hasta que en medio de nuestro viaje el código de barras se estrella contra un iceberg, de él se enamoró dejándome congelado en el frío Ártico, ese código de barras se llamaba "Titanic". Buscando la mejor manera de empezar de nuevo, ya que acá amaban más las expectativas de mí que a mí mismo,


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—Buenos días, te esperamos esperando, pasa, pasa.

Me dice la chica desconocida al verme sin intenciones de entrar.

—Gracias.

Observe el apartamento, pero Natasha no se encuentra por ninguna parte hasta que la chica me comente.

—Ella vendrá en unos segundos, prepara unas maletas, pero de todos modos podemos conversar mientras ella llega si te parece bien.

—Ah sí, claro, Natasha me ha dicho que necesitas unos cuadros para tu residencia o eso supongo.

—Si, pero antes quiero decirte que es un honor para mí verte en persona, digamos que soy una aficionada del arte y te encontré una vez en un foro que suelo visitar mucho para mis colecciones. Mi nombre es Ally Weisting, mucho gusto —me otorga su mano para estrechar la mía.

—El placer es todo mío, me halaga que tanta belleza pueda interesarme en mi forma particular de ver la belleza.

Ante esto se acerca de Natasha a unos pasos de nosotros.

—¿Cuánto más tendré que esperar a ese puto taxi? - exclama a la vez que se percata de mi presencia— hola cariño, me disculpo, pero estoy exasperada.

Me abraza y me da un beso en la mejilla, huele a rosas de cerca, hasta que una notificación le cerciora que su taxi ha llegado.

—Gracias al cielo, bien, supongo que ya se sentó, esta es mi prima, también es abogada en caso de que necesite sus servicios y pues bueno, ella ya te puede decir al tanto de lo que necesita ella en su casa que, si entiendo bien, se encuentra en Inglaterra, me avisó Ally que tendría una exposición por allá así que ya sería que pongan de acuerdo.

Natasha se encuentra al lado de Ally, y por su expresión parece que esta visita es algo más que una chica que busca unos cuadros algo subidos de precio para sus paredes.

—Bueno pues solo es cuestión de hablar con mi agente, no sé porque Natasha no te dio el número de Marcus en lugar del mío como suele hacerlo, pero ya que me sigues tan de cerca pasaré por alto ese detalle y si quieres te doy un autógrafo o como quieras, pero ya me voy - diigo sin esperar una respuesta y me dirijo a la puerta.

—Espera ... —indica Ally— hay una explicación, por favor, tomemos un café y entiendo mejor mi oferta, ¿Vale?

Me quedo pensándolo unos segundo y miro mi reloj, apenas son las 10:15 y hace un sol hermoso afuera, miro de reojo a Ally para ver un poco más de lo recomendable sus labios de una rosa prominente, sus pupilas azules me atraviesan y pese al tono que empleó antes de decirme esas palabras, parece que si puede llegar a ser interesante, lleva un hermoso vestido hasta las rodillas blanco con puntos negros y un cinturón negro en medio lo cual hace lucir en demasía la curvatura de pe sus risos dorados adornados con unos hermosos pendientes, por algo que no logro describir despierta mi interés y acepto su invitación, si es que tengamos algo que explicar de todo esto.

El botón baja las maletas de Natasha, mientras que Ally y yo bajamos con ella al vestíbulo donde ya está el taxi y de esa manera nos despedimos, no sin antes decirle a Natasha con un tono gracioso. aunque no deje de ser cierto.

—Mi dispositivo personal no es para satisfacer fantasías de fans, que sea la última vez que...

—Ella no es tu fan, pero supongo que a partir de ahora vas a ir entendiendo.

—¿Entiendes qué? —Le pregunto—

Pero suena su móvil una vez más indicándole que perderá el vuelo y solo dice un hasta pronto de despedida. 

© Austeen Clark,
книга «El Artista».
Capítulo 6 - Conocerte
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