CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
capítulo 14
CAPÍTULO 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
capítulo 22
Capítulo 23
FIN
Capitulo 17
Mi Mujer, sin embargo, no se quejaba nunca ¡Ay! Era mi paño de
lágrimas de siempre. La mas paciente víctima
de las repentinas, frecuentes e indomables ex-
pansiones de una furia a la que ciertamente me
abandoné desde entonces.
Para un quehacer doméstico, me acompañó
un día al sótano de un viejo edificio en el que
nos obligara a vivir nuestra pobreza. Por los
agudos peldaños de la escalera me seguía el
gato, y, habiéndome hecho tropezar la cabeza,
me exasperó hasta la locura. Apoderándome de
un hacha y olvidando en mi furor el espanto
pueril que había detenido hasta entonces mi
mano, dirigí un golpe al animal, que hubiera
sido mortal si le hubiera alcanzado como quer-
ía. Pero la mano de mi mujer detuvo el golpe.
Una rabia más que diabólica me produjo esta
intervención. Liberé mi brazo del obstáculo que
lo detenía y le hundí a ella el hacha en el
cráneo. Mi mujer cayó muerta instantáneamen-
te, sin exhalar siquiera un gemido.
© ArDnAiK LoOp,
книга «"EL GATO NEGRO"».
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