CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
capítulo 14
CAPÍTULO 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
capítulo 22
Capítulo 23
FIN
Capítulo 20
Cuando terminé, vi que todo había resultado
perfecto. La pared no presentaba la más leve
señal de arreglo. Con el mayor cuidado barrí el
suelo y recogí los escombros, miré triunfalmen-
te en torno mío y me dije: "Por lo menos, aquí,
mi trabajo no ha sido infructuoso".
Mi primera idea, entonces, fue buscar al
animal que fue causante de tan tremenda des-
gracia, porque, al fin, había resuelto matarlo. Si
en aquel momento hubiera podido encontrarle,
nada hubiese evitado su destino. Pero parecía
que el artificioso animal, ante la violencia de mi
cólera, habíase alarmado y procuraba no pre-
sentarse ante mí, desafiando mi mal humor.
Imposible describir o imaginar la intensa, la
apacible sensación de alivio que trajo a mi co-
razón la ausencia de la detestable criatura. En
toda la noche se presentó, y ésta fue la primera
que gocé desde su entrada en la casa, durmien-
do tranquila y profundamente. Sí; dormí con el
peso de aquel asesinato en mi alma.
© ArDnAiK LoOp,
книга «"EL GATO NEGRO"».
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