CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
capítulo 14
CAPÍTULO 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
capítulo 22
Capítulo 23
FIN
capítulo 22
Como el de un hombre que reposa en la ino-
cencia, mi corazón latía pacíficamente. Recorrí l
sótano de punta a punta, cruce los brazos sobre
mi pecho y me paseé indiferente de un lado a
otro. Plenamente satisfecha, la Policía se dis-
ponía a abandonar la casa. Era demasiado in-
tenso el júbilo de mi corazón para que pudiera
reprimirlo. Sentía la viva necesidad de decir
una palabra, una palabra tan sólo a modo de
triunfo, y hacer doblemente evidente su convic-
ción con respecto a mi inocencia.
—Señores—dije, por último, cuando los
agentes subían la escalera—, es para mí una
gran satisfacción habrá desvanecido sus sospe-
chas. Deseo a todos ustedes una buena salud y
un poco más de cortesía. Dicho sea de paso,
señores, tienen ustedes aquí una casa construi-
da—apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso
deseo de decir algo con aire deliberado—. Pue-
do asegurar que ésta es una casa excelentemen-
te construida. Estos muros... ¿Se van ustedes,señores? Estos muros están construidos con
una gran solidez.
© ArDnAiK LoOp,
книга «"EL GATO NEGRO"».
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