capítulo 22
Como el de un hombre que reposa en la ino-
cencia, mi corazón latía pacíficamente. Recorrí l
sótano de punta a punta, cruce los brazos sobre
mi pecho y me paseé indiferente de un lado a
otro. Plenamente satisfecha, la Policía se dis-
ponía a abandonar la casa. Era demasiado in-
tenso el júbilo de mi corazón para que pudiera
reprimirlo. Sentía la viva necesidad de decir
una palabra, una palabra tan sólo a modo de
triunfo, y hacer doblemente evidente su convic-
ción con respecto a mi inocencia.
—Señores—dije, por último, cuando los
agentes subían la escalera—, es para mí una
gran satisfacción habrá desvanecido sus sospe-
chas. Deseo a todos ustedes una buena salud y
un poco más de cortesía. Dicho sea de paso,
señores, tienen ustedes aquí una casa construi-
da—apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso
deseo de decir algo con aire deliberado—. Pue-
do asegurar que ésta es una casa excelentemen-
te construida. Estos muros... ¿Se van ustedes,señores? Estos muros están construidos con
una gran solidez.
cencia, mi corazón latía pacíficamente. Recorrí l
sótano de punta a punta, cruce los brazos sobre
mi pecho y me paseé indiferente de un lado a
otro. Plenamente satisfecha, la Policía se dis-
ponía a abandonar la casa. Era demasiado in-
tenso el júbilo de mi corazón para que pudiera
reprimirlo. Sentía la viva necesidad de decir
una palabra, una palabra tan sólo a modo de
triunfo, y hacer doblemente evidente su convic-
ción con respecto a mi inocencia.
—Señores—dije, por último, cuando los
agentes subían la escalera—, es para mí una
gran satisfacción habrá desvanecido sus sospe-
chas. Deseo a todos ustedes una buena salud y
un poco más de cortesía. Dicho sea de paso,
señores, tienen ustedes aquí una casa construi-
da—apenas sabía lo que hablaba, en mi furioso
deseo de decir algo con aire deliberado—. Pue-
do asegurar que ésta es una casa excelentemen-
te construida. Estos muros... ¿Se van ustedes,señores? Estos muros están construidos con
una gran solidez.
Коментарі