Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 9
Las 60 horas siguientes fueron un torbellino de actividad frenética. Después del trágico suicidio de Catalina, la presión para resolver el caso aumentó exponencialmente. Nuestro equipo trabajó sin descanso, analizando cada pista, cada llamada y cada movimiento sospechoso. La muerte de Catalina había sido un golpe duro, pero no íbamos a dejar que eso nos detuviera.

Apenas había conseguido dormir, pero todo había valido la pena.

Comenzamos por revisar las grabaciones de seguridad del hotel donde las mujeres fueron capturadas. El agente Smith había encontrado un momento sospechoso donde la señal se interrumpía brevemente, lo que sugería una manipulación en el sistema de seguridad. Esto nos llevó a investigar a los empleados del hotel y a cualquier persona que hubiera estado en el lugar en ese momento. Rastreamos las llamadas y las pistas coincidieron con la evidencia recolectada en el sótano de la iglesia.

Isabel, que había estado al borde de revelar más información, finalmente decidió cooperar plenamente con nosotros. Su testimonio fue crucial para desentrañar la red de conexiones del culto y llevar a cabo una serie de arrestos sorprendentes.

—Me aseguraré de que recibas una generosa reducción de tu condena por tu cooperación. Pero vas a pasar mucho tiempo en la cárcel—le dije mientras me miraba como una cabra a punto de ser degollada. No pude evitar sentir compasión.

En la sala de operaciones, el agente especial a cargo, Dawson, se dirigió a todos los agentes que estábamos reunidos.

—Gracias a la cooperación de Isabel, hemos logrado identificar a varios miembros clave del culto. Tenemos identificado un modelo de fotografía que se había citado con ellas en el hotel y después iban a escapar. Resulta que tiene antecedentes de problemas de salud mental y además era dueño de algunos de los clubes de striptease donde ellas trabajaron. Además, hemos encontrado a una mujer de la tercera edad con un historial de agresividad y comportamiento perverso que cuidaba de ellas y dirigía algunas instrucciones logísticas y técnicas, y un padre de familia dueño de una farmacia que está bajo investigación por distribuir y proporcionar drogas ilegales, medicamentos sin prescripción y por lavado de dinero junto con el culto—explicó Dawson.

El agente Cooper asintió, tomando notas.

—¿Y qué hay del líder del culto? —preguntó.

—Eso es lo más interesante—respondió Dawson—. Resulta que ha estado viviendo en Canadá todo este tiempo. Nadie sospechaba que estuviera allí. Parece que ha estado dirigiendo los ataques desde la distancia. Por eso, McDowell y Cooper, necesito que se trasladen a Canadá para seguir las pistas y trabajen con las autoridades locales. Hemos estado siguiendo pistas en círculos aquí en Seattle durante meses y eso es frustrante. El líder del culto ha vivido en varios países de América Latina a lo largo de los años. Las mujeres que capturamos son sus hijas con mujeres distintas.

Asentí, pensando en el viaje que teníamos que hacer a Canadá. Y ni siquiera había desempacado desde  que había llegado a Seattle desde Portland. Miré a Cooper de reojo, imaginando que él estaba en una situación similar.

—También hemos descubierto que una ex concursante de Miss USA, que había huido con su esposo y sus hijos, está involucrada en el culto. Aunque ella está fuera del país, su conexión puede ser crucial para desmantelar la red completa—añadió Dawson.

El agente Stevens se levantó, listo para partir.

—Con esta información, podemos organizar una redada en el culto y clausurar todos los negocios ilícitos sin dejar cabos sueltos—dijo.

Dawson asintió.

—Exacto. Quiero que cierren el caso  aquí en Seattle en las próximas horas. La cooperación de Isabel ha sido fundamental, y no podemos dejar que esta oportunidad se nos escape.

Mientras los agentes se preparaban para partir, el agente Cooper se acercó a Dawson.

—¿Qué pasará con las mujeres que están detenidas? —preguntó.

—Isabel ha aceptado testificar a cambio de una reducción de su sentencia. Las otras mujeres serán procesadas según las evidencias que encontremos. Pero gracias a su cooperación, podemos asegurar que el culto no seguirá operando impunemente y abriendo sucursales del culto como si fuera una franquicia—respondió Dawson.

—¿Y qué hay del líder del culto? ¿Cómo es que nadie sabía que estaba en Canadá?

—Ese es el punto crítico. En algún momento logró escapar. Necesitamos que usted y la agente McDowell se trasladen a Montreal para seguir las pistas y coordinar su captura y la del resto de los implicados con las autoridades canadienses.

—Entendido. ¿Pero qué sabemos sobre el líder del culto y su conexión con Seattle?—pregunté.

—Vamos a descubrirlo después de la redada y de la captura de los nuevos sospechosos. El líder del culto, conocido como el pastor, es canadiense. En el mejor de los casos, ya no será asunto nuestro ni de los Estados Unidos sino de Canadá y de los países de América Latina donde tenga vínculos. Solo nos quedaría eliminar todos los cabos sueltos—nos miró a ambos—. Ustedes pónganse en marcha con su traslado a Montreal. Quiero informes cada 24 horas. El secretario de seguridad nacional está al tanto del caso y se están llevando a cabo los preparativos para la cooperación y la presión internacional de manera coordinada para detener esta red criminal. Nos presionarán para que pongamos toda nuestra atención en Canadá y eso es lo único que debemos hacer. Los quiero en Montreal a la brevedad posible.



© Luu Herrera ,
книга «DECEMBER 11».
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